Martes, 15 de julio de 2008 | Hoy
EL PAíS › JOSé NUN CRITICó A LAS CUATRO ENTIDADES QUE CONDUCEN EL RECLAMO RURAL
El secretario de Cultura apuntó a la escasa afiliación del sector y señaló que la Mesa de Enlace “no controla” a los autoconvocados. También consideró que “linda con el fascismo” identificar a la patria con “el campo”.
Por Alejandra Dandan
“En el último censo sólo el 4 por ciento del padrón dijo estar afiliado” a las entidades agrarias. José Nun cuestiona la representatividad de la Mesa de Enlace que agrupa a la Sociedad Rural, Federación Agraria, CRA y Coninagro. En diálogo con PáginaI12, el secretario de Cultura de la Nación analiza, además, el fenómeno de los autoconvocados y se pronuncia sobre la política de retenciones que hoy se discute en el Senado: “No son impuestos, sino aranceles –explica–, que es un instrumento de la política macroeconómica de la que puede disponer el Estado”.
–Usted dice que el campo tiene un problema de representación, a partir de la lectura de los datos del censo de 2002.
–Creo que esos datos no están suficientemente leídos, pero lo que trato de hacer es subrayar temas ocultos por la niebla. Uno salió publicado este fin de semana: que los aranceles no son impuestos. Los impuestos son recaudatorios y los aranceles, en cambio, son un instrumento de política macroeconómica. A esta altura, hay algo que la comunidad leída ya sabe: si el dólar está barato liquida a la industria argentina y que, si está alto, el campo vende lo que quiere. En ese contexto, el producto arancelado modifica el equivalente a una tasa de cambio. Porque, cuando se devalúa, nadie habla de impuestos confiscatorios, ¿por qué ahora se hace?
–El Senado va a tratar la ley de retenciones móviles. ¿Cómo responde a las críticas de la oposición?
–Yo digo que hubo un olvido grave en el proyecto que dejó afuera el maíz, el sorgo y el trigo. El efecto de eso es un retroceso en la política de desojización, como publicó un matutino. En ese contexto, dio cuenta de un crecimiento extraordinario previsto para el próximo año. Entonces yo digo: si dicen eso, es que tan mal no les va. Así que, a confesión de parte, relevo de pruebas.
–Pero de algo se quejan.
–El cambio de modelo lo gestó la dictadura, cuando desmontó el banco de semillas del INTA; se empieza a consolidar en los ’80 y se consagró con Menem en 1991, cuando desreguló el comercio de granos, carne y azúcar. Por otra parte, comienza una relación tecnológica en el campo argentino con la aparición de las semillas híbridas de sorgo, soja y trigo. Ahí comienza el otro cambio importante, porque las semillas están autorizadas solamente en 19 países del mundo, porque no se conocen bien las consecuencias para los consumidores. Pero, además, sólo cinco países permiten el uso en gran escala, entre ellos la Argentina, gracias a una disposición del entonces secretario de Agricultura, Felipe Solá, que no dice una palabra.
–Pero el gobierno del kirchnerismo está hace cinco años, tampoco Solá parece el único responsable.
–Totalmente cierto. Pero ahora, la revolución en el campo está provocando una notable productividad y lo que llevaba un mes ahora tarda un día. Para producir soja para 500 hectáreas se necesitaban 150 personas, y ahora sólo dos. Esto incide en la visión que se tiene desde la escuela primaria del chacarero: no existe más el que trabaja sin tierras, trabajaba con su familia y alquilaba. Ahora el tiempo de trabajo se redujo fenomenalmente, pero además usted trabaja si tiene acceso a herbicidas, máquinas y semillas que cuestan mucha plata. Por eso, el chacarero que se convirtió en los últimos 20 años en propietario de campos ha pasado a alquilarlos. Antes, ellos eran arrendatarios, ahora son los que alquilan los campos ¿a quiénes?: fundamentalmente a fondos de inversión o pools de siembra que son fondos de especulación.
–Pero ellos no están en la ruta: están los chacareros.
–El censo incluyó una pregunta sobre si el productor estaba afiliado a las organizaciones o no: el resultado indicó que sólo 4 por ciento está agremiado. Es decir, que la Mesa de Enlace no tiene representatividad.
–Pero las rutas están cortadas.
–Pero las cortan los autoconvocados, a los que ellos no controlan. No están sometidos a las decisiones de ellos. ¿Qué sucede ahí? Que efectivamente el pequeño productor queda librado a su destino y no tiene condiciones, salvo que se enganche con un pool de siembra. Y tienen una rentabilidad que se ve afectada cuando suben las retenciones, por eso, desde el comienzo, ellos debieron ser excluidos de la resolución 125. Lo que dice la oposición es verdad, porque como no hay compensación para el maíz, el trigo o el sorgo, rinde más el cultivo de soja.
–¿Qué espera de los actos convocados por el oficialismo y las entidades rurales?
–Alfredo De Angeli dice que en el Monumento a los Españoles va a estar la patria, pero eso linda con el fascismo, porque abre la dicotomía de patria y antipatria. Y, si es así, estamos en serios problemas porque entonces la antipatria va a estar en el Congreso y eso es una desmesura en cualquier lugar del mundo.
–Los dirigentes rurales dicen que las cosas son diferentes. Que el rinde de Buenos Aires no es igual al de Entre Ríos. Y los que menos ganan parecen ser los que están al frente de los cortes de ruta.
–De que los rindes son distintos no tengo dudas. A lo que me refiero yo, centralmente, es a la Pampa húmeda.
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