“Estos ni siquiera son escraches, son directamente agresiones. Porque los escraches son manifestaciones de gente que hace un reclamo, pero no son violentos.” La afirmación corresponde a la diputada del Frente para la Victoria, Patricia Vaca Narvaja, quien sufrió el fin de semana el ataque de dirigentes agropecuarios en la localidad bonaerense de Roberts. El caso de Vaca Narvaja se sumó a la lista de gobernadores, intendentes y legisladores oficialistas que fueron agredidos por ruralistas antes y después de la votación en la Cámara baja. Además de la vicepresidenta de la Cámara, en los últimos días fueron agredidos sus compañeros de bloque, Carlos Kunkel y José María Díaz Bancalari. En contrapartida, la agrupación kirchnerista La Cámpora realizó una manifestación en las puertas de la Federación Agraria, en repudio de las declaraciones de Alfredo De Angeli (ver aparte).

El sábado, alrededor de las 22, Vaca Narvaja sufrió un ataque cuando pasaba el día en la casa de su familia política, en una ciudad bonaerense de unos 3000 habitantes. Mientras festejaban algunos cumpleaños recientes, “unos veinte autos comenzaron a dar vuelta a la manzana con bocinazos e insultos” durante aproximadamente quince minutos. Pero, según contó la diputada, el episodio continuó el domingo al mediodía cuando su nuera y su consuegro recibieron llamados telefónicos en los que fueron amenazados con “quemarles la casa”, además de “insultarlos”. “Irrumpieron en una casa de familia que no tiene militancia de ningún tipo”, aseguró la diputada quien luego del almuerzo se retiró, sin custodia policial, en su auto particular con destino a su casa de Capital Federal.

Aunque públicamente la dirigencia de las entidades agropecuarias rechazó las actitudes violentas de sus propios representados, con el correr de los días y el avance del proyecto del oficialismo sobre las retenciones móviles la ofensiva rural se fue haciendo más frecuente. Para la diputada “los ataques contra los legisladores responden a un plan sistemático orquestado por productores contra los que votaron respetando sus convicciones”. Fiel a su estilo directo, Kunkel responsabilizó políticamente de “los furibundos ataques” a las “patotas duhalistas y barrionuevistas, que siempre despreciaron la democracia y han usado fuerzas de choque, quemaron urnas y han profanado la quinta de San Vicente”.