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El juicio oral que se sigue contra el dirigente del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD), Raúl Castells, llegaba ayer a la noche a su etapa final cuando después de los alegatos, el acusado pronunciaba sus últimas palabras dentro del proceso judicial. “Creemos que nos vamos a volver con Castells entre nosotros”, dijo esperanzada la esposa del militante, Nina Pelosso.
En el segundo juicio por la libertad de Castells, que cumple prisión domiciliaria, el Tribunal oral número Tres de Lomas de Zamora escuchó los alegatos de la fiscalía y de la defensa. En tanto, afuera de los Tribunales se llevaba a cabo un campamento “que continuará frente al palacio de los tribunales a la espera de la sentencia del juez, que podría pronunciarse cerca de la medianoche, o bien entre mañana y el lunes”, según dijo Pelosso.
El dirigente del MIDJ cumple hoy 1215 días de detención domiciliaria en el local de su agrupación de Lomas de Zamora. Castells está acusado de intentar incendiar el edificio municipal de Lomas de Zamora el 13 de junio de 2001 cuando encabezó una marcha de 400 personas para exigir al entonces intendente comunal, Edgardo Di Dio, la entrega de bolsones de comida. En su contra se sigue el juicio por “coacción, usurpación de propiedad e incitación a la violencia”. Ayer su esposa comentó que “el ex intendente de Lomas de Zamora Edgardo Di Dio, quien declaró hoy (por ayer) ante el juez, aseguró que Raúl nunca lo amenazó ni lo obligó a entregar bolsones de comida”, aseguró Nina Pelosso. El viernes miles de personas marcharon hasta los Tribunales junto al dirigente, entre ellos el precandidato presidencial Adolfo Rodríguez Saá.