EL PAíS
¿Cómo ve usted que Lula tenga como candidato a vicepresidente a un empresario que además es considerado un conservador? ¿Cómo ve que siendo un candidato de izquierda, Lula hable de negociar con el FMI?
- Elisa Carrió (ARI): Me parece muy bien que tenga un empresario como candidato a vice. En una sociedad industrializada como la brasileña, esa elección constituye una alianza política estratégica.
- Luis Zamora (AyL): No, yo no designaría un vicepresidente empresario. Es repetir más de lo mismo y en ese caso estaríamos en una especie de continuidad de Fernando Henrique Cardoso. Yo no lo haría porque es seguir con lo que ya está. En esta cuestión y en los posibles acuerdos con el FMI veo justamente los problemas del próximo gobierno de Lula: va hacia un alineamiento que no comparto para nada.
- Darío Alessandro (Frepaso): Lo de designar a un vicepresidente empresario muestra la necesidad de una izquierda orientada hacia otro sector social como el empresariado. Sin embargo, el empresariado brasileño tiene otra visión del país que el argentino, aunque no se refleja en mejoras sociales. Pero son más desarrollistas. En cuanto a la ambigüedad de Lula respecto del FMI, se muestra lo condicionado que está. Los capitales amenazan con irse y ese es un grave peligro. Por ello no veo mal negociar, lo que hay que ver es el contenido de esa negociación.
- Oscar González (Partido Socialista): Poner un empresario como vicepresidente es una decisión encomiable, llena de audacia. Existe allí una clase social burguesa, productiva, que invierte y que no tiene nada que ver con la franja parasitaria, rentística, que en la Argentina liquidó sus activos para sacar rentas. Lo de aquí es un empresariado golondrina. La estrategia de Lula muestra osadía para cambiar. Lo que es un reaseguro para el inminente presidente del Brasil es la base obrera del PT, una base que está en el PT desde hace 22 años.
- Patricio Echegaray (PC): No lo veo mal. Yo evalúo una cuestión concreta: ¿Qué dicen los yanquis? Y obviamente están tratando de contrarrestar el triunfo de Lula conformado un eje México, Chile, Argentina. Cuando uno llega al gobierno por elecciones tiene que asumir una serie de compromisos y ellos necesitaban conquistar un 30 por ciento de la población con esa alianza. No me escandaliza. Me parece razonable. En Brasil, además existe un sector empresario productivo, en confrontación con el capital financiero. En la Argentina, en cambio, no existe ese sector productivo. Sí habrá que buscar acuerdos con pequeños y medianos empresarios, pero aquí el empresariado es Gregorio Pérez Companc, que vendió todo, o José Ignacio de Mendiguren que se hizo ministro de la Producción cuando ya había vendido todo y su único objetivo fue especular con la devaluación.
- Vilma Ripoll (MST): Nuestra corriente, conducida por el diputado Vavá, rechazó y criticó el acuerdo con el Partido Liberal y la designación de Alencar como vicepresidente. Dentro del PT hubo un bloque de izquierda que quedó en minoría y rechazó esa postura. Se da una situación notoria: mientras el movimiento de masas gira a la izquierda, Lula gira a la derecha. Ahora llamamos a que rompan esos acuerdos. Creemos que hay un giro negativo en el PT y por eso lo vemos un triunfo contradictorio. También rechazamos la estrategia de negociación con el FMI e impulsamos la idea de romper con el Fondo.
- Jorge Altamira (PO): No se puede ser muy rígido. Una fórmula progresista se puede aceptar, pero no la constituida por Lula esta vez. Apoyamos en la anterior elección la fórmula Lula-Bisol, que era una especie de hombre del ARI, o tal vez podríamos respaldar a un Salvador Allende. Pero en estecaso lo que se ha hecho es alevoso: reitero, Alencar es un empresario casi facho.