Con la certeza de contar con un número mayor al necesario, los senadores kirchneristas ratificaron que hoy convertirán en ley el proyecto presidencial de adelantar las elecciones nacionales para el 28 de junio. “Tenemos el respaldo de los 39 senadores del bloque y el apoyo del senador por Neuquén, Horacio Lores”, afirmaron a coro los legisladores K Nicolás Fernández y Eric Calcagno, que oficiaron de voceros tras la reunión de anoche, de la que participaron la mayoría de los miembros de su bancada. A estos 40 votos que asegura contar el oficialismo (necesita 37), se sumarán los dos representantes fueguinos que ayer anunciaron que rompieron con el ARI para acompañar “sin presiones” la iniciativa del Ejecutivo. Desilusionada por no haber provocado las fisuras que esperaba en el bloque oficialista, la oposición insistirá en la implementación del sistema de boleta única en las elecciones legislativas.

La reunión del bloque K todavía no había terminado cuando Fernández y Calcagno salieron a asegurar que el kirchnerismo no pasará sobresaltos para conseguir la mayoría calificada –la mitad más uno de los miembros del Senado– para modificar el calendario electoral. El apresuramiento obedeció a la necesidad de salirle al cruce de algunas versiones sobre supuestas dificultades del oficialismo para reunir los votos.

Había motivos. El encuentro de los senadores del bloque oficialista que estaba pactado para primera hora de la tarde fue postergado hasta las 19 y del mismo tampoco participaban todos los legisladores. Entre los ausentes se podía contabilizar al cordobés Roberto Urquía y el misionero Luis Viana, que habrían planteado cuestionamientos para sumar su voto. Sin embargo, el santacruceño Fernández justificó las ausencias “por problema de vuelos” y ratificó que no habrá faltazos a la sesión de hoy –citada para las 10– y que toda la bancada acompañará el proyecto.

A la hora del conteo, el kirchnerismo afirma que tiene el voto de los 39 senadores propios y del representante neuquino del MPN. Una cifra que no incluye ni a los santafesinos Carlos Reutemann y Roxana Latorre ni a los salteños Juan Carlos Romero y Sonia Escudero, que ya emigraron del oficialismo. Tampoco al catamarqueño Ramón Saadi, a quien todavía consideran miembro del bloque K.

Mientras el oficialismo apuraba la reunión y repasaba nombres, una noticia “inesperada” llevó distensión: los dos senadores de Tierra del Fuego José Carlos Martínez y María Rosa Díaz anunciaban que votarían a favor del adelantamiento de las elecciones. Una decisión que también implicó romper con el ARI fueguino para despejar las “presiones” de los partidarios de Elisa Carrió, que les exigían que voten en contra.

“Hemos resuelto presentar nuestra renuncia a la afiliación al ARI, sin perjuicio de seguir representando ante el Senado nacional al gobierno de Tierra del Fuego, proyecto del cual somos parte y por cuya razón, junto a la gobernadora, seguiremos defendiendo los intereses del pueblo de la provincia”, dice el comunicado que Martínez y Díaz redactaron ayer en Buenos Aires. Una postura que –afirman– los deja “fuera del juego de las presiones de actores políticos o de sectores partidarios que, lejos de promover el ascenso social de las mayorías populares, resultan funcionales al retorno de un orden de privilegios para pocos”.

Después, Martínez afirmó que se mantendrán en su rol de “oposición responsable” sin adherir al oficialismo porque “la oposición por la oposición misma es incompatible con el mandato popular”. “Ante una crisis tan profunda y grave como la que se está viviendo, estar en una disputa tan mezquina entre el oficialismo y la oposición, sin tener en cuenta discusiones centrales para la gente como la falta de trabajo y la necesidad de mantener y mejorar el nivel de vida, no tiene sentido y es bastante destructivo”, sostuvo el senador fueguino ante los periodistas.

Con los números del oficialismo en la mano, la oposición desistió de un encuentro compartido al que habían convocado el radicalismo, la Coalición Cívica y los distintos bloques del peronismo disidente. Desalentados por no haber logrado deserciones entre los senadores K, cada bloque opositor preparó su propia estrategia para afrontar el debate con la esperanza de desatar nuevas dudas entre los legisladores oficialistas. Un tema que ayer por la noche todavía alentaba el senador porteño de la Coalición Cívica, Samuel Cabanchik: “Siempre hay esperanza, esperamos que voten a conciencia y no por disciplina partidaria”, afirmó.

En tanto, la UCR y la CC insistirán en el recinto con la idea de incorporar el sistema de boleta única en las elecciones nacionales, cualquiera fuera su fecha. Una iniciativa que incorporaron a su dictamen conjunto de minoría y que intentarán transformar en su caballito de batalla durante el debate, donde plantearán sospechas sobre la transparencia de los próximos comicios. “Si están dispuestos a debatir y consensuar un proyecto serio, lo podemos discutir”, se les adelantó ayer el senador K Nicolás Fernández.