El bloque kirchnerista de senadores se reunió ayer por la tarde a repasar el porotómetro y llegar más distendidos a la sesión convocada para hoy, a las 11, donde buscará convertir en ley la prórroga por un año de las facultades delegadas por el Congreso al Ejecutivo –que incluye la atribución para fijar retenciones a las exportaciones agropecuarias– y la creación de un fondo para atender la emergencia agropecuaria, además de darle media sanción al proyecto oficial que limita los “superpoderes” del Gobierno para reasignar partidas presupuestarias. Aunque en la bancada K admitieron “algunas” bajas, confían en el apoyo de un puñado de aliados para lograr quórum y mayoría en la votación. El peronismo disidente anticipó que no le brindará quórum al oficialismo y los ruralistas volvieron a golpear todos los despachos del Senado, pero hoy no tendrán acceso a la barra del recinto de la Cámara alta.

Ayer se volvió a hacer sentir el trajín en los pasillos del Senado. El kirchnerismo reunió a su bloque en el despacho de su jefe, Miguel Angel Pichetto. El recuento del oficialismo no incluyó a varios de sus senadores y aliados: el empresario y senador peronista por Córdoba Roberto Urquía está de viaje en el exterior; la misionera Elida Vigo, del Frente Renovador de la Concordia, se repone de una enfermedad, y la otra peronista cordobesa Haidé Giri, tiene fecha hoy para ingresar al quirófano y no estaba claro si suspendería la operación, aunque ayer no estaba en el edificio del Congreso.

El oficialismo contabilizaba hasta ayer 38 senadores propios, uno más de los necesarios para alcanzar quórum e imponerse en las votaciones, que requieren de mayoría simple. Pero las novedades lo obligaron a repasar los números. Sin brindar demasiados detalles, desde la oficina de Pichetto dieron muestras de cierta “tranquilidad”: “Vamos a alcanzar el número suficiente para sesionar y aprobar las leyes que propone el oficialismo”, afirmaron a Página/12.

Aunque si se confirman las “bajas”, el kirchnerismo deberá apelar al apoyo de sus aliados, que no son muchos en la Cámara alta. El senador por el Movimiento Popular Neuquino, Horacio Lores, ya confirmó que acompañará con su voto al oficialismo, aunque habrá que esperar el comportamiento de los senadores fueguinos que responden a la gobernadora Fabiana Ríos.

El martes pasó por el Senado, Ríos –que fue en busca de apoyo al impuesto tecnológico que beneficia a las industrias ensambladoras de Tierra del Fuego– dijo que sus senadores “siempre tuvieron libertad de acción” en su actividad parlamentaria. Hoy, los fueguinos también plantearán en el recinto la “preferencia” para el tratamiento de ese proyecto en la próxima sesión del Senado, para que lo convierta en ley.

Por su parte, convencido del apremio del oficialismo, el peronismo anti K acordó no dar quórum a la sesión, aunque sí bajarán al recinto a dar debate si el kirchnerismo lo logra por sus propios medios. El acuerdo lo sellaron los puntanos Adolfo Rodríguez Saá y Liliana Negre de Alonso junto al sanjuanino Roberto Basualdo. Una medida a la que se sumarán Carlos Reutemann y su ex socia Roxana Latorre. La misma actitud adoptarían la UCR y la CC.

En tanto, los ruralistas volvieron a recorrer los pasillos del Senado. Dirigentes de las segundas líneas de las entidades que conforman la Mesa de Enlace golpearon despacho por despacho para hacer sentir su lobby. Tampoco faltarán hoy, empujados por sus dirigentes y con la ilusión de repetir el final de la sesión por la resolución 125. Aunque esta vez no podrán acceder a las gradas del recinto. Los senadores no quieren sentir sobre sus nucas la presión de productores ni de los partidarios K.