Viernes, 4 de diciembre de 2009 | Hoy
EL PAíS › TUMULTUOSO DEBUT DE LA NUEVA COMPOSICION DE LA CAMARA DE DIPUTADOS EN LA SESION POSTERIOR A LA JURA
Luego de arduas negociaciones, oficialismo y oposición llegaron a un acuerdo por las autoridades de Diputados y la integración de las comisiones. El kirchnerismo conservó la jefatura para Fellner, pero quedó en minoría en todas las comisiones.
Por Miguel Jorquera
Luego de complicadas negociaciones que llevaron todo el día, oficialismo y oposición sellaron un acuerdo que deja al partido de Gobierno y primera minoría parlamentaria con la presidencia de la Cámara de Diputados, pero lo desplazó de la vicepresidencia primera –se quedó con la segunda– y lo dejó en minoría en las 45 comisiones legislativas permanentes. Después de arduos debates, donde la oposición se plantó como un solo bloque UCR, PJ disidente, CC, PRO, GEN, socialistas, juecistas, Proyecto Sur y SI y solo accedió a dejarle al oficialismo con la mitad menos uno en cuatro comisiones que el bloque K considera estratégicas: Presupuesto, Asuntos Constitucionales, Juicio Político y Peticiones, Poderes y Reglamentos. La presidencia quedó en manos de Eduardo Fellner, la vice primera fue para el radical Ricardo Alfonsín, la kirchnerista Patricia Fadel con la vice segunda y la tercera quedó vacante tras la pelea entre Felipe Solá y Francisco De Narváez por los términos del acuerdo que dejó un sabor agridulce en el PJ disidente.
Desde temprano por la mañana, las dificultades en la negociación prenunciaron un día difícil para el oficialismo. El variopinto bloque opositor llevó al despacho de Fellner una propuesta común con la rúbrica de 142 diputados para dejar en claro que tenían mayoría y ya no había motivos para dilatar un acuerdo. La propuesta opositora iba “por todo”: mayoría en todas las comisiones y las tres vicepresidencias de la Cámara. Por esas horas el oficialismo insistía con la vice primera y mayoría en al menos seis comisiones “estratégicas para la gobernabilidad”.
Pero contraofertó otro acuerdo que contemplaba la vicepresidencia segunda para el bloque K, la presidencia de esas seis comisiones y mayoría oficialista en al menos cuatro de ellas. La respuesta opositora fue aceptar la presidencia y la vice segunda para el oficialismo y dejarlo con la “minoría máxima” –uno menos que la mitad– en cuatro comisiones: Presupuesto (25 opositores contra 24 oficialistas), Asuntos Constitucionales (18 a 17), Juicio Político (16 a 15) y Peticiones, Poderos y Reglamentos (16 a 15). Además de la advertencia que los tiempos se acababan.
Los nuevos diputados entraban al Congreso y el acuerdo no estaba sellado. Finalmente, en una nueva reunión en el despacho de Fellner el oficialismo selló el acuerdo. La lilita Patricia Bullrich fue la encargada de acercarle al oficialismo la planilla de cómo quedarían compuestas las 45 comisiones permanentes. La calma parecía que había llegado y la tormenta que amenazó con desatarse se había disipado.
Pero la lista que dejó la oposición no terminó de reflejar el acuerdo. Los kirchneristas buscaron rápidamente en la lista las comisiones clave y se encontraron con una sorpresa: en la Comisión de Presupuesto estaban con tres integrantes menos que le corresponderían según lo pactado. Comenzaron a mirar con lupa una a una, y demoraron en llegar al recinto.
Rápidamente, desde la oposición se agitó la versión que Néstor Kirchner había “pateado el tablero” y rechazó el acuerdo. La versión se extendía a supuestos enfrentamientos dentro del propio bloque K, que habrían terminado con la amenaza de renuncia del jefe de la bancada oficialista, Agustín Rossi, y el propio Fellner. Consultado, luego Rossi desmintió ese rumor.
Sin el oficialismo en las bancas, ya había pasado una hora y media de la hora pactada para la sesión preparatoria citada para las 17, la ahora disidente Graciela Camaño –como presidenta de la comisión de Asuntos Constitucionales– abrió la sesión y la dejó en manos de la diputada de mayor edad: la macrista Lidia “Pinky” Satragno. Con la oposición dispuesta a llevarse todo, Eduardo Macaluse (SI) frenó el entusiasmo del núcleo más duro y propuso un cuarto intermedio en las bancas para tratar de recomponer el acuerdo con el oficialismo. Mientras terminaba su intervención aparecieron los diputados kirchneristas para dar la pelea desde sus bancas. El jefe de los diputados radicales, Oscar Aguad, intentó evitar el cuarto intermedio pero finalmente el agua no llegó al río.
Elisa Carrió y Felipe Solá propusieron al resto del bloque opositor ir por todo “porque Kirchner había roto el acuerdo”. Cuando algunos diputados de centroizquierda reclamaron conocer las fuentes que afirmaban esa ruptura, ni Felipe ni Lilita pudieron precisarla. En un aparte, Rossi le dijo a los opositores que la lista de la composición de las comisiones no respetaba el acuerdo. La charla con Rossi llevó media hora, y la conversación del jefe K con su propio bloque llevó otros 45 minutos. Mientras tanto, el resto de la oposición discutía entre ellos.
Luego de volver al boceto original, oficialista y opositores corrigieron la lista de las comisiones en el despacho de Fellner. Mientras tanto, otra pelea se daba en el seno del PJ disidente. El empresario Francisco De Narváez le reprochó a Solá que el acuerdo había relegado a su pupilo Alfredo Atanasof a la vicepresidencia tercera y que por lo tanto no debían respetarlo. El resto de la oposición y el bloque kirchnerista ya estaban nuevamente en sus bancas, pero la disputa entre los disidentes no cesaba, con De Narváez y Solá discutiendo rodeado por el resto su bloque.
Después de casi dos horas más de negociaciones individuales y colectivas, se reanudó la sesión. Aguad leyó la propuesta opositora para autoridades de la Cámara, que dejaba la vicepresidencia tercera vacante (Solá y De Narváez no sellaron su propio acuerdo) y Bullrich leyó la composición de cada comisión, a las que dividió en dos grupos: el “A” de todo el bloque opositor y el “B”, que denominó “otros”, en los que incluyó al oficialismo y los bloques cercanos al kirchnerismo que no aprobaron el pacto opositor.
En el recinto, Rossi cuestionó el entramado opositor que se presentó como si fuera monolítico y criticó que no se respetara a la primera minoría que “supera holgadamente” al resto de los demás bloques parlamentarios. Además, insistió en que al oficialismo le correspondía la vicepresidencia primera. Pero que en base al “acuerdo político alcanzado”, votaría la propuesta opositora. Pero el salteño Walter Wayar y el bonaerense Martín Sabbatella reclamaron que quienes no habían participado de ninguno de los dos grupos quedaron afuera de todo. Sabbatella dijo que su bloque “no se siente identificado” con el acuerdo opositor ni por el oficialismo.
Pero el detalle fino de las comisiones volvió a paralizar la sesión para abrir nuevamente las negociaciones entre las bancas. Se conformó una comisión –que incluye a la mayoría de los bloques opositores y al oficialismo– que se reunirá el 9 de diciembre para cerrar las listas y los cálculos. En tanto la sesión preparatoria pasó a un cuarto intermedio hasta el 16 de diciembre. Lilita entonces volvió a entusiasmarse con la idea de sesionar, ya que todos los que juraron ayer estarán en funciones. Carrió está convencida de que empujará a la Cámara baja a sesionar a pesar de que las sesiones ordinarias, tras la prórroga presidencial, terminan el 10 de diciembre. Lilita reflejaba el estado de ánimo del acuerdo opositor. Para ellos comienza una etapa parlamentaria en que impondrán “la nueva mayoría” al oficialismo, confiando que mantendrán a la oposición unida, aunque muchos de ellos ya tienen puesta la vista en 2011. Para el kirchnerismo también comienza una nueva etapa que lo pondrá a prueba: Néstor Kirchner vivió de cerca, desde su propia banca de diputado, el camino hasta el acuerdo legislativo, pero nada hace pensar que se resignará a una resistencia pasiva.
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