Ayer, a tres minutos de las diez de la mañana, una hora y media antes de lo previsto, Néstor Kirchner fue dado de alta y abandonó en un auto oficial el Sanatorio de Los Arcos, donde permanecía internado desde el domingo, cuando fue sometido a una operación en su arteria carótida derecha tras sufrir un pequeño accidente cerebrovascular. “Estaba previsto que se iba a ir a las 11.30 –explicó a Página/12 una de las personas que siguió de cerca toda la internación–, pero en el momento en que le dieron el OK él se quiso ir” hacia la quinta de Olivos, donde lo esperaban su mujer, la presidenta Cristina Fernández, y sus más cercanos colaboradores. “Estoy muy bien, diez puntos”, les dijo el diputado a los periodistas que esperaban en la puerta de la clínica.

“Todo salió mejor de lo esperado”, confiaron a este diario fuentes médicas, que explicaron que el diputado “es un paciente más que se fue de alta, con indicación de reposo, al que se le realizarán algunos controles médicos y absolutamente nada más”. Consultados por las posibles consecuencias si Kirchner retoma su actividad habitual y no respeta el descanso prescripto, aseguraron que si bien “no es lo más conveniente”, no hay riesgos de que eso desemboque en otro episodio similar.

Con camisa blanca a rayas azules y una chaqueta al tono, el ex presidente abandonó el sanatorio en el asiento del acompañante de un auto oficial, junto a su escolta personal. Le aseguró a la prensa que retomará su actividad “rápidamente, como siempre”. A pesar de que fue dado de alta con la recomendación médica de “bajar el nivel de estrés”, Kirchner ni siquiera esperó a salir de la internación para ponerse manos a la obra, con la vista puesta en su reasunción como titular del PJ. “Está todo planificado para que reasuma el 10 de marzo”, aseguró el gobernador bonaerense Daniel Scioli, que lo reemplaza de forma interina en ese cargo desde el día después de las últimas elecciones legislativas.

“Ayer fue un día terriblemente agitado porque a la tarde recibió a todo el mundo”, relató a este diario un testigo de la recuperación de Kirchner: en su primera jornada fuera de terapia intensiva, por su habitación pasaron Scioli; el ministro del Interior, Florencio Randa-zzo; el gobernador del Chaco, Jorge Capitanich, y varios dirigentes cercanos al santacruceño, con quienes avanzó en los detalles del acto que se llevará a cabo en la ciudad chaqueña de Resistencia. “Hubo un montón de gente”, fue la impresión del personal de Los Arcos, poco acostumbrado a tanto movimiento.

Ayer, en cambio, se dedicó a “pasear con su familia por el parque de la quinta de Olivos”, o al menos ésa fue la versión que atravesó, unánime, los muros de la residencia oficial. Algunos rumores indicaban que podría viajar a El Calafate para descansar hasta su reasunción, aprovechando que la Presidenta irá a esa localidad santacruceña para participar de la Fiesta del Lago, el próximo lunes. Pero finalmente Néstor Kirchner se quedará en Buenos Aires, al menos por unos días más. “No se va este fin de semana, sino el otro. Cristina va a ir, pero él se queda en Olivos”, confirmaron.

Allí será supervisado por su equipo médico, encabezado por el cirujano general Luis Buonomo, junto al emergentólogo Marcelo Ballesteros y el neurólogo Luciano Fosato. Según confiaron sus allegados, el diputado sólo le hace caso a Buonomo, a quien conoce desde hace años y con el que tiene máxima confianza. “Néstor sólo se disciplina ante él”, dijeron en Olivos. El cirujano, entonces, será el encargado de controlar que Kirchner siga las indicaciones: “Tiene que hacer dieta baja en sodio y un plan progresivo de ejercicio físico”, indicaron.

El santacruceño había acudido el domingo a la Clínica de Olivos tras sentir molestias en su brazo derecho. Allí le diagnosticaron un pequeño accidente cerebrovascular causado por una placa ulcerosa en su arteria carótida derecha. Entonces se decidió trasladarlo al Sanatorio de Los Arcos para realizarle una intervención quirúrgica que removiera la placa y evitar futuros episodios más graves. Luego de menos de dos horas de operación, Kirchner abandonó el quirófano en perfectas condiciones, y su recuperación –resaltaron los médicos– fue “mucho mejor a lo esperado”.