Domingo, 14 de febrero de 2010 | Hoy
EL PAíS › ENTREVISTA CON EL SECRETARIO GENERAL DE LA CGT, HUGO MOYANO
El camionero habla del incremento de los precios y del modo en que los gremios negociarán salarios. Critica a la oposición y sostiene que “el Fondo del Bicentenario es revolucionario”. También marca la diferencia entre la Argentina actual y la del 2001.
Por Martín Piqué
En la mesa ratona se ve una pila de libros de color verde. Verde, el color que desde hace años identifica a Camioneros. La portada exhibe una foto de Perón en su tercer mandato. “Latinoamérica, ahora o nunca”, es el título del ejemplar que recopila un texto de Perón sobre recursos naturales, energía y continentalismo. Está editado por el Instituto Superior Arturo Jauretche. De pronto se abre una puerta y aparece el autor del prólogo: Hugo Moyano. Camisa blanca, pelo cada vez más cano peinado con gel y modernos anteojos sin marco para leer, el secretario general de la CGT invita a pasar a su oficina. El anfitrión se acomoda debajo de un retrato del restaurador Juan Manuel de Rosas en el que abunda –como corresponde– el rojo punzó. “Estamos haciendo un chequeo y algunas cosas han aumentado”, no tarda en reconocer. Lo que sigue es una charla de una hora y media sobre política, remarcaciones de precios, inflación y las paritarias de este año. Entre ocurrencias festejadas con risas y advertencias emitidas en un tono seco, Moyano suelta su pronóstico sobre lo que puede pasar en 2011. “El peronismo no va a girar a la derecha. Que sepan bien que el pueblo trabajador no está dispuesto a retroceder un centímetro de todas las conquistas que hemos logrado”, advierte.
–En la CGT suelen decir que tienen una forma de fijar un parámetro para las negociaciones paritarias: observando los precios de las góndolas.
–Tomamos los precios que se dan en los supermercados porque en muchos casos el 70, 80 y hasta el 90 por ciento del salario se utiliza en comida. Entonces nos tomamos de eso. Quizá la inflación general es más baja que la inflación que se da en los precios de los alimentos. Lo que el trabajador consume masivamente son alimentos. Por eso yo digo eso. No es una cosa caprichosa, hay que entenderlo.
–¿Qué análisis está haciendo la CGT de la evolución de los precios? ¿Estamos ante una remarcación generalizada?
–Estamos haciendo un chequeo y algunas cosas han aumentado. Pero no es para alarmarse de forma tal que pareciera que esto no se puede manejar. Hay productos como la carne que han aumentado. Es una realidad y no se puede negar. Pero hay motivos para que ocurra. La misma Presidenta lo ha dicho. Yo hablé con los compañeros del gremio de la carne y me dijeron que la Presidenta tenía razón. Cuando hay muchas praderas para alimentar el ganado los productores aprovechan para que el ganado engorde. Y la ausencia de ganado en el mercado hace que se encarezca. Es normal.
–Le pregunto por las paritarias. Hay algunos que aseguran que la CGT está pensando en un aumento de entre el 20 y el 25 por ciento.
–Eso no es cierto. Yo no sé de dónde lo sacan. Que diga quién lo dijo. Yo jamás he hablado de porcentajes. Yo lo que he dicho es que cada gremio y cada actividad deben discutir sus aumentos según el nivel de salario que tengan. Porque a lo mejor el 25 por ciento de un salario bajo es menor que un 18 por ciento de un salario alto. Hay que evitar alentar expectativas que después no se puedan cumplir. Es fácil boquear, es fácil decir vamos a pedir tanto... Porque enfrente tienen tipos, los empresarios, a los que no es tan fácil sacarles un aumento. Tampoco es prudente contribuir a generar el temor a que la inflación se pueda desfasar.
–Desde hace dos semanas, algunos medios empezaron a plantear que el nuevo peligro es la inflación. ¿Se busca enfriar la economía con ajuste y menos gasto?
–Quieren magnificar las cosas. Los responsables de transmitir la información, en vez de tener la responsabilidad de evitar estas situaciones, parece que las alentaran. El 2010 va a ser un año normal. Normal significa un año difícil. Porque no es fácil lograr salarios. En la discusión de paritarias se dan un montón de cosas. Si a nosotros nos hubiese pasado todo lo que pronosticaban la oposición y la gente del campo, hoy estaríamos como en 2001. Pero todo el mundo sabe que estamos a años luz de esa situación. Hay muchos que hoy quieren ser presidentes porque éste no es el país de 2001. Pensemos las diferencias. En aquel momento la deuda que teníamos era impagable. Pensemos las reservas que teníamos: eran mínimas. Recordemos la desocupación. Los comercios cerrados. Eramos un país exclusivamente importador. Hoy ha cambiado todo. Por eso es que hay muchos políticos que aspiran a gobernar el país. Hoy es mucho más sencillo gobernar el país. Por eso hay tantos aspirantes. Pero en 2001 hubo una borratina bastante importante. Y los responsables, los que nos habían llevado a esa situación, hoy se muestran como la solución para los problemas. Pero la sociedad sabe que no tienen la vocación, ni la capacidad, ni siquiera la responsabilidad, para gobernar. Porque cuando las cosas empiezan a andar mal, se toman el avión. El helicóptero.
–El jefe del bloque de la UCR en Diputados, Oscar Aguad, lo tildó de ignorante porque usted dijo que era importante que un país creciera y que a veces eso produce un poco de inflación.
–El ignorante es aquel que cree que está por encima de los demás. Ese es el grado mayor de ignorancia. No sé si ese señor ha leído los diarios del mundo. Porque todos los países en crecimiento tienen un porcentaje de inflación. Todos, sin excepción. Porque la deflación, o la inflación cero, se paga con puestos de trabajo. Esto es así. ¡Que lea un poco, que averigüe lo que ha pasado en otros países! Por ejemplo, en la última crisis, Inglaterra... el otro día veía por televisión y por los diarios que Inglaterra comenzaba a salir de la crisis. Seguramente –eso no lo averigüé– habrá tenido inflación cero o deflación. ¿Pero sabe con qué lo pagaron a eso? Con la pérdida de un millón trescientos mil puestos de trabajo. Esto es lo que tenemos que tener en cuenta. Cuando hay deflación, o cuando hay inflación cero, es consecuencia de que no hay consumo. Que los consumos masivos, que hacen los trabajadores, se paralizan porque tienen bajos salarios o porque no tienen trabajo.
–La oposición propone cambios profundos en la política económica.
–Seguramente. En todo caso que Aguad se preocupe y ocupe de los 60 millones de dólares que les faltaron a los correntinos después de que él fuera interventor de la ciudad de Corrientes. Era un crédito que sacó y que no aparece en ningún lado y que está siendo investigado por la Justicia. Todavía no pudo responder. Yo estoy convencido de que todos éstos que se la pasan deambulando por los canales de televisión, que se la pasan hablando, lo que hubieran hecho en caso de estar en el Gobierno es producir el ajuste que produjeron en su momento. Eso significa pérdida de puestos de trabajo, rebaja de salarios, rebaja de salarios a los empleados públicos y rebaja de salarios a los jubilados. Es la política que ellos quieren. Pero el pueblo argentino ya no la soporta.
–¿Qué debe hacer el Gobierno ante las subas de precios?
–El Gobierno está tratando de hacer todos los esfuerzos necesarios. Lo que deberían hacer los comerciantes es tomar conciencia de que no pueden remarcar permanentemente la mercadería. Cuando algunos pronosticaban una debacle total antes de finalizar el 2009, el Gobierno puso una inyección de dinero en las jubilaciones, en los puestos de trabajo para las cooperativas. Eso permitió que porcentualmente las ventas hayan superado a las del año pasado. Los remarcadores de precios tendrían que valorar eso y no aprovechar la situación para remarcar la mercadería.
–¿Alcanza con el pedido de conciencia? Su planteo recuerda a la frase “les hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo”.
–Esa frase pertenece a (el fallecido dirigente radical que fue ministro de Economía Juan Carlos) Pugliese. El Gobierno está haciendo, ha hecho y va a seguir haciendo todo lo posible para que tomen conciencia. Ha tomado una medida: si no baja la carne, no va a haber la misma exportación que hasta ahora. Son medidas para crear conciencia. No es para perjudicar a nadie. Acá se necesita que el empresariado tome conciencia. Recuerdo cuando Perón hablaba de la “economía en estado óptimo”. ¿Qué es eso? Lo decía el General. Obligamos a que se fabrique más, se reduce la ganancia individual, la rentabilidad por producto, pero se gana con la mayor producción. Eso, decía Perón, es poner la economía al servicio del pueblo.
–El DNU que creó el Fondo del Bicentenario debe ser ratificado en el Congreso. En el Senado hay una situación de mucha paridad y el resultado es incierto. ¿Qué opina la CGT de esa situación?
–Estos señores no entienden, no se dan cuenta o no quieren darse cuenta, de que el Fondo del Bicentenario es revolucionario. Se lo dice un laburante. ¡Es revolucionario! ¿Sabe por qué? Porque permite utilizar las reservas, que son ahorros de todos los argentinos, para reactivar la economía, y esa reactivación permite a su vez seguir juntando las reservas que se juntaron. Este señor (por Aguad) no lo quiere entender o mantiene una concepción irresponsable de capitalismo salvaje, como decía Juan Pablo II. Este tema lo he conversado con muchos economistas. ¿Qué hacemos con las reservas? ¿Las miramos? ¿Las juntamos? ¿Las vamos apilando? ¿Qué hacemos con las reservas? Busquemos un ejemplo de otro país. ¿Qué hizo Estados Unidos en plena crisis? Yo he hablado con dirigentes de Estados Unidos y ni ellos saben el dinero que puso Obama para reactivar la economía. Se habla del billón, del trillón de dólares, no se sabe cuánto han puesto para tratar de salvar algo la economía de Estados Unidos, con todas las empresas líderes que se caían. ¡Lo hicieron ellos! Y nosotros lo queremos hacer, no para salvar empresas, porque gracias a Dios la mayoría se pudo mantener, sino para reactivar la economía y seguir aplicando una política que a su vez nos permita juntar reservas.
–¿Qué va a pasar en el Congreso?
–Cada uno de los legisladores, pertenezcan al sector que pertenezcan, tiene que votar pensando cuál es el perjuicio y el beneficio. Porque se puede causar un perjuicio muy grande al pueblo, al Estado argentino, que somos todos, no al Gobierno.
–Algunos bloques sostienen que está bien usar parte de las reservas, pero dicen que es un error utilizarlas para pagar deuda privada...
–(Interrumpe y su voz denota cierto fastidio) ¡Es una garantía del pago de la deuda! Acá lo importante es que ese dinero se va a utilizar en reactivar la economía. Esto es lo importante.
–Libera fondos del Presupuesto.
–Pero por supuesto. Porque está previsto en el presupuesto el pago de esa deuda. Y permite reactivar las economías regionales. Acá hay que tener la suficiente capacidad como para darse cuenta cómo funcionan las economías del mundo, que no son las de hace un tiempo.
–¿Qué pensó cuando se enteró de la operación de urgencia a Néstor Kirchner?
–Me enteré por los medios. Llamé a un secretario de Néstor y me dijo “mirá, es algo repetido pero está todo bien”. Es como todo. Tratan de asustar, tratan de impresionar, pero como estamos tan acostumbrados. Igual que el título “Moyano confronta con el Gobierno”. Yo, si tengo que confrontar con este Gobierno, lo voy a hacer en la medida en que haga lo contrario a lo que está haciendo. Pero hasta ahora no ha demostrado eso.
–Esta semana, Carlos Reutemann deslizó que podría ser candidato presidencial. También dijo que hay que ver si en 2011 quedan en pie la Casa Rosada o la Plaza de Mayo porque, según él, antes se las podría robar el matrimonio presidencial.
–El dice eso... Es lo mismo que escucharlo a Massera o a Videla hablando de los derechos humanos. Reutemann es tan incoherente, a veces ridículo para decir las cosas, que hasta sus exabruptos ni siquiera son exabruptos. Yo no sé cómo fue gobernador de Santa Fe. No ha demostrado nada. Nunca habla de un proyecto, nunca habla de nada.
–En los últimos días aparecieron algunos carteles con la leyenda “Duhalde presidente, Moyano gobernador”.
–Esos son los pícaros que se convierten en boludos y hacen ese tipo de cosas. Son cosas que se hacían antes, hace muchos años. Se creen pícaros pero se convierten en boludos, porque todos sabemos quiénes son (N. de la R.: entre los aliados de Moyano en la CGT se ha comentado que esos carteles habrían sido impresos por orden del dirigente de Gastronómicos, Luis Barrionuevo).
–¿Pero quiénes son?
–Son tipos que no convocan, que no tienen protagonismo, a los que no les da bola nadie. Solamente son jetones, jetonean y boconean. Son esos tipos, yo no les doy bola. Profundizan su grado de pelotudos.
–Francisco de Narváez dijo que en algún momento el sindicalismo tendría que renovarse para que dirigentes como Hugo Moyano quedaran en el pasado.
–Yo le digo a ese señor que si tener el mejor sanatorio de Latinoamérica (por el recientemente inaugurado Sanatorio Antártida) al servicio de los trabajadores, si tener los mejores hoteles para el trabajador y su familia, los mejores campings recreativos, los mejores salarios, es ser parte del pasado que debe ser renovado, queda claro que ellos no entienden nada. ¡Son ellos los que se tienen que actualizar! Tienen la vieja ortodoxia del capitalismo salvaje. Ellos expresan el neoliberalismo; no pueden ver a un trabajador disfrutando de uno de los mejores hoteles como tenemos en Mar del Plata, en Pinamar o en Córdoba.
–¿Qué va a pasar en 2011? ¿El peronismo gira a la derecha?
–El peronismo no va a girar a la derecha. Porque la base del peronismo, su esencia, son los trabajadores. Y nosotros no vamos a girar a la derecha. Si ellos, Reutemann, Solá y De Narváez quieren en nombre del peronismo ir a la derecha, ahí va a venir la confrontación. Si ellos quieren congelar las paritarias, vendrá la primera confrontación. Si ellos congelan los salarios, vendrá la segunda confrontación. Y si ellos quieren ajustar, despidiendo gente, ahí vendrá otra confrontación. Que sepan bien que el pueblo trabajador no está dispuesto a retroceder un centímetro de todas las conquistas que hemos logrado.
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