Domingo, 16 de mayo de 2010 | Hoy
EL PAíS › LA PRESIDENTA VIAJO A MADRID PARA PARTICIPAR DE LA CUMBRE UNION EUROPEA-AMERICA LATINA Y CARIBE
Durante el encuentro internacional se espera el relanzamiento de las negociaciones para la firma de un tratado entre el Mercosur y el bloque europeo, que significaría la creación de la mayor área de libre comercio del mundo.
Por Santiago Rodríguez
Cristina Fernández de Kirchner llegará hoy al mediodía a Madrid para participar de la Cumbre Unión Europea-América latina y Caribe. Se encontrará con un continente sacudido por la crisis y el resurgimiento de las viejas recetas del Fondo Monetario Internacional, un escenario que le permitirá –si mantiene su línea de siempre– insistir en la necesidad de reformular los organismos de crédito internacional y contrastar lo que vuelven a proponer ahora como solución a los países en problemas con lo hecho en la Argentina desde el 2003 en adelante. A cargo de la conducción del grupo latinoamericano sobresale en su agenda la intención de avanzar en la profundización del vínculo entre las dos regiones y, sobre todo, relanzar las negociaciones para la firma de un acuerdo comercial entre el Mercosur y el bloque europeo. La acompaña Néstor Kirchner, quien estrenará en el plano internacional su flamante cargo de secretario general de la Unasur. Finalizado el encuentro, escenario propicio para que la Argentina vuelva a denunciar como ilegal la explotación petrolera de los británicos en las islas Malvinas, la Presidenta viajará el miércoles a Barcelona y se reunirá allí con empresarios.
En Madrid confluirán en estos días mandatarios y representantes de 27 países europeos y 33 latinoamericanos. La decisión del hondureño Porfirio Lobo de bajarse del encuentro aseguró la presencia de los presidentes de la Unasur, quienes desconocen la legitimidad de su gobierno y habían amenazado con no viajar a la capital española si él estaba presente. Es la sexta cumbre de América latina-Unión Europea. La primera tuvo lugar en 1999 en Río de Janeiro.
Cristina Kirchner debutó en ese foro en Lima hace dos años. Allí asumió hasta el 2010 la presidencia del grupo latinoamericano. Termina ahora su mandato regional y, además, ya no tendrá oportunidad de participar de otra cumbre de éstas en lo que queda de su mandato. Por eso, pretende dar un fuerte impulso a la integración birregional y en particular dejar como legado la definitiva puesta en marcha de las tratativas para la firma de un acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur, cuya presidencia pro témpore también ejerce durante este semestre. Esta última es su meta más ambiciosa y es compartida por el español José Luis Rodríguez Zapatero, quien conduce temporalmente el colectivo europeo. Los más optimistas dicen que esta vez existe voluntad política de avanzar a ambos lados del Atlántico y que todo podría estar listo para fines de este mismo año.
Un acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur significaría la creación de la mayor área de libre comercio del mundo, con alrededor de 700 millones de personas. A los países europeos les permitiría acceder sin restricciones a un nuevo mercado que se presenta aún más atractivo en el marco de la crisis que tiene a mal traer al viejo continente; Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay tendrían garantizado el ingreso a Europa de sus productos –en gran medida alimentos– en las mismas condiciones que los países que ya tienen tratados con la Unión Europea.
La tarea de los negociadores no será sencilla: basta mirar hacia atrás: la negociación comenzó en abril de 2000 y el alcance y los objetivos del acuerdo fueron ratificados dos años más tarde, en la anterior cumbre realizada en Madrid. Pero en el 2004 todo se interrumpió por lo mismo de siempre: desde aquí se reclamó la eliminación de los subsidios agrícolas para facilitar el ingreso de nuestros productos al viejo continente; los europeos se negaron y a su vez se toparon con el rechazo a su pedido de que el Mercosur levantara las trabas a la colocación de sus productos industriales.
El panorama cambió en noviembre pasado, cuando la vicepresidenta española María Teresa Fernández de la Vega visitó Buenos Aires y los gobiernos de Argentina y España se propusieron reabrir las negociaciones. Desde entonces hubo una serie de reuniones donde se comprobó que había margen para avanzar. En esas conversaciones estuvo el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Alfredo Chiaradía, y se siguió la fórmula que planteó la Presidenta: “Vamos a ir cerrando los temas en que estamos de acuerdo y dejamos para después en los que tenemos diferencias”.
El posible freno a las importaciones de alimentos que estudia el Gobierno sumó un nuevo elemento de discordia, pero de ambos lados dieron señales de que por el momento no es tan significativo como para hacer mella en la voluntad política de avanzar hacia el acuerdo.
Los diplomáticos españoles aseguran que “hoy el 90 por ciento de los temas están cerrados y lo único que falta definir es el 10 por ciento restante”. Y se entusiasman: “Con la India, hace un año y medio que estamos negociando formalmente y podríamos decir que estamos en el mismo nivel”.
Los puntos “sensibles” –como los definen los negociadores– son los mismos de antes. Francia y otros nueve países pusieron esta misma semana el grito en el cielo tras el anuncio de la Comisión Europea de su decisión de retomar las conversaciones con el Mercosur y advirtieron que la firma de un acuerdo sería “una muy mala señal para la agricultura europea”. Los franceses y sus aliados pretenden mantenerse en el marco de la Ronda de Doha de la Organización Mundial de Comercio, hoy también estancada, y amenazan con boicotear cualquier acuerdo.
A pesar de los cuestionamientos, la Comisión Europea ratificó su rumbo y explicó que “éste es de lejos el proyecto económicamente más importante” de Europa en América latina. “La cumbre será el momento del relanzamiento”, salió también al cruce el jueves pasado Fernández de la Vega y destacó que “el hecho de que en este momento Argentina presida el Mercosur y España la UE, y la voluntad de Lula de cerrar este acuerdo antes de que termine su mandato contribuirá a ello”.
Sobre la actitud de Francia y sus aliados, la número dos del gobierno español señaló que “hay países temerosos, pero no hay que ver esto con temor sino como una oportunidad para todos los sectores productivos” y recordó que un acuerdo con el Mercosur le daría acceso a la UE al quinto mercado mundial por PIB y proporcionaría unos “beneficios anuales de 4500 millones de euros como incremento de las exportaciones”. En paralelo, la diplomacia de su país contó los porotos: “Portugal, Alemania, Italia, Gran Bretaña y los países nórdicos, por citar sólo algunos, ya manifestaron que quieren avanzar. De última, las cuestiones se resuelven por mayoría y dentro de la Unión ya no existe el derecho a veto”.
A menos que “los europeos arruguen”, como bromeó un hombre de la Cancillería argentina, el anuncio formal del relanzamiento se haría a más tardar el martes. Para ese día está previsto el plenario de todos los presidentes que participarán del encuentro en Madrid. Los del Mercosur y la UE tendrán su propia cumbre mañana. Ese sería el escenario indicado para dar la buena nueva, pero nadie se arriesga a asegurar que a esa altura ya todos los detalles estarán cerrados.
Antes de participar de ese encuentro, Cristina Kirchner tendrá su primera actividad oficial en la capital española: a media mañana inaugurará una nueva oficina de Aerolíneas Argentinas. Por la noche, concurrirá a la cena que ofrecerá la Casa Real para agasajar a los mandatarios presentes en la capital española. Estaba previsto que la encabezara el rey Juan Carlos, pero la operación a la que fue sometido la semana pasada obligó a un cambio de planes y en su lugar estará el príncipe Felipe acompañado por su esposa Letizia. El heredero de la corona española y la Presidenta serán los únicos oradores de la velada.
Además de Kirchner, junto a CFK estarán en Madrid el canciller Jorge Taiana; los ministros Julio De Vido y Débora Giorgi; y el jefe del bloque de diputados del Frente para la Victoria, Agustín Rossi.
La Presidenta y su comitiva viajarán el miércoles a Barcelona. Allí Cristina Kirchner arrancará su jornada con una visita a la nueva sede de la empresa Gas Natural y mantendrá después una reunión con el presidente de la Generalidad de Cataluña, José Montilla, en el palacio comunal. Ambos encabezarán más tarde un encuentro con empresarios argentinos y españoles en la Caixa de Pensions. El intercambio con mujeres y hombres de negocios se repetirá por la noche, durante una cena que marcará el cierre del viaje de CFK a España.
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