A los 77 años, murió el padre de José Luis Cabezas. Sus familiares informaron que a José lo velaron en la avenida Mitre al 3400, de Sarandí, Avellaneda. El padre del fotógrafo asesinado en enero de 1997 era español; había nacido en el pueblo sevillano de Estepa, de donde emigró a la Argentina a los 18 años. Aquí se casó con Norma y tuvo dos hijos, José Luis y Gladys. “Nunca se pudo recuperar del asesinato de mi hermano”, aseguró ayer Gladys. En los años que siguieron al crimen, junto con su mujer y su hija, estuvo muy presente en las acciones de reclamo para impulsar la investigación judicial y los homenajes en recuerdo de José Luis. También llevó el pedido de justicia al exterior, especialmente a España. Como un gesto de respaldo, en su pueblo le pusieron el nombre José Luis a la calle donde él había nacido. José era creyente, aunque alguna vez confesó que quedó muy decepcionado por la falta de apoyo del clero al pedido de esclarecimiento del asesinato de su hijo. Mantuvo siempre un perfil más bajo que Norma y que Gladys, pero siempre en los actos sentando presencia. Cuando se dictaron las sentencias contra los horneros y los ex policías bonaerenses Gustavo Prellezo, Sergio Camarata y Aníbal Luna, aclaró que aunque estaba conforme por el fallo, sabía que “nunca más en la vida” iba “a estar contento”. “Me arrancaron algo de adentro mío”, definió. La salida en libertad de los asesinos había sido un duro golpe para él, contaron sus familiares. Por el homicidio de José Luis Cabezas no quedan detenidos. El último en salir de la cárcel, beneficiado con la prisión domiciliaria, fue Prellezo, el organizador del crimen.