La causa contra tres estudiantes de la UBA por participar de una protesta callejera finalmente resultó emblemática, pero no para quienes los acusaron. Ayer fueron absueltos por la Justicia porteña los dirigentes universitarios Jésica Calcagno, Patricio del Corro y Juan Oribe, contra quienes la fiscalía pedía el arresto por los cortes de calles que protagonizaron junto a organizaciones sociales, políticas y estudiantiles en septiembre de 2009 en repudio a la represión en la empresa Kraft, entonces en conflicto por despidos y persecusión gremial. Desde las 8 de ayer una manifestación multisectorial acompañó a los estudiantes y, cerca de las 11, festejó el veredicto. “Logramos la absolución con la organización y movilización de cientos de estudiantes y trabajadores, pudimos frenar el ataque de la Justicia porteña que nos persiguió e investigó”, dijo Oribe al salir del Juzgado Contravencional 7.

Bajo la consigna “Ningún estudiante preso” se habían convocado desde temprano –y durante tres horas bloquearon el tránsito en Tacuarí y Avenida de Mayo– militantes de centros de estudiantes y de la FUBA, delegados de Kraft, del subte, Donneley, Fate, comercio e Indec, además del Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.

Los fiscales porteños Aníbal Brunet y Martín Lapadú habían pedido el arresto efectivo de 30 a 40 días para los tres alumnos de Sociales y Filosofía y Letras que hace dos años cortaron Callao y Corrientes en solidaridad con la lucha de la ex Terrabusi. Pero el juez penal, contravencional y de faltas Javier Buján los absolvió de todos los cargos. Sólo quedó una causa pendiente de abril de 2010 contra Oribe por participar en una protesta frente a la Secretaría de Trabajo, pero la audiencia no tiene fecha porque está pendiente la cuestión de competencia en la Corte Suprema.

Del Corro señaló que “el gobierno de (Mauricio) Macri pretende una ciudad limpia de manifestaciones, mientras no da ninguna respuesta a los reclamos sociales”. Y agregó que “la absolución por prescripción no es más que el final de una vergonzosa causa con cientos de fojas que se armó en base a un espionaje ilegal de la Policía Federal”. En tanto, la abogada Myriam Bregman (Ceprodh) apuntó que “esa fiscalía, que responde al macrismo y buscó encarcelarlos para armar una causa modelo, tenía como testigos a policías que están siendo investigados por el robo del Banco Macro, en Callao al 200”. La letrada María del Carmen Verdú (Correpi) dijo que la absolución de los estudiantes “demuestra que la existencia del Código Contravencional de la Ciudad tiene como único objetivo la criminalización de la protesta social, porque después cuando llegan a los juicios orales ni los fiscales pueden sostener las acusaciones absurdas”.