Mientras la nueva comisión ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina evaluaba si pedir una audiencia de presentación con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y los obispos avanzaban en la integración de las comisiones, el presidente saliente, cardenal Jorge Bergoglio, dialogó ayer con representantes de prensa del Episcopado, Aseguró que durante sus seis años de mandato habló siempre como “un obispo cualunque” y evitó referirse a temas de actualidad.

La CEA eligió el martes a José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe, como nuevo presidente para los próximos tres años. Bergoglio, a quien el propio estatuto de la organización le impedía buscar una nueva reelección, reflexionó que “siempre hay cosas que cambiar” y enfatizó que sería positivo “pensar en que podemos ser un poco más santos todos” y “hacer un esfuerzo para acercarnos a Jesús”.

Consultado sobre si dejaba sus funciones con alguna deuda, el cardenal respondió que “sí, se me ocurren muchas cosas, con los curas, acá en la arquidiócesis (de Buenos Aires)”. Sin embargo, evitó profundizar y se limitó a decir que “hay que seguir caminando e ir haciéndolas de a poco”. “Esta es una ciudad que de noche tiene tres millones de habitantes y de día ocho. Cuántas cosas hay que hacer ahí”, generalizó.

Bergoglio destacó la “unidad y la fraternidad” que hubo entre sus pares durante los seis últimos años que estuvo al frente de la CEA y subrayó que a pesar del cargo “hablé como un obispo cualunque”. “Como presidente, no. Me sentí siempre como los demás”, aseguró.

El purpurado habló luego sobre su gusto por “callejear” por los barrios porteños y de su escasa relación con la tecnología. “Celular no tengo, computadora no sé manejar. Tengo una Olivetti... y con eso me arreglo para contestar las cartas. Generalmente escribo todo a mano”, detalló. Cuando le preguntaron cómo se informa sobre las noticias del país y del mundo, puntualizó que todas las mañanas lee el diario, tarea que no le lleva “más que veinte minutos”, aseguró. “Y no sé qué es, pero tengo una habilidad o capacidad de leer en diagonal, de pescar justo los puntos clave, desarrollarlos y entender qué hay detrás y, si no, preguntar. En general, a la mañana ya estoy informado”, destacó.

Mientras fuentes eclesiásticas evaluaban la posibilidad de pedir una audiencia con la jefa de Estado para “llevar un saludo protocolar” de la nueva conducción, que también integran el obispo Virginio Bressanelli (Neuquén) y el arzobispo Mario Cargnello (Salta) en las vicepresidencias y el obispo Enrique Eguía Seguí en la secretaría general, los obispos continuaron ayer con la elección de titulares y miembros de las comisiones episcopales. Fueron elegidos Jorge Lozano (Gualeguaychú) y Oscar Ojea (coadjutor de San Isidro) para Pastoral Social y Cáritas respectivamente, mientras el ultraconservador Héctor Aguer (La Plata) logró la reelección en la de Educación Católica y Agustín Radrizzani (Mercedes-Luján) en Comunicación Social. El plenario ejecutivo proclamó a Andrés Stanovnik (Corrientes) en la titularidad de Pastoral Familiar, a Carlos José Ñáñez (Córdoba) en Ecumenismo, Relaciones con el Judaísmo y con otras Religiones; a Adolfo Uriona (Añatuya) en Ayuda a las Regiones Más Necesitadas, y a Carlos Malfa (Chascomús) en Migraciones y Turismo.