El Ministerio de Seguridad presentó una denuncia contra los tres custodios del fallecido fiscal Alberto Nisman que tenían a su cargo su seguridad ese día. Hicieron la denuncia con el objetivo de que se esclarezca la responsabilidad de los policías en lo ocurrido durante las 12 horas previas a la llegada del secretario de Seguridad, Sergio Berni, al lugar de los hechos.

La presentación fue ante la fiscalía de Viviana Fein y estuvo a cargo del secretario de Articulación con los Poderes Judiciales y los Ministerios Públicos, Rodrigo Luchinsky. Los denunciados fueron el sargento de la Policía Federal Rubén Benítez –el hombre de mayor confianza de Nisman entre sus custodios, a quien le habría pedido consejo para comprar un arma–, y los policías Arnaldo Niz y Rubén Miño, que tenían a su cargo la custodia de Nisman el domingo y tardaron desde las 11 de la mañana hasta las 22 para entrar al departamento de Nisman a ver por qué no respondía a las llamadas. Todos están en situación de “disponibilidad preventiva”, dispuesta por el jefe de la Policía Federal, Román Di Santo, hasta que concluya la investigación judicial.

Miño y Niz incurrieron en contradicciones en sus declaraciones ante la fiscal –uno dijo que subieron a tocarle el timbre a las 14 de ese domingo; el otro, a las 17; además difirieron en los lugares donde estaban estacionados– por lo que también se les abrió un sumario en la Federal.

Nisman tenía 10 custodios que se ocupaban de su seguridad. Ante las amenazas que había recibido, la Procuración quiso incrementar el número, pero Nisman no aceptó.