Domingo, 25 de octubre de 2015 | Hoy
EL PAíS › EL PLANTEO DE UNA SOBRE LOS VOTOS EN BLANCO
El massismo pidió incluir los votos en blanco para el cálculo de los porcentajes, lo que hace más difícil ganar en primera vuelta. La juez María Servini de Cubría rechazaría el pedido.
Por Raúl Kollmann
El planteo de Una Nueva Alternativa (UNA), la fuerza que encabeza Sergio Massa, de que se computen los votos en blanco para el cálculo de los porcentajes que definen o no la existencia de un ballottage, va camino al fracaso. Llamó poderosamente la atención que UNA eligiera la provincia del Chaco para hacer la presentación y levantó enormes sospechas que el juez federal electoral de Resistencia, Carlos Skidelsky, retornara abruptamente de una licencia para resolver el planteo. Sin embargo, cuando el rumor era que acogería la posición de Massa, Skidelsky se declaró incompetente y le envió la presentación a la jueza María Romilda Servini de Cubría, quien entiende en la elección presidencial por tratarse de una elección en la que todo el territorio nacional es un distrito único. La lógica indica que Servini rechazará el planteo y lo mismo hará la Cámara Nacional Electoral que ya se pronunció en forma similar en 2002.
La cuestión de computar o no el voto en blanco fue muy discutida durante la Convención Constituyente de 1994. El peronismo, cuyo referente en el tema fue Alberto García Lema, tenía la postura de que no se computara el voto en blanco para calcular los porcentajes respecto del ballottage. El justicialismo consideraba que aún en épocas de crisis le resultaba más fácil ganar así en primera vuelta. El alfonsinismo, que apostaba a que hubiera segundas vueltas, discutió mucho el tema y finalmente quedaron en subir el porcentaje necesario para ganar en primera vuelta al 45 por ciento (el proyecto original hablaba de que ganaba el candidato que consiguiera el 40), pero se excluyó del cálculo el voto en blanco. Para ello se hizo una distinción entre voto válido, que es total menos los votos nulos, y voto afirmativo, que es el total de los sufragios menos los votos nulos y los votos en blanco. El concepto es que se considera voto afirmativo el que va para algún candidato.
En el momento del debate de la Constitución del 94 la cuestión fue de importancia porque hubo una oleada –como en oportunidades posteriores– de descreimiento con la política. En esas circunstancias, en algunas elecciones creció mucho el voto en blanco. De esa manera, conseguir el 40 por ciento del 100 por ciento de los votos válidos no era tan sencillo. En cambio, si se excluían los votos en blanco –supongamos un diez por ciento– la exigencia para ganar en primera vuelta era menor, consistía en conseguir el 40 por ciento del 90 por ciento de los votos. Obviamente es más difícil conseguir 40 votos de cada 100, que 40 votos de cada 90. Hay que agregar que esta cláusula exige, además, que el primero le saque diez puntos al segundo. En una elección como la de hoy, en la que el triunfo en primera vuelta o la necesidad de ballottage podría resolverse por décimas, incluir el voto en blanco, que fue 5,06 por ciento en las PASO, le haría más difícil a Scioli o a cualquier candidato un triunfo en primera vuelta. La Cámara Nacional Electoral –integrada por Santiago Corcuera, Alberto Dalla Via y Rodolfo Munne– ya dijo en un fallo de 2002 que la Constitución Nacional, en el artículo 98, habla de que se computan para el cálculo los votos afirmativos válidamente emitidos, es decir que la voluntad de los convencionales fue dejar en claro que no son lo mismo los votos afirmativos que los válidos y por eso usaron los dos términos. Eso hace prever que tanto Servini como la Cámara rechazaran el planteo de UNA. Uno de los enigmas fue la razón por la cual la presentación de Massa se hizo en el Chaco. Desde UNA dijeron que el texto se elaboró en esa provincia y por eso se presentó allí. En la Justicia se sospechó que el juez chaqueño les había dado media palabra de que aprobaría la postura del tigrense, con lo cual se enturbiaría el cálculo sobre el ballottage el domingo a la noche. Las sospechas crecieron todavía más cuando se supo que el juez Skidelsky estaba de licencia y regresó para resolver. Siempre estuvo claro que, al final, la Cámara rechazaría la pretensión de UNA, pero para el massismo resultaba importante que no hubiera definición en la noche de hoy y, además, no descartaba que la cuestión llegara a la Corte Suprema. Su razonamiento es que el voto en blanco también es positivo, en tanto es una decisión del votante. Lo cierto es que el juez Skidelsky finalmente decidió excusarse y le mandó la presentación a Servini. En Tribunales dicen que todavía no llegó el escrito, que recién lo tendrá la magistrada este lunes. Servini ya desestimó un planteo similar en su momento y lo mismo hizo la Cámara.
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