Domingo, 29 de noviembre de 2015 | Hoy
EL PAíS › EL CAMBIO DE GOBIERNO, EL MEMORANDUM, EL CASO NISMAN Y LA CAUSA POR ENCUBRIMIENTO
El PRO buscará lograr el “gesto” de derogar el entendimiento con Irán, aunque no le cierran los votos en el Congreso. Las posibilidades de revertir el caso Nisman y acusar a Kirchner y a Timerman.
Por Raúl Kollmann
Las secuelas del atentado contra la AMIA, a casi 22 años del ataque, plantean fuertes desafíos políticos y judiciales para 2016. La llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada produjo un verdadero terremoto en el post-AMIA, lo que incluye el Memorándum de Entendimiento con Irán, la causa por la muerte de Alberto Nisman, el expediente por la cantidad inusitada de dólares no declarados que el fiscal acumuló en el exterior y el país y, finalmente, no faltan los que sueñan con reabrir la denuncia de Nisman contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el canciller Héctor Timerman. En el corazón de esas secuelas del atentado está el juicio por encubrimiento que se lleva adelante en Comodoro Py y en el que están sentados en el banquillo de los acusados Carlos Menem, el ex juez Juan José Galeano, el ex policía favorito de Macri, Jorge “el Fino” Palacios, el ex titular de la DAIA, Rubén Beraja, fiscales y varios hombres fuertes de lo que fuera la SIDE. Todos ellos seguramente celebraron el resultado del ballottage. El cambio de signo en la Casa Rosada hizo que muchos que jugaban de visitantes se sientan locales ahora y piensen los distintos aspectos del caso AMIA como terrenos para revanchas o vueltas atrás.
Pese a que Irán ya firmó un acuerdo nuclear con Estados Unidos, Rusia, China, Alemania, Francia y el Reino Unido, y empezó un proceso de levantamiento de las sanciones que pesaban sobre Teherán, el presidente electo reiteró esta semana que enviará un proyecto de ley al Congreso para revocar el Memorándum que la Argentina firmó con Irán respecto del expediente AMIA. La movida parece más un gesto ampuloso orientado a congraciarse con Washington y Jerusalén que una medida pedida por la realidad. Irán mostró poco interés en el Memorándum porque ya negociaba con Estados Unidos y después de la firma del acuerdo con las potencias, el 14 de julio en Viena, está en marcha su principal objetivo: que le levanten las durísimas sanciones. Por ejemplo, existía un embargo de cuentas, obstáculos para vender su petróleo y otras penalidades que Irán sufría desde hace años. Se decía que los republicanos iban a bloquear el acuerdo en el Congreso norteamericano, pero finalmente el tratado pasó también ese filtro. Hoy Irán está sentado, además, en la mesa de negociaciones con Estados Unidos y Rusia para afrontar la crisis provocada por ISIS. Teherán es un aliado de las potencias en la batalla contra los jihadistas sunnitas. Aquel argumento de la oposición argentina de que no se podía negociar con Irán por ser ellos los terroristas naufragó estruendosamente y quedó enterrado con la firma del tratado de Viena.
Para revocar el Memorándum, el nuevo oficialismo necesitará los votos en las dos Cámaras. La lógica indica que no debería tener tantas dificultades en Diputados, porque allí también el Frente Renovador se pronunció en contra del acuerdo con Irán. El mayor desafío estará en el Senado, donde el Frente para la Victoria cuenta con un mínimo de 42 bancas. “Está claro que de ninguna manera va a colar una ley que plantee la derogación porque el Memorándum fue inconstitucional o que violó principios políticos. Cualquier texto de esa naturaleza sale rebotado, porque ningún senador del FpV aceptará que votó una norma contraria al país o inconstitucional. Habrá que ver si proponen derogarlo porque pasó el tiempo e Irán no lo convalidó expresamente. En ese caso, deberán contarse los votos”, le explicó un encumbrado senador a Página/12.
Pese a que perdió peso en la realidad, el Memorándum sigue su tránsito por los tribunales. Y de allí podría salir, más tarde que temprano, un fallo que establezca la inconstitucionalidad. El expediente podría llegar a la Corte, aunque no es seguro. En cualquier caso, una decisión judicial tendrá menos impacto político que una revocatoria del Memorándum por ley. Lo que busca el macrismo es imponerse en dos aspectos:
- El internacional, con un gesto que verán con buenos ojos en Estados Unidos e Israel, aunque ya Washington haya acordado con Irán.
- El nacional: revocar el Memorándum es una especie de ajuste de cuentas con el kirchnerismo en materia de política internacional.
El pronóstico en el Senado sugiere que la revocatoria será muy difícil, aunque no imposible.
La causa por la muerte del fiscal Alberto Nisman no tendrá dictamen de la fiscal Viviana Fein hasta febrero. Del lado de la querella que encabeza la ex esposa de Nisman, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, la sensación es que pasaron a jugar de locales. La magistrada estuvo, sorpresivamente, como invitada de Macri en el debate que se realizó en el Facultad de Derecho. Hoy por hoy, la fiscal está esperando el final de la pericia informática, que encabezó la Policía Metropolitana. El trabajo empezó en febrero y de manera asombrosa todavía no está terminado. Durante el proceso, los peritos de la Metropolitana –muy ligados a la estructura norteamericana– jugaron todo lo posible a favor de la querella de Arroyo Salgado. Esta semana, los peritos oficiales, es decir los de la Metropolitana, emitieron un dictamen que deja las cosas en un terreno brumoso:
- No se puede saber si Nisman abrió su computadora el domingo a la mañana porque es imposible saber si el reloj de la computadora registraba la hora precisa. El dato es importante porque si Nisman, como todo lo indica, estaba vivo el domingo 19 de enero a la mañana, significa que el informático Diego Lagomarsino no tuvo que ver con su muerte y se fortalecería la hipótesis del suicidio. Página/12 verificó en su server que desde la dirección de IP de la computadora de Nisman se accedió al diario a las 7.30 de aquel domingo. Se trata de una prueba categórica. Sin embargo, los peritos oficiales no la tuvieron en cuenta y mantuvieron su postura de que no se pudo verificar el horario de la computadora.
- El dictamen tiene un aspecto novedoso, que fue rechazado por los dos peritos de parte, el de Arroyo Salgado, Gustavo Presman, y el de Lagomarsino, Marcelo Torok. Dicen los hombres de la Metropolitana que el celular de Lagomarsino tomó señal de una antena de Puerto Madero casi a las 21 horas. Los peritos oficiales dijeron que verificaron ese dato por sus propios medios, lo que fue desconocido por Presman y Torok dado que las pruebas deben hacerse en presencia de los peritos de parte. Lo fundamental es que lo señalado por la Metropolitana se contradice con las cámaras de las autopistas que verifican que a esa hora Lagomarsino estaba en Martínez, o sea llegando a su casa, y no en Puerto Madero.
- Respecto del troyano, un software espía que apareció en el celular de Nisman, los peritos de la Metropolitana sostienen que no sirvió para espiar porque era inadecuado para el celular del fiscal. Sin embargo, dicen que se instaló desde un lugar de Entre Ríos y afirman que es una pista que se debe seguir.
- Por último, en cuanto a los 26 ingresos simultáneos a la computadora de Nisman, el domingo a las 20.07, cuando el fiscal ya estaba muerto, los peritos oficiales afirman que se trató de un error del sistema operativo Windows.
Esta semana dictaminarán los dos peritos de parte y se supone que el informe final se le entregará a Fein dentro de diez días. Por otro lado, la fiscal está esperando las respuestas de Estados Unidos respecto de un par de cuestiones de importancia. Por ejemplo, Yahoo podría decir a qué hora accedió Nisman por última vez a sus mails. Lo que surge de la computadora es el domingo a las 7.30. Y la misma pregunta fue para Google, por cuanto Nisman navegó en las páginas de este diario, otros diarios, vio fotos de una modelo con la que aparentemente estaba obsesionado y un texto de Claudio María Domínguez sobre el regreso de la muerte. En general, los organismos de seguridad e inteligencia de Estados Unidos son reacios a contestar preguntas de la justicia de otros países, algo que se verifica también este caso: la jueza Fabiana Palmaghini firmó el pedido a las empresas norteamericanas en junio pasado y hasta el momento no contestaron.
A la fiscal Fein todavía le faltan tomar algunas declaraciones relacionadas con agentes de inteligencia que intercambiaron llamado el domingo 18 de enero, cuando el cuerpo de Nisman no había aparecido. Por lo que se sabe, gran parte de las comunicaciones fueron cursadas a través de uno de los jefes de la ex SIDE, Fernando Pocino, quien sostiene que aquel fin de semana fue muy caliente: había desaparecido un misil en La Plata, Nisman venía de presentar su denuncia contra la Presidenta y había peligro de una guerra de barras bravas de River y Boca en Mar del Plata. Uno de los que ya declaró por estos llamados es el fiscal Carlos Stornelli, cercano al macrismo y ex jefe de Seguridad de Boca Juniors.
Por lo que le ha dicho a sus colaboradores, Fein espera tener redactado su dictamen en febrero. Todo indica que sostendrá que Nisman se quitó la vida, aunque habrá que ver si la fiscal deja abierta la posibilidad de que Nisman haya sido inducido al suicidio.
Como se sabe, a raíz de que Arroyo Salgado reveló la existencia de una cuenta en el Merrill Lynch de Nueva York, se abrió una causa por lavado de dinero contra la madre de Nisman, Sara Garfunkel, la hermana del fiscal, Sandra, y el informático Lagomarsino. Los tres aparecieron como titulares de esa cuenta en la que se movieron, como mínimo, 650.000 dólares en operaciones sospechosas. La calificación de operaciones sospechosas no la impuso el periodismo sino la agencia antilavado de Estados Unidos, la Fincen, Finantial Crimes Enforcement Network.
La investigación a cargo del juez Rodolfo Canicoba Corral y el fiscal Juan Pedro Zoni cobró un rápido impulso porque aparecieron dinero y propiedades no declaradas, puestas por Nisman a nombre de sus familiares. No sólo la cuenta de Nueva York, sino propiedades en Punta del Este y en la Ciudad de Buenos Aires. El fiscal mantuvo el control total de la cuenta neoyorquina designándose así mismo apoderado, por lo que hizo todos los ingresos y egresos del Merrill Lynch. El abogado de Garfunkel, Pablo Lanusse, logró el desplazamiento de Canicoba y seguramente celebró el sorteo que puso al frente de la causa a Claudio Bonadio, uno de los magistrados más afines a la oposición.
Ahora todos están esperando un pronunciamiento de la Sala I de la Cámara Federal. Es que Lanusse cuestionó que se haya incorporado al expediente el informe de la Fincen, una prueba categórica de la existencia de fondos no declarados en Nueva York. Si esa evidencia se cae, no será nada fácil probar que se ingresaron al circuito bancario fondos ilegales. Es que el Merrill Lynch no contestará nunca a ningún exhorto, según la experiencia que ya hay en Tribunales, porque entre otras cosas probaría que abría cuentas no registradas en Argentina. La realidad es que está probado que Nisman tenía la cuenta en Nueva York y que el origen del dinero está inexplicado. También es cierto que ni Garfunkel ni Sandra Nisman ni Lagomarsino realizaban las operaciones. Sin embargo, el lavado de dinero –incorporar al circuito legal dinero de origen ilegal– existió, por lo que las defensas se juegan a anular pruebas o a que la causa quede dormida.
En algún momento, las dos escuderas de Nisman en el PRO, Laura Alonso y Patricia Bullrich, señalaron que deberá verse si se puede aplicar la cosa juzgada írrita a la denuncia que hizo Nisman pocos días antes de morir. Como se sabe, esa denuncia fue rechazada por varios jueces, criticada por algunos de los juristas más reconocidos del país –Raúl Zaffaroni, León Arslanian, Ricardo Gil Lavedra, Julio Maier– y luego desestimada por el juez de la causa, Daniel Rafecas, por inexistencia de delito.
Nisman decía que la Presidenta, el canciller y otros funcionarios firmaron el Memorándum con Irán como una operación de encubrimiento de los sospechosos iraníes. O sea que se buscó que queden impunes a cambio –según Nisman– de poner en marcha un intercambio de petróleo por granos. Uno de los argumentos del fiscal fue que el Ejecutivo hizo gestiones para que se levanten las alertas rojas de Interpol contra los funcionarios iraníes. Eso fue demolido por el ex secretario general de Interpol, el norteamericano Ronald Noble, quien explicó que Timerman había insistido en que las alertas no debían levantarse por el Memorándum, y lo mismo quedó en claro con las cartas enviadas por la Cancillería a Interpol. El fallo de Rafecas fue ratificado por la Cámara Federal y luego el fiscal Javier De Luca no sostuvo la apelación ante la Casación. Así fue que la denuncia terminó desestimada y cerrada.
La cosa juzgada írrita es una doctrina por la cual se puede revertir una causa ya cerrada. La condición es que el cierre haya sido producto de un fraude o que aparezca una prueba categórica que obligue a rever las cosas. El ejemplo más conocido es el del ex juez Juan José Galeano que fue sobreseído en una causa en la que se le imputaba pagarle a un acusado, pero luego aparecieron dos videos en los que se lo vio negociando con ese acusado, Carlos Telleldín. Es casi imposible que hoy se presente un cuadro semejante respecto de la denuncia de Nisman y todo indica que no habrá reapertura. Pero en este caso, como en el del Memorándum, la muerte de Nisman o el lavado de dinero, la política jugará su papel. Podría ser parte de una política de demonización del kirchnerismo, pensada para influir en una opinión pública impactada por el ajuste.
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