Miércoles, 16 de diciembre de 2015 | Hoy
EL PAíS › ZAFFARONI PARTICIPó DE UN ACTO CON GILS CARBó Y CUESTIONó LA DESIGNACIóN POR DECRETO DE JUECES PARA LA CORTE
En la presentación de la nueva Dirección General de Derechos Humanos de la Procuración, Gils Carbó advirtió que las presiones en contra suya apuntan a todo el Ministerio Público Fiscal. “Estamos viviendo una provocación muy fuerte”, señaló Estela de Carlotto.
Por Ailín Bullentini
El motivo de la ceremonia que ayer por la tarde tuvo lugar en la Procuración General de la Nación era la presentación de un nuevo espacio en esa estructura: la Dirección General de Derechos Humanos, a cargo de Andrea Pochak. Sin embargo, la insistencia del gobierno de Mauricio Macri en la “necesidad” de que la titular de la cartera autárquica, Alejandra Gils Carbó, “dé un paso al costado”, así como la designación por decreto del Presidente y sin participación del Senado de dos nuevos magistrados en la Corte Suprema preponderaron en las charlas de pasillo entre jueces y fiscales; abogados y trabajadores de la Procuración; referentes de organismos y organizaciones sociales dedicadas a la temática, y también en las exposiciones de quienes encabezaron el acto. “No sólo vienen por mí”, advirtió la procuradora, al deslizar que la estrategia del Ejecutivo macrista de correrla de su cargo tiene que ver con “avasallar la autonomía e independencia” de la Procuración. El ex juez de la Corte y actual integrante de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Raúl Zaffaroni, aseguró que el decreto de necesidad y urgencia con el que Macri nombró a los dos nuevos supremos “es equivalente a la clausura del Congreso de la Nación”. “Estamos viviendo una provocación muy fuerte”, sostuvo a su turno la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, quien propuso una alternativa de acción: “Darnos las manos, luchar juntos y venceremos”.
“Hicimos lo que nunca nadie había hecho”, ponderó Gils Carbó, tras recordar que el rol del Ministerio Público Fiscal (MPF) en la actualidad es “resguardar el delicado equilibrio entre la ética y la seguridad, la lucha contra el narcotráfico y las violaciones a los derechos humanos de los sectores pobres, el proceso de Memoria, Verdad y Justicia”. “Hoy se dan cuenta de que no sé de derecho penal. Falta que digan que soy mujer”, apuntó directo a quienes critican su gestión y abogan por que abandone el cargo. Los criticó por tildarla de “procuradora militante” y “procuradora con superpoderes” y les advirtió: “No basta atar de pies y manos a Gils Carbó, hay centenares de personas que trabajaron para quebrar una cultura inercial y convertir a este ministerio en un lugar proactivo en materia de derechos humanos de ayer y de hoy”, destacó la titular de la cartera autárquica, quien se apoyó en “las organizaciones, en los referentes, en las víctimas, los familiares y los sobrevivientes, que van a seguir acompañando para que no haya un sólo paso atrás en este camino”.
Gils Carbó fue recibida con un largo aplauso en la sala de actos de la Procuración. “Siempre asumí mi rol como garante del proceso de Memoria, Verdad y Justicia”, introdujo. Presentó la nueva estructura como un “nuevo mojón” en ese camino al que añadió espacios a lo largo de su gestión: las procuradurías especializadas (en delitos de lesa humanidad, apropiación de bebés durante la dictadura, violencia institucional, violencia de género, narcotráfico), direcciones y programas (como el de Acceso a la Justicia, Atajo), enumeró (ver aparte). Fue la primera en hablar y contó con la mirada atenta de Carlotto, Zaffaroni y el resto de los expositores: la directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, Mariela Belski; el representante del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Amerigo Incalcaterra, y la propia Pochak. También con una audiencia concurrida, en la que sobresalieron algunos integrantes de Justicia Legítima –la jueza María Laura Garrigós de Rébori y Jorge Auat, titular de la Procuraduría de Lesa Humanidad–; Rosa Roisimblit y otras integrantes de Abuelas; el presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales, Horacio Verbitsky; y Julián Axat, titular de Atajo, entre otros.
Zaffaroni habló poco de la nueva dirección, por la que felicitó a la Procuración, y mucho sobre el “retorcimiento grave de la Constitución Nacional” por parte del nuevo gobierno nacional. “El Presidente se atribuye facultades de nombrar a ministros de la Corte Suprema”, una “maniobra que amenaza a todo el Poder Judicial”. “Se nos quiere hacer caer en una discusión sobre si eso le corresponde o no al Congreso. Pequeño detalle: los decretos de necesidad y urgencia no se pusieron para reemplazar al Congreso”, advirtió y continuó: “La necesidad fue siempre celestina del derrumbe del Estado de Derecho y de los crímenes más aberrantes que ha sufrido la humanidad”. Por último, advirtió: “No hemos repensado nuestras instituciones, creemos que tenemos las mejores, pero entonces alguien que gana la Presidencia por un voto se convierte en Penélope, desteje todo lo avanzado en el gobierno anterior y chau políticas de Estado”.
Carlotto coincidió en encender la alarma: “Estamos siendo víctimas de una provocación muy fuerte”, consideró, en relación a los nombramientos por decreto de jueces supremos, pero también al “acoso” en contra de Gils Carbó, a quien mencionó entre los espacios de Estado que para las Abuelas son “intocables”, junto con el Banco Nacional de Datos Genéticos y la Comisión Nacional por la Identidad. “Ahora no nos quieren matar a nosotros, sino a la democracia. La más larga de la historia de nuestro país, no podemos permitir que decaiga, que muera”.
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