Jueves, 10 de marzo de 2016 | Hoy
EL PAíS › EL GENDARME HERIDO EN LA TRIPLE FUGA FUE VíCTIMA DE FUEGO AMIGO
La investigación judicial confirmó que el cabo Walter Aguirre, quien recibió dos heridas de bala, y su colega Luciano Ciprés fueron atacados por un comando de las fuerzas especiales de Gendarmería. En el tiroteo participaron también policías de Santa Fe.
Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
Uno de los gendarmes heridos en la triple fuga de los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci a principios de enero por caminos rurales de Santa Fe fue acribillado por fuego amigo. El dato se conoció ayer en un avance de la investigación del fiscal federal Walter Rodríguez, que reveló que el cabo Walter Aguirre y su colega Luciano Ciprés sufrieron una “ráfaga de disparos de armas de fuego a discreción” desde una “camioneta 4x4 blanca con cúpula y vidrios polarizados” que ellos creían que era la Amarok en la que escapaban los prófugos. Aguirre recibió dos balazos: uno a la altura del coxis y otro en la espalda, que le “rozó la caja torácica”, mientras que en el vehículo que tripulaban con Aguirre y otros dos gendarmes, una Citroën Berlingo, se pudieron contar “31 impactos de armas de fuego en la carrocería”. En la 4x4 blanca operaba un comando de las “fuerzas especiales de Gendarmería Nacional”, que desoyó “una orden específica” de no dispararle a los fugitivos, por lo que el fiscal Rodríguez le preguntó al jefe nacional de esa fuerza, comandante general Gerardo Otero, si había ordenado un “sumario” para reconstruir los hechos y lo emplazó a que identifique con nombre, apellido y grado, a los efectivos que se conducían en esa “4x4 blanca” y remita fotos actualizadas de cada uno de ellos.
La pesquisa del fiscal Rodríguez reconstruyó los dos tiroteos en la fuga de los Lanatta y Schillaci que dejaron dos gendarmes heridos. Ambos ocurrieron el 7 de enero. Uno alrededor de las 6.30, cuando el comandante principal José María Valdez y el suboficial Roberto Encina quedaron frente a frente con los tres prófugos en un campo cercano a San Carlos Centro. Valdez dijo que ellos tenían la orden del jefe del comando unificado, comandante Núñez, de no dispararles a los prófugos. A Encina lo desarmaron y le pegaron un culatazo y él, cuando quedó a 15 metros, “dejó de apuntarles” y “desarmó su posición de tiro para evitar un enfrentamiento armado”. “En ese momento, uno de los prófugos –que identificó como Martín Lanatta–, le disparó con un fusil y lo hirió en el brazo derecho. Valdez y Encina se movilizaban en otra Berlingo blanca que se encontró abandonada horas después con cinco balazos en la carrocería. El fiscal imputó a Martín Lanatta por “homicidio doblemente agravado en grado de tentativa”, “robo con arma de fuego”, “daños a bienes del Estado” y “atentado y resistencia a la autoridad” y pidió su indagatoria y reprochó los mismos cargos –excepto la tentativa– al otro Lanatta y a Schillaci.
El segundo tiroteo sucedió más tarde, también en la zona de San Carlos, cuando Aguirre y Ciprés se toparon en un cruce de caminos rurales con dos vehículos: una 4x4 blanca y un patrullero de la Policía de Santa Fe que “se encontraban a una distancia considerable”. Ellos detuvieron la Berlingo y se identificaron como efectivos de Gendarmería. La respuesta fue “una ráfaga de disparos de armas de fuego a discreción” que ocasionaron “heridas de gravedad a Aguirre” y “31 impactos de proyectiles en la carrocería” de la Berlingo, relató el fiscal.
Aguirre dijo que ellos pensaban que la 4x4 blanca podía ser la Amarok en la que se conducían los fugitivos. “Nos detuvimos a 40 metros y todos bajamos de nuestro vehículo.” La 4x4 también se detuvo. “Ciprés les dio la voz de alto dos veces”, pero “los ocupantes” de la camioneta “sin descender, bajaron las ventanillas y sin identificarse, comenzaron a disparar” contra ellos. Aguirre recibió “el primer disparo a la altura del coxis” y logró protegerse atrás de la Berlingo. Después, intentó cruzar una cuneta y ahí recibió “el segundo disparo a la altura de la espalda, pero sólo me rozó la caja torácica, sin ingresar a mi cuerpo”, recordó.
Aguirre dijo que los de la 4x4 eran efectivos de las fuerzas especiales de Gendarmería, pero que “no pudo reconocer a ninguno” porque “no les vio las identificaciones”. Aunque sí escuchó a Ciprés cuando les reprochaba a sus colegas por “no haberlos reconocido” y “haberles tirado” a mansalva. Ciprés declaró que “había por lo menos tres funcionarios de fuerzas especiales”, pero tampoco los pudo “identificar”. Y aportó otro dato inquietante: los efectivos de la Policía de Santa Fe que se movilizaban en el patrullero “también se sumaron a los disparos”. “No pude determinar si los disparos originales venían de la camioneta o del patrullero. Después de unos minutos se calmaron los tiros”, agregó.
El fiscal confirmó que los gendarmes de la 4x4 blanca “pertenecen a las fuerzas especiales de Gendarmería” y “desoyeron la orden” de no disparar a los prófugos. Y como “hasta el momento no se pudo determinar la identidad” de los gendarmes que hirieron a Aguirre, le pidió al jefe de esa fuerza que “identifique” a los efectivos involucrados y remita “fotos actualizadas” de cada uno de ellos.
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