EL PAíS › PONTAQUARTO DIJO AL JUEZ QUE APORTARA UNA GRABACION DE BRANDA
“Vos tranquilo, que no pasa nada”
Según el ex secretario, el formoseño le dijo que debía contar lo que supiese, pero, después, recibió una llamada de la secretaria de Nosiglia diciéndole que debía reunirse con “Fernando en Pilar”. Pontaquarto cree que las dos llamadas están vinculadas. Otras pruebas.
Por Victoria Ginzberg
Un par de días antes de que su confesión se publicara en la revista TXT y la repitiera ante la Justicia, Mario Pontaquarto llamó al Banco Central al ex senador Ricardo Branda. Le dijo que estaba preocupado porque Página/12 estaba anunciando que iba a haber un arrepentido por el caso de los sobornos.
–Quedate tranquilo que no pasa nada –le dijo el formoseño.
–Pero estoy muy nervioso.
–Bueno... si vos sabés algo, decilo.
Al día siguiente el ex secretario parlamentario recibió el mensaje de la secretaria del operador radical Enrique “Coti” Nosiglia para que se reuniera con “Fernando en Pilar”. Para Pontaquarto, ambos llamados están conectados. “Si iba a Pilar a lo mejor no me arrepentía”, afirmó ayer al ampliar su testimonio ante el juez Rodolfo Canicoba Corral. “A lo mejor te daban París”, sugirió uno de los presentes en la audiencia a modo de ironía en alusión a que, luego de que estallara el escándalo por los sobornos del Senado, al ex secretario parlamentario le habían prometido ser enviado de la SIDE en Francia.
La conversación con Branda fue grabada por Pontaquarto, quien prometió entregarla a la Justicia. Aunque el actual director del Banco Central no admitió su participación en el delito, algunos investigadores del caso creen que esa charla está ligada con la invitación que recibió Pontaquarto para ir a Pilar. En un principio, el hombre creyó que el llamado era en nombre del ex jefe de la SIDE Fernando de Santibañes, pero cuando se enteró de que éste estaba fuera de la ciudad, pensó en el ex presidente Fernando de la Rúa.
El ex secretario parlamentario convertido en el primer arrepentido de la clase política argentina llegó ayer a los tribunales federales de Comodoro Py quince minutos antes de las diez de la mañana. Fue dispuesto a aportar detalles sobre la maniobra por la que –según declaró– varios senadores peronistas y radicales fueron beneficiados con cinco millones de pesos que la SIDE repartió a cambio de la Ley de Reforma Laboral. La audiencia fue menos tensa que la que encabezó la semana pasada el juez Norberto Oyarbide.
“Los radicales no querían que los peronistas supieran que ellos también habían cobrado”, afirmó ayer al explicar por qué separó los setecientos mil pesos para José Genoud. Los fiscales Eduardo Freiler y Federico Delgado pidieron que el ex secretario parlamentario entregue el bolso, que aún conserva, en el que le dio el dinero al ex presidente provisional del Senado. Pontaquarto prometió también fotografías y documentos para dejar establecida la relación que tenía con ex legisladores y ex funcionarios mencionados en su primer testimonio, incluido De la Rúa.
Durante la audiencia, el arrepentido reconoció parte del mobiliario del departamento de la casa de Cantarero (donde se habría concretado el pago), que le fue exhibido en un video de una entrevista realizada por TN. Antes de mirar el tape, describió el sillón blanco de dos cuerpos y la mesa de vidrio que aparecían en él. Su abogado, Hugo Wortman Jofré, solicitó que se realizara un allanamiento en esa casa. Pero la medida se frustró porque la vivienda está alquilada por el cónsul de Indonesia.
Pontaquarto aportó a la causa el nombre de la persona que intermedió entre él y el ex secretario de Remo Costanzo, Martín Fraga Mancini. Según explicó, hace tres años los roles estaban cambiados. “Remo me pedía que hablara con Fraga porque él quería hacer quilombo. Me pedían que lo contuviera”, afirmó. Hace poco –según el relato–, un amigo de ambos contactó a Fraga Mancini, quien estaba dispuesto a hablar. Pero cuando fue citado, dos días después de que trascendiera públicamente su nombre, dijo que sólo había hablado con Pontaquarto dos veces en su vida. El “amigo” que hizo las gestiones tendrá que presentarse ante la Justicia.
Pontaquarto respiró hondo antes de contestar algunas preguntas. Por ejemplo, cuando lo interrogaron sobre sus ingresos. Después de contener el aire por un momento, aseguró que vendió un restaurante que tenía en General Rodríguez y que tiene un contrato de locación de obra con el gobierno de Tierra del Fuego. Quedó claro, para los que estuvieron presentes, que el hecho de no haber obtenido el puesto que le habían prometido en la SIDE fue un factor importante en el proceso de quiebre. “Me dijeron que algo a cambio iba a recibir”, relató. El ex secretario parlamentario aseguró que el sucesor de De Santibañes en la SIDE, Carlos Becerra, le seguía ofreciendo el cargo en París. “El que no estaba de acuerdo era Genoud, porque decía que ya se hablaba de que la plata había salido de la SIDE y entonces era como ratificar las acusaciones”, contó.
En el transcurso de la indagatoria, a Pontaquarto le fueron exhibidas las tres páginas con los llamados que recibió el 26 y 27 de abril de 2000 y a simple vista reconoció algunas comunicaciones, como las que tuvo con Genoud el 27, el día que le dio el dinero. El 26, mientras se discutía en el recinto la ley, hay muchísimos llamados. Un gran porcentaje, procedente del mismo Senado. En una de esas comunicaciones –según relató– le dijo a Costanzo: “Dejame de romper las pelotas. Cuando termine acá voy”. El rionegrino estaba ansioso por que Pontaquarto fuera al departamento de Cantarero, donde llevaría la plata para los peronistas. Pero el “correo” debía esperar a que finalizaran los trámites parlamentarios.
Después de la audiencia, Pontaquarto habló con los periodistas en el pasillo de los tribunales. De traje gris, corbata azul con detalles dorados y una camisa blanca que había soportado tres horas de responder preguntas, el hombre hizo las declaraciones de ocasión y le contestó al ministro de Interior, Aníbal Fernández: “Yo no soy ningún chorro, me estoy autoincriminando en un delito y si se comprueba el hecho voy a tener la misma pena que todos los demás”.