EL PAíS › ELECCIONES DEL PERONISMO EN 30 MUNICIPIOS DE LA PROVINCIA

Escenas de la vida bonaerense

El PJ bonaerense elegirá autoridades el próximo domingo. Se preservará el poder de Duhalde.

 Por Martín Piqué

Algunos lectores lo tomarán como paradojas de la política bonaerense. Otros como curiosidades exóticas. Son escenas que describen al peronismo del principal distrito del país. Sin estridencias ni entusiasmo popular, los miembros del PJ bonaerense se preparan para la renovación de los cargos partidarios. De los 134 distritos de la provincia, el domingo que viene habrá elecciones internas en 30 municipios, entre ellos La Matanza, Morón, Junín, General Rodríguez, San Isidro y Vicente López. En el resto de las comunas, las autoridades se elegirán con lista única. Tanto consenso responde a un objetivo: preservar el poder de Eduardo Duhalde sobre el aparato más influyente del país.
Por su densidad poblacional, los tres cordones que rodean a la Capital son claves en cualquier elección. De todos los municipios de la zona, es sin dudas La Matanza –con sus 711.191 electores habilitados en el padrón– el que más incide sobre los resultados. Y La Matanza es uno de los territorios en disputa: el 20 de noviembre, la interna enfrentará allí al intendente Alberto Balestrini –de excelente relación con Néstor Kir-
chner y Felipe Solá, respetuosa distancia con Duhalde– con el duhaldista Raúl Mathiú, quien presentó una fórmula asociado al ex senador provincial Hugo Fernández, un confeso menemista que fue presidente del club Almirante Brown.
En el PJ bonaerense aseguran que el domingo próximo Balestrini tiene el triunfo asegurado. Lo que está en discusión es si el intendente obtiene mayoría y minoría (que equivale a un tercio de los cargos) de los puestos de conducción partidaria. Quienes conocen los entretelones del peronismo provincial aseguran que detrás de Mathiú está la mano del duhaldismo y de Duhalde. Aunque sus críticos suelen cuestionarle haber heredado la estructura política del empresario Alberto Pierri, Balestrini intenta desde hace tiempo impulsar una renovación del PJ bonaerense. Su ambición tiene el guiño de Kirchner y Solá. En los últimos tiempos, el gobernador intentó aportar a esa causa desde distintos escenarios.
Un ejemplo fue el apoyo público a la candidatura de Cristina Fernández. Generó una rápida respuesta del duhaldismo, que luego se fue atemperando por orden del propio Duhalde. Su esposa Chiche –primero ofendida– también fue moderando sus respuestas. Ayer volvió a hablar del tema. En una aparición radial le sugirió a Solá que “se sacara de encima el conflicto político” y se concentrara en “gestionar”. “Debe sacarse de encima el conflicto político y decir ‘yo gestiono y que la política la hagan otros’. Esto es lo que le falta a Felipe”, afirmó. La propuesta de Chiche, sin embargo, es totalmente opuesta a lo que pretende Solá. Como gobernador, él quiere “opinar” sobre todos los temas, lo que significa incidir en las decisiones políticas del PJ bonaerense.
Pero la intención de Solá de convertirse en protagonista de la transición despierta pasiones entre los duhaldistas. Pasiones alteradas, claro. La primera reacción fue impedir el surgimiento de una lista opositora que peleara por la minoría en las internas del domingo próximo. Durante algún tiempo, Solá había estado evaluando esa posibilidad con su ministro de Gobierno, Florencio Randazzo; el subsecretario general de la Presidencia, Carlos Kunkel, y el nombrado Balestrini. La opción quedó descartada cuando se acordó una lista única –encabezada por Duhalde y el titular del bloque del PJ en Diputados José María Díaz Bancalari– para los principales cargos de conducción. Solá, entonces, acordó la inclusión de hombres suyos entre los candidatos de la lista única.
Si esa pelea quedó en suspenso con la unificación en una sola boleta, la competencia entre el felipismo y el duhaldismo más ortodoxo se podrá seguir en escenarios más acotados: es decir, en los municipios donde habrá interna, como La Matanza. Otro caso a seguir es Morón, la tierra de Martín Sabbatella. Allí, la disputa principal se dará entre el ministro de Educación bonaerense, Mario Oporto y Horacio Román, un hombre dehistóricos vínculos con la Bonaerense. Oporto dice tener la venia de Solá y Kirchner y hasta hace poco era uno de los dirigentes que Duhalde seguía con interés. Román, sin embargo, es un incondicional del ex presidente y sus afiches llevan como consigna “Duhalde conducción”.

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