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Olivieri cruzó a Giaquinta y no llegó carta de Roma

El secretario de Culto replicó al obispo de Resistencia, quien se había preguntado si “la locura vuelve a regular las relaciones del Estado con la Iglesia”.

El secretario de Culto, Guillermo Olivieri, prefirió ayer no alimentar la polémica en torno del caso del obispo Antonio Baseotto, pero tampoco dejó pasar los dichos del arzobispo de Resistencia, Carmelo Giaquinta, quien cuestionó a Néstor Kirchner por el manejo del tema y se preguntó si “la locura vuelve a regular las relaciones del Estado con la Iglesia”. “Lamento mucho ese tipo de expresiones”, señaló Olivieri y advirtió que “no ayudan para nada a un conflicto que es real, pero que tiene solución”. La prudencia que mostró Olivieri concuerda con la línea que fijó la Casa Rosada de no escalar la disputa a la espera de la respuesta escrita que, según dejó trascender la jerarquía eclesiástica local, daría el Vaticano tras la Pascua y que aún no llegó a ningún despacho oficial.
La réplica a Giaquinta fue la única declaración fuerte de Olivieri, quien por lo demás se manifestó en tono conciliador. La reacción del funcionario era previsible en función del tenor de las afirmaciones que el arzobispo de Resistencia hizo durante la misa de celebración de Pascua.
“Hay en juego una cuestión muy grave que atañe a todos: ¿la Argentina será una sociedad democrática o regirá en ella la ley del chicote?”, sostuvo el prelado en su homilía del último domingo. Entonces recordó que “en julio pasado, el presidente Néstor Kirchner agredió gratuitamente a los obispos que hablamos de la pobreza, lo cual fue una agresión a toda la ciudadanía”, y dijo que “ahora arremetió contra el obispo castrense”.
“Lamento mucho ese tipo de expresiones, no las comparto. Tiene todo el derecho de decirlas, pero no ayudan para nada a un conflicto que es real, pero que tiene solución”, lo cruzó Olivieri, quien al cabo de toda la jornada mantuvo conversaciones informales con diversos miembros de la Conferencia Episcopal con el objetivo de encauzar la disputa. “La idea es no cortar la relación con la Iglesia argentina”, explicaron hombres del gobierno en referencia a esos contactos.
Desde la misma Conferencia Episcopal hicieron trascender días atrás que, esta semana, el Vaticano enviaría una carta con una dura réplica a la decisión de Kirchner de anular el nombramiento de Baseotto al frente de la vicaría castrense. Nadie recibió aún esa nota y, si es que llega en algún momento, en la Cancillería tampoco esperan recibirla hoy porque en la Santa Sede el lunes y martes posteriores a Pascua son feriados.
Olivieri manifestó que, “más allá de la respuesta” del Vaticano, “lo correcto” sería llegar a “un punto de negociación”, y aclaró que el gobierno “no pretende polemizar” con la Iglesia. Además remarcó que “comete un grave error” e incurre en una “falacia” quien diga que en la Argentina no hay libertad religiosa. “Mucho menos la Iglesia Católica”, enfatizó el funcionario y recordó que tiene “el sustento económico del Estado a través de la Constitución” con “unos 13 millones de pesos asignados en el presupuesto nacional”.

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Olivieri salió al cruce de los dichos de Giaquinta.
 
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