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Tras cinco semanas de huelgas, el conflicto gremial del Hospital Garrahan sigue en un callejón sin salida. Tras el último paro de 48 horas, que terminó ayer a las 7, uno de los delegados de ATE, Eduardo García, pidió al Gobierno que “ablande su postura y se siente a negociar”. “Tienen que dejar de llamarnos terroristas o cuestionar la ideología de algún compañero”, sostuvo García en referencia al ministro de Salud, Ginés González García, que los acusó de “terroristas sanitarios”. También aludió a las críticas del presidente Néstor Kirchner al delegado Gustavo Lerer por “no creer en la democracia”. García sostuvo que las asambleas de los trabajadores no médicos son “democráticas, se expresa todo el mundo, luego se vota y se impulsa lo que dice la mayoría”. Mercedes Méndez, otra delegada, agregó que “no hemos recibido más propuestas del Gobierno. Lo único que hubo son amenazas e intimidaciones”. Además consideró que “la propuesta que hicieron es una tomada de pelo: como enfermera, yo cobraría 200 pesos y los directivos se llevarían arriba de 1200”. El lunes, una asamblea decidirá cómo continúan las medidas de fuerza.