EL PAíS
Desde la cárcel, candidata a la Legislatura porteña
Margarita Meira está presa desde julio de 2004 por protestar ante la misma Legislatura a la que ahora es candidata por la Asamblea de San Telmo, cuyo referente es Rubén Saboulard.
“Alguien tiene que cambiar este país, porque si no es ‘que se vayan todos’ y se quedan todos”, dice Margarita Meira, que es candidata a diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires por un frente que armaron las asambleas barriales y –a la vez– está detenida en la cárcel de Ezeiza desde el 16 de julio de 2004 por los incidentes en la Legislatura porteña, como otras 14 personas. Meira forma parte de la Asamblea de San Telmo, cuyo referente Rubén Saboulard será candidato a legislador por la misma lista. Fue a protestar ese día a la Legislatura y la detuvieron cuando se disponía a tomar el subte. Saboulard explica que la candidatura de Meira es una forma de pedir que se la libere. “Si la gente la vota, lo que está diciendo es apoyamos a esta mujer”, afirma.
Meira se crió en Misiones y tenía que caminar diez kilómetros todos los días para ir a la escuela. Vivió en una pequeña casita de madera de timbó, hasta que a los 18 años viajó a Buenos Aires, donde empezó a trabajar para una dama alemana de Villa Ballester. Meira, de 56 años, es vendedora ambulante de golosinas y baratijas desde que perdió su trabajo de costurera de las marcas James Smart y Pierre Cardin. Según opina ella, fue a causa de la inundación de importaciones de los noventa. En su trabajo conoció a Miguel Angel Santiago, padre de sus tres hijos. “La candidatura es un reconocimiento a su trabajo solidario de toda la vida. No va con ningún político, sino con los vecinos que, como ella, tienen trabajo de barrio. La esperanza no es que entre como diputada, sino ver qué cantidad de gente adhiere a una manera diferente de hacer política”, explica Santiago. Junto con su marido, Meira abrió un comedor en Constitución en 1989, en plena hiperinflación. “El día a día es atender todos los problemas que tiene la gente: ella empezaba todos los días a las 7 y terminaba a las 3 de la mañana”, cuenta Santiago. Los 13 meses de prisión de Meira complican cada vez más la posibilidad de continuar con la tarea que tienen en el barrio. “Acá en el comedor, se siente su falta por la fuerza que tenía para dirigir esto”, dice Santiago.
Meira está cansada de recordar cómo fue detenida: sostiene que cuando fueron a reclamar con otros vendedores ambulantes contra la reforma del Código de Convivencia, se quedó en el bar de la esquina de la Legislatura para evitar las corridas, debido a una afección cardíaca y pulmonar que tiene desde que la operaron de cáncer y que le impide hacer esfuerzo físico. A las 14 salió del bar y en Diagonal Sur y Bolívar vio cómo detenían a un hombre y lo golpeaban, por lo que fue a hacer la denuncia a la comisaría 2ª y al Ministerio de Justicia. A las 17, fue a tomar el subte y la detuvieron. Está acusada de coacción agravada, privación ilegítima de la libertad, daño calificado y resistencia a la autoridad.
Todavía está sorprendida por su candidatura: “Vinieron a contarme y yo la verdad no les creí. Pensé que lo decían para alegrarme un poco”, confiesa. Luego reconoce que “es muy duro darle un plato de comida al vecino y ver que se votan leyes contra la gente. Por eso, esto es un pasito adelante de la gente de los comedores, de los merenderos. En los barrios nos conocen”. El Movimiento de Asambleas del Pueblo, que se presenta a elecciones, está integrado por ocho asambleas: San Telmo, Monserrat, Flores, La Boca, Barracas, Constitución, Carlos Calvo y 1º de Mayo. Llevan como propuesta el fin de las listas sábana y la descentralización del poder en las comunas, en cuyas elecciones volcarán todo su esfuerzo.
Meira sostiene que la candidatura “no viene mal, porque la jueza prohibió las entrevistas a los medios. Ahora parece que los van a autorizar, pero porque soy candidata”. También manifiesta su aprobación a la huelga de hambre que están haciendo otros tres presos hace más de dos semanas. Dos de ellos, Pablo Amitrano y César Gerez, tuvieron que ser internados en el Hospital Vélez Sarsfield la semana pasada. “Yo también la iba a hacer, porque lo único que estamos pidiendo es fecha de juicio. Si no nos dan fecha esta semana, también entro”, aseguró Meira. La Sala I de la Cámara de Casación debe resolver el pedido de excarcelación de los presos en huelga de hambre, pero –por sus antecedentes– es poco factible que los libere antes del juicio, que empezaría a fin de año.
Desde que comenzó la huelga, las Madres de Plaza de Mayo pidieron por la liberación de los presos, a quienes se les denegó la excarcelación en tres oportunidades. Inclusive el premio Nobel de Literatura José Saramago mencionó a Meira en una carta (ver aparte): “A los políticos, policías y jueces de Argentina les recomendaría una lectura urgente: Los miserables de Victor Hugo. Ahí se cuenta la historia de un hombre que pasó casi toda su vida en la cárcel por haber robado un pan. Me dirán que ésas son cosas que sólo pasan en las novelas. Puede que sí, pero no vaya a ser que un escritor haga la versión argentina de Los miserables porque protagonista ya tiene: se llama Margarita Meira”.
Informe: Werner Pertot.