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El juez Martín Silva Garretón, que adquirió un gran protagonismo mediático por su política de conceder amparos contra el corralito en forma masiva, presentó la renuncia a su cargo. El magistrado había perdido todas las esperanzas de ganar en dos concursos para camarista. Pero, además, tenía dos pedidos de juicio político y el Consejo de la Magistratura había ordenado una auditoría de su juzgado por el manejo dudoso de los expedientes de ahorristas.
Silva Garretón, de 62 años, elevó su renuncia al Poder Ejecutivo el 29 de agosto con intención de hacerla efectiva a partir de octubre. Ahora hay que ver si el presidente Néstor Kirchner se la acepta. En Tribunales atribuyen su renuncia, en parte, a que quedó afuera de los concursos para camarista del fuero contencioso administrativo y para camarista federal de La Plata. Fueron dos procesos muy discutidos.
La decisión del juez coincide también con una medida que dispuso el Consejo de la Magistratura hace dos semanas: los consejeros acordaron ordenar una auditoría de su juzgado como medida de prueba en uno de los planteos de juicio político en su contra. Silva Garretón había sido denunciado por los camaristas de su fuero por sospechas acerca del modo en que tramitó los expedientes contra el corralito, en los que ordenaba devolver a los ahorristas sus depósitos completos y en dólares. En otro expediente lo venían investigando por supuestos manejos en una causa que involucraba sumas millonarias.
Silva Garretón –descendiente de Juan Manuel de Rosas– firmó varios fallos de alto impacto público durante su carrera, como uno que puso freno a un tarifazo en el transporte, otro que detuvo los decretos que reducían las asignaciones familiares y hasta trabó el traspaso de los aeropuertos privatizados. El juez defensor de los ahorristas ya habría tramitado su jubilación tiempo atrás. Aunque no se postulará en las elecciones de octubre no descarta dedicarse a la política.