Las lluvias de la primera quincena de enero no sólo amargaron a los veraneantes. También fueron una mala noticia para los que dependen de la construcción. La actividad cayó ese mes un 4,1 por ciento en relación con diciembre, aunque mostró una expansión del 17,6 por ciento respecto de enero del año pasado.

De acuerdo con el informe del Indec, conocido ayer, las obras se vieron retrasadas por el “inusual nivel de precipitaciones” de comienzos de año. Los técnicos del organismo señalaron que el fenómeno se verificó principalmente en la provincia de Buenos Aires, en la Capital Federal y en las ciudades de Bariloche y Córdoba. En algunas de esas zonas llegó a llover más del doble de lo habitual para una primera quincena de enero.

Si se observa la fotografía de enero de este año y se la compara con la de inicios de 2005, a juzgar por los desempeños de los distintos rubros del sector de la construcción podría decirse que la última salió mucho más nítida. Algunos ejemplos: las ventas de materiales para construcción registraron subas del 50,3 por ciento en hierro redondo; y del 39,1 por ciento en ladrillos huecos, siempre en relación con igual mes del año pasado.

Todo cambia si la comparación se realiza con la foto de fin de año. Contra diciembre hubo mermas de 17,9 por ciento en pinturas; del 9,5 por ciento en pisos; y 6,4 por ciento en los despachos cemento.

Otro dato irrefutable: la superficie involucrada en nuevos permisos para la construcción en los 42 municipios que releva el Indec creció 27,4 por ciento respecto de enero de 2005 y bajó 7,1 en comparación con diciembre último.

Las lluvias intensas parecen haber minado la confianza de los empresarios del sector. Entre los que se dedican a las obras privadas, sólo uno de cada cuatro espera un incremento de los contratos, mientras que el 70% estima que no tendrá cambios en su situación. Quienes se dedican a la obra pública son más optimistas: la mitad de ellos creen que en los próximos meses tendrán más trabajo.