Pese al relativo consenso logrado en la Cámara de Diputados para rechazar la incorporación de Luis Abelardo Pa- tti, el represor consiguió ayer la exclusión de tres importantes testigos. Las declaraciones estaban previstas para hoy en la comisión que define su destino. Invocando un aspecto reglamentario, la defensa del ex subcomisario impugnó la decisión de que fueran escuchados el hermano del militante desaparecido Enrique Tomanelli, la hija del diputado justicialista, también desaparecido, Diego Muñiz Barreto, y Mario Barzola, un detenido que afirma haber sido torturado por Patti en 1990. A pocos días del dictamen y de la votación en el recinto, los miembros de la comisión están recibiendo extrañas señales de presión, que van desde la circulación de versiones difamatorias hasta seguimientos policiales.

Para evitar sobredimensionar el asunto, los protagonistas de los “aprietes” prefirieron no dar detalles de lo ocurrido en las últimas horas. Pero están realizando las gestiones correspondientes para evitar que “el tema pase a mayores”.

Hoy iba a tener lugar la última jornada de testimonios en la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento de la Cámara baja. En cambio, los diputados que la integran sólo votarán la decisión de recibir los alegatos el jueves 4 de mayo, a las 11. En esa audiencia presentarán sus argumentos los diputados impugnantes Remo Carlotto y Araceli Méndez de Ferreyra, que tendrán 90 minutos cada uno, y Patti contará con dos horas para desplegar su descargo. El veredicto emitido por el conjunto de los diputados de la Cámara tiene que producirse antes del 1º de junio, cuando se cumplen los tres meses que debe durar el proceso, según el reglamento. Aunque el rechazo a la incorporación de Patti como diputado sería un hecho, esto no sucedería con un número de adhesiones tan abundante como se suponía en un principio.

El diputado justicialista Diego Muñiz Barreto fue secuestrado en una carnicería de Escobar y apareció muerto en Entre Ríos, en un accidente fraguado. Según la documentación que presentó Carlotto, Patti participó de ese secuestro y esto es lo que iba a ratificar su hija Juana, si se hubiera concretado su declaración. El otro testigo fallido era el hermano de Enrique Tomanelli, un militante justicialista que fue compañero de Gastón Gonçalves. Sus cuerpos fueron encontrados como NN junto a otros dos en el cementerio de Escobar. Patti fue identificado como partícipe en estos casos. También quedó frustrado el testimonio de Mario Barzola, un detenido que iba a ser trasladado desde San Nicolás. En 1990 fue acusado por el robo de una camioneta y asegura haber sido torturado durante su detención, en una casa “operativa” de Pilar. De haber sido convocado, hubiera ratificado que Patti daba las órdenes durante la sesión de tortura que incluyó “submarino seco”, sobre un elástico, tal como ocurría durante la dictadura. “Traé la batería”, fue una de las indicaciones que el ex subcomisario dio a sus subordinados. Por este caso Patti fue procesado y llegó a estar prófugo. El juez que estaba a cargo fue recusado y pasaron dos magistrados más hasta que el último determinó la prescripción por el paso del tiempo.

La defensa de Patti adujo que la recepción de estos testigos no había sido solicitada inicialmente en el listado de medidas de pruebas requeridas. Sin embargo, en la versión taquigráfica consta que los diputados acordaron tener un “criterio amplio” durante esta etapa, tal como recordaban ayer las autoridades de la comisión. Pero para evitar una eventual impugnación de todo el proceso, decidieron hacer lugar al planteo.