Lunes, 15 de mayo de 2006 | Hoy
EL PAíS › LAS FUSIONES ACERERAS EN EL MUNDO Y SU REPERCUSION EN ARGENTINA
Por Fernando Krakowiak
El pasado 27 de enero, el grupo indio Mittal Steel, el mayor productor de acero del mundo, ofertó 22.700 millones de dólares por la multinacional europea Arcelor, su principal competidora. La propuesta convulsionó a Europa porque no fue negociada con el consejo que administra la compañía sino que se realizó a través de una oferta pública de adquisición (Opa) de carácter hostil que busca seducir a los accionistas más allá de la voluntad de los directivos, quienes se resisten a vender. Esta semana la Comisión Europea decidirá si autoriza la operación. El dato no revestiría mayor importancia para Argentina si no fuera porque desde 2002 el 73 por ciento de Acindar, la principal acerera del país, pertenece a la compañía Belgo Mineira, que a su vez es propiedad de Arcelor. Un cambio de manos podría impactar en la empresa local, dejando en evidencia las dificultades para plantear una estrategia de desarrollo luego de la desnacionalización.
En 2005 Acindar facturó 2543 millones de pesos y obtuvo una ganancia neta de 550 millones debido a la fuerte demanda del mercado interno y de China. Durante el primer trimestre de este año, la rentabilidad creció un 64 por ciento con relación al mismo período del año anterior. La compañía tiene previsto invertir 140 millones de dólares para elevar su producción de 1,3 a 1,65 millón de toneladas anuales. Sin embargo, su futuro depende ahora de la pulseada que vienen manteniendo Mittal y Arcelor.
Mittal Steel es propiedad del magnate indio Lakshmi Mittal, la quinta persona más rica del mundo según el ranking 2006 de la revista Forbes, con una fortuna estimada de 23.000 millones de dólares. Los principales analistas de mercado sostienen que la oferta que realizó para controlar Arcelor es lógica desde el punto de vista económico, ya que la fragmentación del sector siderúrgico ha debilitado su poder de negociación. Eso se observa cuando compran las materias primas. Mittal y Arcelor abastecen al 5 por ciento del mercado mundial de acero, mientras que la Compañía Vale del Río Doce, BHP Billiton y Río Tinto, principales proveedores de mineral de hierro (insumo para la fabricación de acero) se reparten cerca del 80 por ciento del mercado, lo que les permitió elevar el precio un 70 por ciento el año pasado.
Si la fusión se concreta, el nuevo grupo tendría una facturación agregada de 69 mil millones de dólares y una cuota de mercado mundial cercana al 10 por ciento. Así podría negociar con mayor fortaleza frente a otros eslabones de la cadena. Además, ambas empresas se complementan geográficamente, ya que Mittal es primera en Estados Unidos y Europa del Este, mientras que Arcelor lidera en Europa Occidental y Sudamérica. El gobierno de los Estados Unidos manifestó el viernes su acuerdo con la fusión con la condición de que Mittal venda importantes activos, incluida la acería canadiense Dofasco.
El actual presidente de Arcelor, Joseph Kinsch, aseguró que desde Mittal aún no le enviaron suficiente información sobre los planes industrial, comercial y social que tienen para la compañía. Los empleados de Arcelor temen que el magnate indio tenga previsto una reducción de personal y, por lo tanto, también resisten la Opa. Los mismos interrogantes surgen en Argentina, aunque sin que haya ninguna posibilidad de incidir en la disputa que mantienen los dos gigantes del acero. La desnacionalización de Acindar convirtió a la empresa en una ficha que responde a las estrategias globales de su matriz Arcelor.
En la actualidad, el Estado de Luxemburgo posee el 5,6 por ciento de las acciones de Arcelor, el grupo español Corporation Jmac BV, Aristrain el 3,5; el organismo público belga Sogepa el 2,4 y los empleados el 2 por ciento. El resto del capital cotiza en la Bolsa. Por lo tanto, son los accionistas más pequeños quienes definirán la pulseada. Del lado de Mittal, Lakshmi Mittal, posee el 87,6 por ciento de la empresa y aseguróque su intención es mantener por lo menos el 50,4 por ciento de la compañía que surja a partir de la compra.
En Europa resisten la fusión no sólo por cuestiones de soberanía económica, sino también por el alto valor simbólico que tiene el acero. La actual Unión Europea comenzó en la década del ’50 con la creación de la Comunidad Económica del Carbón y el Acero. Ceder el control de ese insumo a los capitales indios es visto por algunos empresarios, políticos y analistas como una afrenta contra una de las banderas que marcó la identidad del bloque. Para Argentina, en cambio, la venta no afecta el sentimiento nacional. Lo que provoca es una fuerte incertidumbre y la sensación de que podría ser diferente si Acindar fuese nacional.
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