En el marco de una gira que comenzó ayer en Guatemala y con la que piensa recorrer en pocos días nueve países de América latina, el presidente electo de México, Felipe Calderón, se entrevistará el jueves con Néstor Kirchner en la Casa Rosada. La visita será de apenas unas horas pero mostrará la voluntad del futuro presidente mexicano de normalizar la relación entre ambos países, maltrecha luego de la Cumbre de las Américas de Mar del Plata, donde Vicente Fox llevó la voz cantante de la ofensiva a favor del ALCA que impulsó Estados Unidos. “Quiero ampliar los lazos culturales, políticos y económicos con toda la región”, adelantó Calderón como prólogo a su visita.

La gira de Calderón tendrá como objetivo presentarse entre los presidentes de los países de la región, luego del tortuoso proceso en que derivaron las elecciones mexicanas del 2 de julio pasado. El triunfo de Calderón fue cuestionado: hubo denuncias de fraude y quien quedó segundo, el candidato del PRD, Andrés López Obrador, inició una campaña de resistencia activa a su consagración. Pese al éxito de las protestas que congregaron a cientos de miles de ciudadanos, la Justicia mexicana terminó considerando válido el resultado a favor de Calderón, quien asumirá el 1º de diciembre. López Obrador no reconoció el fallo.

Con esos antecedentes a cuestas, Calderón resolvió visitar nueve países de la región para conversar con sus presidentes y comentarles sus planes. En esta semana pasará por Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica, Colombia, Perú, Chile, Argentina y Brasil.

“México tiene que buscar jugar un papel en el debate que hoy se está dando en América latina sobre cómo la región compite, se mantiene geopolíticamente relevante y enfrenta los retos de la globalización”, definió Arturo Sarukhan, coordinador de asuntos internacionales de Calderón. Aunque ambos pertenecen al gobernante PAN, esta toma de posición muestra una clara diferencia de prioridades entre la política exterior que promete Calderón y la que llevó a cabo el saliente Fox. Ex directivo de la Coca Cola, durante su mandato Fox se alejó gradualmente de América latina y se acercó a Estados Unidos.

La demostración más patente se dio durante la Cumbre de Mar del Plata, en octubre del año pasado. Allí, mientras George Bush optaba por un discreto segundo plano, Fox no tuvo problemas en ser la cara de la ofensiva a favor de la adhesión al ALCA en el cónclave. La iniciativa fue fuertemente resistida por los países del Mercosur y el venezolano Hugo Chávez. Fox se retiró muy disgustado por el rechazo y en los días posteriores, a través de la prensa, cruzaron términos poco amables con Kirchner.

Desde allí, por lo menos a nivel presidencial, la relación entre ambos países quedó congelada. Por eso, la decisión de Calderón de incluir a la Argentina en su gira y de mantener una reunión aunque sea breve con Kirchner cobra un significado especial. Calderón aseguró que la recorrida marcará la pauta de una política exterior que mirará de cerca a la región.