EL PAíS › BASEOTTO, DE REUNION EN EL VATICANO

La venia del Papa

Antonio Baseotto está otra vez en el Vaticano: en esta oportunidad participa allí de una reunión de obispos castrenses. El Gobierno restó trascendencia al hecho y evaluó que “no cambia en nada” la situación del prelado, cuyo nombramiento al frente de la vicaría castrense fue anulado el año pasado por haber sugerido que al ministro de Salud, Ginés González García, había que “tirarlo al mar con una piedra atada al cuello” por su posición favorable a la despenalización del aborto.

La presencia de Baseotto en Roma fue confirmada por voceros de la Iglesia, quienes subrayaron que “nada le impide” ejercer tareas pastorales como las que allí está realizando. El prelado asiste en el Vaticano al V Encuentro Internacional de Ordinariatos Militares, cuyo tema es “Los militares al servicio de la paz”.

El cónclave del que participa Baseotto junto a una treintena de religiosos asignados a la atención espiritual de las Fuerzas Armadas fue inaugurado el lunes pasado por el prefecto de la Congregación para los Obispos, cardenal Giovanni Battista Re, y el responsable de la Oficina Central de Coordinación Pastoral de los Ordinariatos Militares, Giulio Cerchietti. El cónclave concluirá este viernes con una misa en la Basílica de San Pedro que será presidida por el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone.

No es la primera vez que Baseotto se muestra en el Vaticano tras la revocatoria de su nombramiento como vicario castrense y la quita del sueldo que cobraba de manos del Estado por el ejercicio de sus funciones en ese cargo. El Gobierno tomó esa medida después de que sugiriera arrojar el mar a González García, una figura que rememoró los “vuelos de la muerte” que se realizaban durante la dictadura.

El Vaticano no se quedó de manos cruzadas frente a la respuesta del Gobierno: el propio Benedicto XVI llegó a recibir a Baseotto, un hecho que muchos interpretaron como un gesto de apoyo. El contrapunto se encarriló después en los cauces de la diplomacia entre la Cancillería y la Santa Sede.

El Gobierno minimizó la nueva visita de Baseotto al Vaticano. Como en anteriores ocasiones, atribuyeron su viaje a los vínculos que aún mantiene en Roma y más de uno lo cargó a la cuenta de Esteban Caselli, el ex embajador ante la Santa Sede durante la gestión de Carlos Menem y operador del sector más conservador de la Iglesia. “Es un hecho menor que no cambia en nada la situación de Baseotto”, reflexionó un funcionario en la Casa Rosada. Recordó en ese sentido que la vicaría castrense está a cargo de Pedro Candia –quien lo secundaba en sus funciones– y que Baseotto tendrá que jubilarse en abril porque entonces cumplirá 75 años.

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