El viaje que Cristina Fernández de Kirchner emprenderá hoy a Quito y Caracas buscará darle relieve internacional a una candidatura presidencial que se atiza desde el Gobierno. El punto cúlmine de la gira de la primera dama será su encuentro con el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, a quien el kirchnerismo buscará acercarle un apoyo explícito frente a la crisis institucional que atraviesa el país.

Cristina partirá hoy a Quito y el jueves será agasajada por Correa con un almuerzo en el Palacio Nacional Carondolet. En esa comida, el mandatario probablemente concrete el anunciado pedido de asistencia técnica a la Argentina para reestructurar la abultada deuda ecuatoriana.

Días atrás, Correa admitió a la prensa la posibilidad de solicitar asistencia de la ministra de Economía, Felisa Miceli, e incluso de su antecesor en el cargo, Roberto Lavagna. La titular del Palacio de Hacienda y el canciller Jorge Taiana estarán de cuerpo presente en las reuniones de Cristina con Correa.

El encuentro también servirá para mostrar el espaldarazo argentino al presidente de un país que atraviesa una crisis de poderes de envergadura.

Los Kirchner no ahorran elogios a Correa y éste suele devolver el gesto sin medias tintas, a punto tal que ha convertido al mandatario argentino en una suerte de amuleto. Alguna vez dijo que haberlo visitado lo ayudó a ganar las elecciones.

A Correa la presencia de Cristina le servirá para mostrar el apoyo de Argentina a su gestión, pero la primera dama buscará capitalizar la gira en términos electorales, más concretamente en la instalación de su eventual candidatura a presidente. La senadora no habla públicamente del tema, pero de eso se ocupa a menudo Carlos Kunkel, un hombre de su confianza. A propósito, el diputado bonaerense resaltó ayer mismo el valor de que sea Cristina y no Néstor Kirchner quien encabece la boleta presidencial del oficialismo, al entender que eso ayudaría a “despersonalizar” el poder y revalorizar un proyecto político.

La agenda de la senadora en Ecuador prevé otros compromisos. Entre los principales está un encuentro con mujeres líderes indígenas, entre ellas Tránsito Amaguaña, Nina Pacari y Lourdes Tiban. Y una cena de honor con la Cámara de Comercio Ecuatoriano-Argentina, también en el Swissotel Quito, donde dirigirá unas palabras. La Cámara reúne a importantes empresas argentinas en Ecuador, como Impsa, Techint y Bagó, entre otras.

El viernes, la senadora también será declarada huésped ilustre por el alcalde de Quito, Paco Moncayo. El acto tendrá lugar en la capilla del Museo de la Ciudad. Cristina llegará a Venezuela esa misma tarde y al día siguiente participará como oradora del acto del Congreso Judío Latinoamericano. El acto se enmarca en la conmemoración de los cuarenta años de la Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela. Se realizará en el Centro Social, Cultural y Deportivo Hebraica.

La relación entre la comunidad judía y Hugo Chávez está en permanente tensión debido al fuerte vínculo que el presidente venezolano estableció con su par iraní, Mahmoud Ahmadinejad. Hasta ahora, Kirchner no pudo, pese a algún intento aislado, saldar esa relación. Es improbable que Cristina logre un acercamiento, aunque no que al menos lo intente. Hasta anoche la Casa Rosada no había confirmado si finalmente la primera dama sería recibida por el presidente de la República Bolivariana.

En el afán de mostrar a Cristina codeándose con mandatarios y figuras rutilantes del campo internacional, el Gobierno tiene programada una nutrida agenda de viajes para la primera dama a lo largo de este año. La senadora ya estuvo en París y se espera para las próximas semanas una escala en México, a instancias del embajador Jorge Yoma, en la que se asegurará una instantánea con el presidente Felipe Calderón.