Tuvo un alto acatamiento el paro de 24 horas que realizaron los sindicatos agrupados en la Central de Trabajadores de Argentina (CTA), al que se sumó el de una hora de la Confederación General del Trabajo (CGT) a partir de las 12, en repudio al asesinato del profesor neuquino Carlos Fuentealba. Hacía muchos años que no coincidían en una medida de fuerza conjunta, y los sectores que representa cada una de las centrales en todo el país cumplieron una exitosa jornada de huelga fundamentalmente en la Capital y la provincia de Buenos Aires.

La medida de fuerza que duró todo el día de ayer fue altamente acogida por los trabajadores del sector público, los sectores educativos estatales y privados, en las universidades de todo el país. El ex secretario general de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), y dirigente de la CTA, Ariel Basterio, destacó ayer “el muy alto acatamiento de prácticamente todos los gremios”, y que el estado de movilización “se dio no sólo en la Capital, sino en todo el país”. Luego resaltó que fue “un paro apoyado socialmente”, y sobre la medida conjunta entre las dos organizaciones de trabajadores más importantes dijo que “hace mucho tiempo no se ve a tantos trabajadores sumándose a una protesta así, y esto se dio porque este asesinato ‘pegó’, ‘marcó’ y fue sentido en todos los niveles”.

Por su parte, los gremios de la CGT, quienes en su gran mayoría representan a los trabajadores de los servicios públicos, también mostraron un alto grado de efectividad en el cese de actividades que habían dispuesto por una hora. En algunas de las cabeceras de trenes, como Constitución y plaza Once, la medida fue total, mientras que en Retiro fue un poco más desparejo.

En ese mismo horario la frecuencia de los colectivos bajó sensiblemente, pero no en forma completa, ya que se pudieron ver algunas unidades en circulación, cumpliendo su recorrido. En los aeropuertos tampoco hubo movimiento al mediodía ya que los tres gremios del sector, APA, la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA) y la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) adhirieron al cese dispuesto.

Las cinco líneas de subterráneos cumplieron con la huelga convenida, pero liberaron también una hora antes y una después los molinetes de todas las estaciones para poder facilitar la llegada a la movilización frente a la casa de Neuquén, así como su posterior desconcentración.

En los establecimientos en los que las centrales sindicales comparten la representación, como en los hospitales públicos bonaerenses, los trabajadores cumplieron cada cual con su consigna. También se plegó la Asociación de Profesionales (ex Cicop), de fuerte dominio gremial, por lo que se hicieron paros simbólicos, aunque la guardia nunca dejó de atender.

Además hicieron sentir su reclamo los judiciales y los empleados bancarios, que cesaron su actividad durante la hora en que se extendió el paro general.