Lunes, 11 de junio de 2007 | Hoy
Estela Carlotto le respondió al cardenal Bergoglio y pidió que la Iglesia sea “muy cuidadosa” cuando apoya a un candidato.
“Vivimos en un país libre y todos tenemos derecho a opinar, pero la Iglesia debe ser muy cuidadosa cuando en épocas electorales toma partido casi directamente por uno de los candidatos a jefe de Gobierno.” Con esas palabras, la titular de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, se enfrentó a la homilía que el arzobispo Jorge Bergoglio le dedicó al Gobierno: durante la misa de Corpus Christi, realizada el sábado en Plaza de Mayo, el cardenal primado de la Argentina había criticado “la falta de diálogo institucional” y a los que “maldicen para atrás porque intentan sacar ventaja para el presente”, alusiones cuyo evidente blanco fue la intervención del presidente Néstor Kirchner en la campaña porteña, con dardos dirigidos a Mauricio Macri.
La respuesta oficial fue pronunciada el mismo día por Aníbal Fernández, ministro del Interior. “Si a la religión se la utiliza como bandera política, no es la Iglesia de Cristo”, dijo. El cruce vuelve a exhibir la tensión entre el Gobierno y las autoridades eclesiásticas.
Ayer se extendió la polémica. Los dichos de Bergoglio “no contribuyen al diálogo necesario entre la Iglesia y el Estado en un momento muy delicado de esa relación”, consideró Estela de Carlotto. Para la presidenta de Abuelas, la insistencia de Bergoglio en no volver sobre el pasado redunda en favor de la estrategia proselitista de Macri. “Por no hablar y mantener el silencio, en este país tuvimos 30 mil desaparecidos y 560 nietos apropiados por represores”, asunto sobre el que –recordó– los organismos de derechos humanos aún están “esperando que la Iglesia haga una autocrítica sobre su actuación durante la última dictadura”.
“Hay una postura en el arzobispo en el sentido de reivindicar lo que fue la dictadura. Lo ha hecho antes y lo hace ahora cuando dice que no se revise el pasado”, se sumó al debate el sociólogo Fortunato Mallimaci, consultado por la agencia de noticias Télam. “Tanto las palabras de Bergoglio, como la participación activa de sectores vinculados a la Vicaría de Educación del Arzobispado de Buenos Aires en la campaña desarrollada por Mauricio Macri, desprestigian a la Iglesia como institución.” Según el ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), las opiniones del religioso “son coherentes” con su postura histórica: Mallimaci recordó la adhesión enviada por el cardenal al acto organizado por Cecilia Pando en la Plaza San Martín en homenaje a “las víctimas de la guerrilla” en los ’60 y ’70, y en reclamo de una amnistía para los militares procesados por intervenir en la represión ilegal.
“Existe mucho malestar” en el interior de la Iglesia y en la “mayoría del pueblo católico por la postura del cardenal”, dijo Mallimaci. “Hay muchos sacerdotes y obispos que rechazan la intromisión de Bergoglio en la vida política partidaria.” Especializado en temas vinculados a la práctica religiosa y el catolicismo, el sociólogo mostró su sorpresa por el “generoso espacio que los medios dieron a las palabras del cardenal” a pocos días del ballottage para definir quién será el próximo jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. “Llama la atención la relevancia que los medios les dieron a las palabras de Bergoglio, quien estuvo veinte días fuera del país y, apenas arribado, es tapa de todos los diarios.” En ese contexto, estimó “relevante analizar el vínculo entre el cardenal y algunas empresas periodísticas que al mismo tiempo cierran la posibilidad de expresión a las voces disonantes dentro de la Iglesia”.
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