Los puntos en común unían a los comensales que ayer poblaron la larga mesa del restaurante temático El General: se encolumnan con la candidatura presidencial de Roberto Lavagna y se definen como peronistas. “Le advertí al interventor partidario, Ramón Ruiz, que no tiene facultad para elegir al candidato del Partido Justicialista. El congreso partidario es soberano”, confía a este diario Eduardo Camaño. Su opinión no es una más. Camaño todavía es el titular del congreso del PJ. La mención no sólo apunta a la normalización del peronismo. También pretende que, al igual que en el 2003, se habilite la presentación de neolemas. De esta manera, el lavagnismo podría presentarse como uno de los sublemas del peronismo.

Camaño acompaña sus dichos con dos notas. Una, fechada en noviembre del año pasado, en la que le reclama a Ruiz la convocatoria a un congreso normalizador, y otra en la que el interventor responde que “oportunamente” le informará sobre la fecha en la que llamará a los congresales partidarios. La movida de Camaño tiene un claro objetivo: obstaculizar que Cristina Fernández de Kirchner sea consagrada candidata mediante una compulsa de correo electrónico o algo que evite la realización física de un cónclave del peronismo.

Lavagna ocupó la cabecera de la mesa que reunió a una veintena de peronistas. Durante varios minutos Camaño informó de estos trámites y de otras variantes que puede enfrentar la normalización del PJ. Lavagna lo escucha y subraya a Página/12 que Camaño “fue el primero en reclamar el funcionamiento democrático del Partido Justicialista”. Camaño se ubicó a la derecha de Lavagna, el bonaerense Jorge Sarghini a la izquierda. También estuvieron el ex diputado Alberto Coto, Alejandro Rodríguez, asesor de Lavagna, los diputados Lucrecia Monti, Marina Cassese y Nélida “Chichi” Doga, la callada ex ministra de Desarrollo Social de Eduardo Duhalde. Los acompañaron otros referentes del sector, como Eduardo Rollano, del FUP, Carlos Campolongo, Javier González Fraga, el ex ministro de Economía de la provincia de Buenos Aires Gerardo Otero, entre otros.

Entre plato y plato, los lavagnistas también analizaron los vaivenes del grupo del PJ que se reunió en San Luis. Consultado por este diario, Camaño no duda en definir la movida de Potrero de los Funes como “una reunión de compañeros que no puede ser considerada un congreso como tal”.