Domingo, 26 de agosto de 2007 | Hoy
EL PAíS › LOS PRINCIPALES ENCUESTADORES HABLAN A DOS MESES DE LAS ELECCIONES
Nadie ve movimientos que alteren el panorama en los próximos sesenta días, un fenómeno no muy común. Las chances de la senadora Kirchner y del vicepresidente Scioli, en la provincia, aparecen como muy sólidas. El factor de la alianza Carrió-López Murphy y las candidaturas desde el interior.
Por Raúl Kollmann
A dos meses de las elecciones presidenciales, todos los encuestadores hablan de un término sorprendente: estabilidad. Al unísono piensan que no hay variantes en el cuadro electoral, que las intenciones de voto se mueven poco y que, por lo tanto, Cristina Fernández de Kirchner ganaría hoy las elecciones sin necesidad de ballottage. Los consultores también dan por sentenciado el triunfo de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires y reflexionan sobre las últimas novedades: el eventual acuerdo Elisa Carrió-Ricardo López Murphy; las candidaturas de Alberto Rodríguez Saá y Jorge Sobisch, la competencia entre Luis Patti y Juan Carlos Blumberg. Estas son las conclusiones de Manuel Mora y Araujo, de Ipsos-Mora y Araujo; Enrique Zuleta Puceiro, de OPSM; Analía del Franco, de Analogías; de Rosendo Fraga, del Centro de Estudios para la Nueva Mayoría; Artemio López, de Equis; Eduardo Fidanza, de Poliarquía, y de Heriberto Muraro de Telesurvey.
¿Cómo evalúa la carrera presidencial a dos meses de las elecciones?
- Fraga: Creo que al Gobierno no se le presentan dificultades para ganar por tres razones: el sistema electoral, la división de la oposición y la enorme diferencia que saca en la decisiva provincia de Buenos Aires. Si Argentina tuviera un sistema de ballottage como el francés, que es el que adoptaron en Brasil, Chile, Perú, Colombia y Uruguay, hoy estaríamos hablando de una segunda vuelta. Pero con el ballottage argentino, en que obteniendo el 40 por ciento, con diez de diferencia sobre el segundo, hay un 80 por ciento de posibilidades de que Cristina Kirchner gane en primera vuelta. Le juega a favor la mayor división de la oposición que se registra en una elección presidencial en toda la historia. Fíjese que si el oficialismo saca un 45 por ciento de los votos y una oposición consigue el 50 es una derrota muy seria; pero si consigue el 45 y el opositor más cercano saca el 20, es un triunfo arrasador por más de 20 puntos. Por último, es histórico, habitual, que el peronismo saque el 40 por ciento o más de los votos en la provincia de Buenos Aires. Ahora tiene un muy buen candidato a gobernador, Daniel Scioli, que consigue entre el 50 o 52 por ciento y éste es un reaseguro de que Cristina no va a estar debajo del 40 por ciento tradicional. Por lo tanto, eso la hace ganar en primera vuelta. Si el candidato a gobernador del oficialismo fuera José Pampuro, Aníbal Fernández o Florencio Randazzo, en lugar de 50 lo más probable es que hubieran conseguido el 40 y eso hace una diferencia apreciable en la elección nacional.
- Heriberto Muraro: A pesar de los muchos errores que comete el Gobierno, Cristina está blindada y gana en primera vuelta. El reaseguro es la distancia que le saca a una oposición dividida. Lavagna puede llegar al 20 por ciento, con lo cual me imagino que estará satisfecho. Si tuviera que decir por qué gana Cristina daría tres razones: la economía, la economía y la economía. La gente no idealiza al Gobierno, no piensa que Kirchner es totalmente honesto, pero cree que es más honesto que los anteriores; no cree que es totalmente democrático, pero que es más democrático que los anteriores, y además considera que es el único gobierno que ha creado empleo en muchísimos años. Y eso no lo había escuchado de los encuestados desde que tengo uso de razón.
- Artemio López: El panorama electoral es estable, con Cristina pasando el 45 por ciento de los votos. El anclaje en provincia de Buenos Aires es muy fuerte. En segundo lugar tenemos a Carrió con el 17 por ciento y tercero, claramente, a Lavagna con el 12. Si tuviera que definir el cuadro hasta ahora usaría la palabra estabilidad. No hay volatilidad en el voto, en cambio sí la hay en la imagen del Gobierno y en las opiniones sobre la gestión del Presidente. Ahí, el oficialismo ha tenido pérdidas, no en el voto.
- Manuel Mora y Araujo: No hay ningún cambio en la tendencia. Cristina sigue ganando en la primera vuelta. Las opciones opositoras no se definen, la oposición es un caos. Y la gente no está dispuesta a cambiar de barco. En el barco que conduce Kirchner hay zozobras, pero yo diría que navega perfectamente a los ojos de la gente.
- Enrique Zuleta Puceiro: Se ha confirmado la victoria de Cristina en primera vuelta. Si bien los porcentajes de voto sin proyectar oscilan entre el 44 y el 47 por ciento, según la semana, su diferencia respecto de los demás es ostensible. Lavagna está segundo con el 15 y Carrió tercera con el 12. Es cierto que hay una sensación térmica de descontento respecto del Gobierno, por la inflación, problemas económicos, las acusaciones por falta de transparencia y reclamos en grandes ciudades. Eso se verifica en grandes ciudades y afecta a la clase media, curiosamente la que se ha beneficiado con el clima de estabilidad y el boom de consumo. El voto al oficialismo está en la clase media baja y en los sectores más humildes. Tal vez el factor más importante es que no hay alternativas de oposición. Lavagna ni siquiera desarrolla una campaña de candidato presidencial, sino de una fuerza que intenta ubicarse de cara al futuro. Carrió está a la defensiva, más preocupada por evitar una sonora derrota electoral. Eso explica su vuelco hacia el centroderecha. O sea, no tenemos una fuerza como la de José Octavio Bordón-Chacho Alvarez en 1995 con capacidad para capitalizar el descontento. Y eso que ellos tampoco lo lograron frente al tándem Menem-Cavallo. En las ciudades chicas, Cristina Kirchner saca más del 60 por ciento de los votos.
- Analía Del Franco: Todo sigue igual. En estos meses no se movió la intención de voto de casi ningún candidato. Cristina sigue teniendo el 50 por ciento, nosotros tenemos segunda a Carrió por un punto y a Lavagna tercero, aunque la diferencia entre ambos no es significativa. Ninguno de los dos supera el 12 por ciento. La situación es estable. Si uno le pregunta a la gente con cuál de los tres candidatos el país va a estar mejor, Cristina gana ampliamente. Y lo que se percibe es que no hay propuestas de oposición. El Gobierno viene en problemas desde hace dos meses, amplificados por el efecto de los medios y también porque la oposición se basa en esos problemas para salir a la palestra. Son las reglas del juego en una campaña electoral. Pero, finalmente, no es ése el balance que hace el elector: en su balance son más las cosas positivas que las negativas.
- Eduardo Fidanza: Tal como están las cosas hasta hoy –aún faltan unas horas para inscribir alianzas–, esta elección presidencial estará caracterizada por una fuerte asimetría entre el oficialismo y la oposición. Y no sólo en votos, sino en capacidad de movilización, logística, control y, por cierto, financiamiento. Hasta el ’99 hubo, en cierta forma, equilibrio de fuerzas. 2003 se caracterizó por la novedad de una fragmentación generalizada. Y, ahora, por lo visto, tendremos otra novedad: oficialismo fuerte, oposición fragmentada. Nada bueno, a mi juicio, para fortalecer la democracia.
¿Qué repercusión puede tener el acuerdo entre Elisa Carrió y Ricardo López Murphy?
- Fraga: No creo que haya acuerdo. Si lo hubiese, a mi juicio esto plantea un interrogante. En política se suele decir que dos más dos no son cuatro. Puede haber un efecto sinergia, que terminen sumando más de lo que suman, pero igual no llegarían al 30 por ciento de los votos. Pero, ojo, puede producirse el dos más dos es tres. O sea que Lilita pierda su ala izquierda y López Murphy su ala macrista.
- Fidanza: Aumentaría la intención de voto que ambos tienen por separado. Sería una oportunidad de fortalecer las chances opositoras, aunque no hay evidencia de que pueda cambiar el resultado de la elección. Sin embargo, me parece que se justifica como construcción política de mediano plazo, mirando a 2007 y 2011. Un eventual fracaso de este acuerdo me hace reflexionar sobre un punto: el discurso ideológico es, para la oposición, un requisito clave para agruparse y llegar al poder, mientras que para el peronismo el criterio de agrupamiento es el poder mismo. Así como billetera mata galán, pragmatismo mata ideología. Creo que la oposición debería acotar la discusión ideológica y volver a plantearse en serio el acceso al poder. Significaría superar el trauma de la Alianza y presentar una alternativa que espera al menos el 50% del electorado argentino.
- López: La repercusión sería favorable. Es una alianza coherente porque la actitud del ARI ha sido de centro y en las grandes decisiones de política económica y electoral ha girado casi siempre hacia el centroderecha. Ahí se encuentra con López Murphy. Carrió critica las retenciones, la política de control de precios y en política respaldó a Enrique Olivera, que no me parece que haya bajado de la Sierra Maestra. Me parece que dirigentes como Marta Maffei, Carlos Raimundi o Eduardo Macaluse saben desde hace rato que el ARI se ha alejado un poco del centroizquierda.
- Mora: ¿Habrá acuerdo? Esa es la primera pregunta. Hasta ahora la repercusión es negativa, veo más en contra que a favor, más desacuerdos que acuerdos, más ruidos que señales. Por ahora no veo que signifique algo. Me pregunto ¿cuál es la propuesta de gobierno de dos personas que tienen dificultades hasta para transmitir el acuerdo? No los veo como oferta al electorado.
- Zuleta: En principio, libera a López Murphy de una situación catastrófica que tenía con su candidatura. Le permite una presencia con su candidatura a senador en la Capital Federal y puede ser una candidatura exitosa. El segundo efecto es que a Carrió, ubicada algo más al centroderecha, debería mejorarle su performance electoral. La suma de Telerman con Carrió no produjo ese efecto. El primer impacto fue bueno, le permitió subir cuatro o cinco puntos a Telerman, pero después se diluyó. Dependerá de cómo trabajen y presenten la alianza. De entrada diría que creó expectativas, aunque el enfrentamiento de Carrió con Macri enfrió las cosas. Si el acuerdo es con más convicción, pueden convertirse en segunda fuerza que, para nosotros, por ahora, es la que encabeza Lavagna.
- Del Franco: Por el momento no hay impacto electoral, pero no se definió y viene con demasiados problemas. Hasta ahora produjo mucho debate y eso mella el impacto sobre el electorado. Hay alguna expectativa en que los opositores se junten. Eso es lo que piensan los que no van a votar al Gobierno. Por eso creo que en el voto a Cristina no hay impacto y que en el opositor habrá que verlo cuando se concrete.
- Muraro: La gente no le presta demasiada atención, ninguno de los personajes es demasiado importante como para provocar una conmoción. Me parece que aumenta la imagen de confusión de una oposición confundida. Lavagna tiene dos o hasta tres candidatos a gobernador bonaerense; Carrió veta a Macri pero busca acordar con el socio de Macri; Macri apoya a López Murphy, pero sólo en Capital. Me ha pasado lo siguiente con los encuestados. Les digo que Rodríguez Saá va a ser candidato a presidente. Pero les explico que es Alberto, el que acaba de ser elegido gobernador. No entienden cómo si acaba de ser elegido gobernador es candidato a presidente y que no lo sea su hermano, Adolfo, que ya fue presidente. No se entiende nada. El Gobierno comete errores todos los días, pero la oposición se sabotea a sí misma de forma asombrosa.
¿En qué situación quedan las candidaturas de Alberto Rodríguez Saá y Jorge Sobisch?
- Mora: Es algo asombroso. Después de estar en reunión tras reunión, terminan todos desunidos. Representan propuestas del pasado, pero aún si uno no tuviera en cuenta eso, no se puede explicar que hayan realizado varios encuentros, con mucha difusión, y terminan cada uno por su lado.
- Muraro: Me da la impresión de que son partidos provinciales poderosos, nada más. En el Parlamento después tienen dos o tres diputados que son claves y sirven para pelear y negociar. Todos en la oposición esperan que los vientos del desarrollo económico y la producción aminoren un poco para mediados del año próximo y entonces allí batallarán para reposicionarse. Dirán, en 2007 conseguí tal porcentaje. Y creen que eso les servirá en ese momento.
- Fidanza: Por lo visto no hay acuerdo para unificar en una única candidatura al espacio peronista no kirchnerista. Rodríguez Saá ya se lanzó y hasta ahora Sobisch no desistió. Si esto es así partirán un caudal de votos que estimo entre el 5 y el 8 por ciento. Poca cosa para inquietar al Gobierno. Por otro lado, la escasa imagen de estos dirigentes a nivel nacional, más el apoyo de Menem a Rodríguez Saá, resultan funcionales a los planes del kirchnerismo.
- López: No tienen ninguna posibilidad de prosperar. No están siquiera para candidaturas testimoniales porque es muy difícil que representen a alguna franja. Hay un microclima de que el peronismo quiere expresarse. Ya lo intentó Chiche Duhalde y le fue muy mal. Hoy eso está todavía más degradado.
- Fraga: Son dos candidatos que van a la elección a hacerse conocer, no para ganar. Yo calculo que Rodríguez Saá conseguirá el 5 por ciento y Sobisch entre el tres y el cuatro. Ellos lo saben, pero su objetivo es instalarse a nivel nacional.
¿Qué sucede con los dos candidatos ubicados allí más a la derecha, Juan Carlos Blumberg y Luis Patti?
- López: Van a conseguir entre siete y diez puntos entre los dos. Son la opción de la derecha dura en la provincia. Siempre las alternativas de ese tipo anduvieron en esos porcentajes. Tal vez se expandan hasta el diez por ciento en algunos partidos del primer cordón del Gran Buenos Aires. El tema de la inseguridad no creo que rinda en esta campaña electoral.
- Fidanza: No va a pasar mucho, a la luz de la extraordinaria performance de Scioli. Blumberg fue opción aglutinadora hasta que se descubrió su falsificación de títulos. Si en lugar de ser un referente social valorado hubiera sido un dirigente político típico, tal vez la sanción social resultaría menor. Pero no es el caso. Muchos que lo apoyaban no le perdonan el fraude. Por otro lado, su estigma lo convirtió en un socio indeseable. De modo que ahora está solo. Respecto de Patti, tiene su electorado, pero Scioli le está succionando muchos votos.
- Fraga: Yo creo que finalmente el voto de centroderecha va para De Narváez-Macri. Por eso serán segunda fuerza. Blumberg y Patti estarán en el cinco o seis por ciento cada uno. Es difícil saber quién va a sacar más de los dos.
- Mora: Patti tiene un nicho de votos y lo va a seguir teniendo. Es distinto a Blumberg, que recién tiene que empezar a sumar y quedó muy debilitado. Blumberg estuvo más arriba del 10 por ciento, pero viene bajando. Habrá que ver estos últimos dos meses.
- Zuleta: Se han convertido en testimoniales. Fueron fuertes en el momento de mayor crisis en materia de inseguridad. Ahora lo que se debate es gestión, gestión durante cuatro años. Y eso les hace perder fuerza a las candidaturas testimoniales. Están muy fuera de agenda.
- Del Franco: Patti tiene su público, siempre saca su siete u ocho por ciento y lo puede seguir teniendo. No estoy muy seguro de que Blumberg pueda hacer pie en ese electorado. Se han convertido en candidaturas testimoniales, de acompañamiento.
- Muraro: La importancia que puedan tener en el futuro depende ahora del resultado que saquen. El problema es que hay tantos candidatos. De Narváez, Sarghini, Macri, alguien del ARI, Stolbizer. Nadie tiene en claro quién se postula. Es como que me sirvan un plato de comida que no sé lo que es, ni siquiera lo conozco. Por eso yo digo que, hoy por hoy, no hay intención de voto en la provincia de Buenos Aires. Nuestros encuestadores tienen que abordar esto con la gente y yo pienso en un poema de Pedro Salinas que dice: “ella me preguntaba de cosas ignoradas y yo le respondía de cosas imposibles”.
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