Para el socialista Hermes Binner el viernes fue un día de descanso. El día anterior había concluido una caravana electoral que durante una semana unió toda la provincia. “Hasta las 8 hice declaraciones. Le pido disculpas pero la veda es estricta”, respondió el candidato a gobernador cuando este diario lo consultó por el mapa político nacional. Las reservas de Binner tienen sus motivos. El socialismo fue muy crítico con el reciente viaje del presidente Néstor Kirchner en el que el patagónico anunció obras públicas y de paso se mostró junto al candidato del oficialismo santafesino, Rafael Bielsa.

La última semana de campaña, Binner criticó al gobernador Jorge Obeid por no haber concretado la presencia de observadores internacionales. Algo que había reclamado y a lo que en principio Obeid había accedido. Extraños sucesos en anteriores elecciones abonan la sospecha de los socialistas. De hecho, en los comicios del 2003, Binner obtuvo más votos que Obeid, pero perdió la gobernación por la Ley de Lemas, un mecanismo que en esta ocasión no estará vigente.

En el entorno de Binner repiten que “la relación con el gobierno nacional es buena y seguirá siendo buena”. Con esto descartan que un futuro gobierno del socialista esté marcado por una fuerte disputa con el matrimonio Kirchner. Los socialistas santafesinos apuntan a posicionarlo a Binner “como una alternativa al kirchnerismo y no como un gobierno de confrontación”.

Durante la campaña, en reiteradas ocasiones, Binner repitió que “son importantes el diálogo y la concertación para que podamos tener un país mejor”. En otros tantos momentos vaticinó que, en caso de ser gobernador, su relación con la Casa Rosada “será excelente”. En este punto la lógica de Binner no es muy distinta de la esbozada por la gobernadora electa de Tierra del Fuego, la dirigente del ARI, Fabiana Ríos, quien señaló que la obligación de gobernar y solucionar los problemas de su provincia exige un diálogo fluido con el Ejecutivo.

Amante del mate y del café, Binner esperará el resultado de los comicios acompañado de su entorno familiar. Casado en segundas nupcias, Binner tiene cinco hijos: dos varones y dos mujeres del primer matrimonio y el más pequeño, de nueve años, del segundo. Graduado como médico en 1970, Binner fue intendente de Rosario en dos períodos entre 1995 y 2003. Ahora va por el premio mayor: ser el primer gobernador socialista de Argentina.