Sábado, 15 de septiembre de 2007 | Hoy
EL PAíS › LOS PLANES PARA LA PROVINCIA DE UN CANDIDATO CONFIADO
El vicepresidente ya se ve gobernador bonaerense y planea cambios. Entre otros, poner al intendente Katz en Obras Públicas.
Por Martín Piqué
Como la carrera ya parece ganada de antemano, al igual que en aquellas competencias hiperpromocionadas de los ’80, Daniel Scioli está analizando el perfil que tendría su eventual gobierno en la provincia de Buenos Aires. Y ya tomó algunas decisiones. El ex motonauta se propone presentar una administración más ágil, más profesionalizada y que se prepare para atraer más inversiones del sector privado. Para eso tiene previsto impulsar una modificación de la ley de ministerios, lo que tendría que ser votado por la Legislatura provincial. Los cambios consistirán en la unificación de la Jefatura de Gabinete con el Ministerio de Gobierno, la creación de una agencia de ingresos públicos provincial según el modelo de la AFIP –que daría más autonomía al cobro de impuestos– y la probable fusión de Asuntos Agrarios y Producción. Para llevar adelante esta iniciativa, Scioli baraja una serie de apellidos que incluye a incondicionales de su estrecha confianza, radicales aliados que expresarían la Concertación Plural y especialistas con supuesto prestigio.
Una de las posibilidades que está estudiando Scioli es ubicar en el Ministerio de Obras Públicas al intendente de Mar del Plata, Daniel Katz. Radical K, arquitecto, Katz sonaba como uno de los posibles compañeros de fórmula de Scioli. Ahora figura como candidato a diputado nacional del Frente para la Victoria en la lista que encabeza Felipe Solá: está en el segundo lugar. Sin embargo, en la provincia no descartan que si Scioli resulta electo, Katz pida licencia o renuncie a su banca para asumir una cartera en la administración bonaerense. En ese caso, el destino de Katz sería nada menos que el Ministerio de Obras Públicas que además absorbería Energía y Transportes. Se trata, indudablemente, de una función que pocos dirigentes despreciarían. “Katz tiene mucha empatía con Scioli. Han hablado varias veces sobre esos temas. Aparte, es un referente en el área de infraestructura. Es arquitecto y ha tenido una buena gestión en Mar del Plata”, comentaron a Página/12 desde el entorno de Scioli.
Otro de los cambios que se propone Scioli es unificar carteras. Es el caso de la Jefatura de Gabinete y el Ministerio de Gobierno, dos áreas específicamente políticas cuya función en general es defender al Gobierno, instalar líneas de acción en la Legislatura y, a través de los medios, coordinar entre los ministerios para agilizar la gestión. En la última parte del mandato de Solá esa tarea estuvo repartida entre el ministro de Gobierno, Florencio Randazzo, y el jefe de Gabinete, Mario Oporto. También tuvo protagonismo el vicejefe de Gabinete, el dirigente del Movimiento Evita, Emilio Pérsico. Como consecuencia de ese desdoblamiento en dos carteras, la labor de los funcionarios incluyó ciertos roces, desconfianzas, tensiones internas. Scioli quiere evitar ese problema, y aventar también cualquier sospecha de intervención desde la Rosada, ubicando a su operador más importante, Alberto Pérez, en un virtual superministerio político: la suma de Jefatura de Gabinete y Gobierno.
El horizonte parece bastante favorable para que Scioli pueda llevar adelante su proyecto: las encuestas lo muestran con un voto muy consolidado, incluso hay quienes sostienen que en la provincia cosecha más voluntades que la propia Cristina Kirchner. Otra posibilidad que está estudiando el ex motonauta es mantener en su cargo al subsecretario de Ingresos Públicos, Santiago Montoya. En su momento resistido por una parte de los legisladores provenientes del PJ, Montoya desea verse fortalecido, con más autonomía y un mayor margen de maniobra. Su ambición es instalar en territorio bonaerense una agencia de ingresos públicos, como la AFIP, que jerarquice a sus funcionarios de carrera. “Daniel (por Scioli) y Montoya se conocen desde hace un tiempo. Daniel lo respeta y tiene muy buenas referencias sobre la rigurosidad profesional con que se maneja”, dijo a Página/12 un colaborador del candidato.
Aunque en público diga que quiere evitar el efecto Maracanazo (dar por ganado un partido antes de que termine), Scioli ya tiene varios nombres definidos para un eventual gobierno. Se trata de la ministra de Producción Débora Giorgi, el ex decano de la Facultad de Agronomía Fernando Vilella y el secretario de Políticas Sociales de la Nación, Daniel Arroyo. Los tres, respectivamente, estarán en Producción y Asuntos Agrarios (que se fusionarían en una sola cartera) y Desarrollo Humano.
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