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Victorio Taccetti atiende el teléfono cerca de la medianoche romana, acusando un resfriado. “De tanto que estoy hablando”, bromea. Asegura que aún le dura la felicidad con la designación, aunque hasta ahora pudo conversar poco y nada de su futura función con el canciller Jorge Taiana, de quien se considera amigo.

–¿Cómo lo tomó la designación?

–Para mí fue sorpresivo. Es algo que se encadenó con la renuncia del colega García Moritán.

–¿Cuándo se enteró?

–Taiana me llamó hoy a la mañana. Me ofreció el cargo en nombre de la Presidenta. Obviamente le dije que era un honor y que aceptaba.

–Sabe que llega en un momento complicado de la Cancillería, con casos de corrupción que se están investigando como el de los autos ingresados con franquicia diplomática. ¿Habló con Taiana de eso?

–Desde que tengo uso de razón nunca hubo momentos fáciles. Pero con Taiana no hablamos de eso porque fue una conversación de apenas unos minutos. Supongo que cuando llegue a Buenos Aires me pondrá en autos de los problemas que tiene el ministerio.

–¿Supone que su tarea va a ser dedicarse a estos problemas?

–Los problemas también son oportunidades. Como línea general, Argentina es un país que recién en los últimos años está saliendo al mundo. Se había quedado encerrado, recién ahora se está dando cuenta de la importancia de abrirse, de aumentar las exportaciones, de incorporar la tecnología de los países más avanzados, también de apurar la integración en los países de la región. Eso es algo que me ha impactado mucho en estos cuatro años en Europa. Por ejemplo ver los problemas que acarrea a veces la integración. Acá en Italia hay quienes se quejan de haber adherido al euro porque no pueden devaluar. Sin embargo, nadie plantea salir de la Unión Europea. Creo que no sólo este gobierno, sino Argentina como país ha resuelto poner la integración como postura y eso nos da más poder de decisión.

–Es repetido el argumento de que el gobierno de Cristina Kirchner va a poner el eje en hacer una política exterior más abierta al mundo.

–Eso lo definirá la Presidenta. Que necesitamos una integración al mundo eso está claro. Hay que detectar las posibilidades que tiene un país como el nuestro de las oportunidades que hay. El mundo hoy es muy competitivo y esto requiere actuar con inteligencia.

–¿Cómo evalúa su gestión en Italia?

–Hubo un cambio importante en relación bilateral cuando asumió Romano Prodi. Pero a pesar de que el clima político con el gobierno de Berlusconi era más frío, gracias a que Italia es país descentralizado se abrían oportunidades a nivel de los gobiernos regionales. A medida que Argentina iba mostrando al mundo el nivel de recuperación tan importante, la relación se fue haciendo más intensa.

–¿Qué opina desde Italia de la negativa del Vaticano de darle plácet a Alberto Iribarne como embajador?

–No quiero opinar porque eso es terreno del secretario de Culto. Lo único que puedo decir es que conozco a Iribarne y que es un excelente profesional.