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Música para los oídos

- Bandidos rurales. Cuando todavía no habían comenzado los discursos y aún no se sabía si el mensaje del Gobierno hacia las cámaras patronales del campo sería duro o moderado, los parlantes parecieron mostrar una señal. “Los vamos a acompañar con música”, avisó el locutor oficial y enseguida comenzaron a escucharse canciones de León Gieco. La primera fue “Bandidos rurales”, que describe la vida de varios bandoleros sociales como Bairoletto o Mate Cosido. Varios de los invitados VIP no pudieron evitar la sonrisa cuando se escuchó a Gieco relatar las andanzas de Segundo David Peralta, alias Mate Cosido: “El pagador de Bunge & Born le da seis mil por no ser muerto/ gran asalto al tren del Chaco/ monte de Sáenz Peña/ Anderson y Clayton, firma algodonera/ 45 mil a Dreyfus le sacaron sin violencia”. Las multinacionales Bunge y Dreyfus son dos de las tres exportadoras de granos más grandes que operan en el país.

- La corneta. En el corralito VIP que se había armado sobre el césped había quedado un espacio vacío. Visto desde el escenario, el hueco estaba a la izquierda. Como la mayoría de los invitados se había quedado en el medio y a la derecha, para poder observar la entrada y salida de Kirchner y su esposa, del otro lado habían muchas sillas desocupadas. A último momento ingresó a ese lugar una columna de La Cámpora con una banda de trompetas, tambores, redoblantes y cornetas que replicaban el sonido estridente de las bocinas de los camiones. Cuando la Presidenta comenzó su discurso, un estallido de bronces dejó sordos a las primeras filas. El sonido no dejaba escuchar lo que decía Cristina. “Por favor, los de la corneta, ¡por favor!”, se indignó la Presidenta desde el micrófono. El reto logró un rápido efecto. No faltaron los pícaros que asociaron la corneta con el símbolo del muñequito de Clarín.

- Un blooper incómodo. Entre las tandas de música programadas por los organizadores –folclore y Gieco– se lució el locutor oficial del acto. Con una retórica algo retro propia de un presentador de box en el Luna Park, el locutor exaltó la mística peronista, invitó a observar las gigantografías con imágenes del peronismo del ’45 al ’55 y pidió que se bajaran las banderas de las primeras filas. En una de sus intervenciones, el hombre del micrófono se confundió al nombrar al flamante titular del PJ. Lo llamó primero “Carlos” y enseguida le agregó su primer nombre “Néstor”. Luego lo llamó “presidente” y tras una pausa mínima (que a él le debe haber durado una eternidad) se corrigió agregando el “ex”.

- Evita Perón. El primer discurso del acto era sin duda uno de las decisiones rupturistas que había resuelto Kirchner. Que hablara Juan Cabandié, hijo de desaparecidos que militaban en la Tendencia y elegido secretario de Juventud del PJ, era toda una novedad para la tradición reciente del PJ. Visiblemente nervioso, Cabandié relacionó los derechos humanos con los derechos sociales instaurados por el peronismo. Lo raro fue la forma en que mencionó a Eva Perón. No la llamó Evita a secas, tampoco María Eva Duarte de Perón. No la nombró de ninguna de las formas clásicas con que se la suele mencionar en el peronismo. “Evita Perón”, fue la expresión que le salió desde el micrófono.

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