Lunes, 26 de mayo de 2008 | Hoy
EL PAíS › HOY SE CUMPLEN 75 DíAS DESDE QUE LOS PRODUCTORES SALIERON A LA RUTA POR PRIMERA VEZ
Algunos funcionarios dejaron trascender ayer que el acuerdo está cerca porque el Gobierno está dispuesto a hacer modificaciones para garantizar el funcionamiento del “mercado de futuros”. Los productores desconfían.
Por Fernando Krakowiak
Hoy se cumplen 75 días desde que los productores salieron a la ruta por primera vez el pasado jueves 13 de marzo para protestar por la suba de las retenciones. Desde entonces, hubo lo-ckout, bloqueo de rutas, cacerolazos, desabastecimiento, intentos de vincular la soja con la Patria, acusaciones cruzadas, negociaciones frustradas, algunas concesiones para tratar de desactivar la protesta y hasta dirigentes rurales “atrincherados” en el Ministerio de Economía a la espera de una respuesta a su reclamo. Algunos funcionarios dejaron trascender ayer en Salta que el acuerdo está cerca porque el Gobierno finalmente está dispuesto a hacer modificaciones para garantizar el funcionamiento del “mercado de futuros”. Sin embargo, fuentes de las entidades aseguraron por la noche a este diario que todavía no habían recibido la convocatoria oficial para la reunión que se realizaría hoy a la tarde. Su pedido es el mismo: discutir las retenciones sin eufemismos. Para tratar de entender cómo seguirá la negociación, Página/12 expone a continuación qué es lo que se está discutiendo, qué avances hubo hasta ahora, por qué los productores no están conformes y porque el Gobierno se niega a satisfacer todas sus demandas.
–¿Cómo empezó el conflicto?
–El martes 11 de marzo el Gobierno anunció una suba en las retenciones a las exportaciones de soja y girasol, llevando los impuestos que se le aplican a esos granos al 44 y 39 por ciento, respectivamente. Al justificar la medida se afirmó que la nueva alícuota era para ponerle un techo al precio de los alimentos en el mercado interno y se destacó que no afectaría la rentabilidad prevista por los productores al momento de la siembra porque el aumento de las cotizaciones internacionales les garantizaba los mismos ingresos que habían tenido en diciembre, aún con las nuevas retenciones. Además, se introdujo un mecanismo de movilidad para no tener que modificar la alícuota cada vez que las cotizaciones suban o bajen. Desde entonces, la tasa impositiva varía de acuerdo al precio internacional tomando como referencia una “tablita” que establece su progresividad. La novedad se conoció cuando se estaba por iniciar la cosecha de soja y motivó una fuerte oposición de los dirigentes rurales quienes al día siguiente convocaron a un lockout. Inicialmente estaba previsto que la medida de fuerza durara dos días, pero luego se fue extendiendo hasta convertirse en la mayor protesta agraria de la historia argentina.
–¿Qué piden los dirigentes rurales?
–La reivindicación principal es que se vuelva atrás con la suba de las retenciones anunciada el 11 de marzo, pero a medida que el conflicto fue creciendo en intensidad los dirigentes rurales pusieron en debate la política agropecuaria e incluso se animaron a ir más allá de lo sectorial cuestionando la política económica en su conjunto, tal como lo hicieron ayer en Rosario. Ese tipo de críticas llevó a algunos funcionarios a ver en la movida campestre un intento de desestabilización política, pero los dirigentes del agro siguen repitiendo que su prioridad es retrotraer el nivel de retenciones de la soja al 35 por ciento o al menos modificar el criterio de movilidad.
–¿Qué concesiones hizo el Gobierno hasta ahora?
–El lunes 30 de marzo, en medio del primer lockout, la presidenta Cristina Fernández anunció que los chacareros que produzcan hasta 500 toneladas recibirán la diferencia entre lo que paguen por retenciones al momento de la venta de sus granos y lo que desembolsaban para afrontar ese impuesto antes de la última suba. De ese modo, se retrotrajo su situación al día previo al anuncio que motivó la protesta rural. Además, a los que estén ubicados a más de 450 kilómetros del puerto se le subsidiará el costo adicional que suponga el flete por encima de esa distancia. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, aseguró que estas dos medidas benefician a 62.500 productores que verán reducida la retención al 30 por ciento, menos de lo que pagaban hasta el 10 de marzo porque entonces no existía subsidio al flete. Además se creó una subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar para diseñar políticas para los pequeños productores, que todavía no tiene titular designado, y se desplazó nada más ni nada menos que al ministro de Economía, Martín Lousteau, quien diseñó el esquema de retenciones móviles. También hubo promesas de que se darán mayores incentivos para la producción de hacienda, se le garantizará el precio pleno a los productores de trigo y se preservará el funcionamiento de los mercados a futuro (un eufemismo para hablar de modificaciones en el sistema de retenciones), pero por ahora son solo promesas.
–¿Por qué el Gobierno no da marcha atrás con la suba de las retenciones?
–Los funcionarios afirman que las retenciones a las exportaciones son el mecanismo más efectivo para desacelerar la suba del precio de los alimentos en el mercado interno. Además, remarcan que la mayoría de los chacareros produce menos de 500 toneladas y su reclamo ya fue contemplado con los reintegros y los subsidios a los fletes. Por último, agregan que una marcha atrás en ese punto será leída como una muestra de debilidad y dejaría abierta la puerta para que cualquier otro sector crea que las decisiones del Ejecutivo se pueden cambiar si se presiona lo suficiente.
–¿Las retenciones pueden llegar al 95 por ciento con el sistema actual?
–El titular de Federación Agraria, Eduardo Buzzi, remarcó en varias ocasiones durante los últimos días que con el sistema actual las retenciones a las exportaciones pueden llegar al 95 por ciento, pero lo que afirma es falso. Sólo si el precio de la soja llegara a superar los 600 dólares por tonelada (en la actualidad cotiza a cerca de 450 dólares), el Estado se quedaría con el 95 por ciento, pero ese porcentaje se aplicaría sólo sobre la utilidad marginal que se obtiene por encima de los 600 dólares y no sobre el monto total.
–¿El sistema actual afecta el mercado de futuros?
–Sí, en caso de que la soja llegara a superar los 600 dólares, el 95 por ciento de retención que se aplica sobre la utilidad marginal operaría como un precio máximo afectando el mercado de futuros. Por eso el Gobierno dijo que tiene una propuesta para subsanar ese punto. Una alternativa que se baraja es ponerle un techo a la movilidad cuando la retención llegue, por ejemplo, al 50 por ciento y otra opción es reducir la progresividad para que cuando la soja eventualmente supere los 600 dólares el Estado no se quede con el 95 por ciento de cada dólar adicional. Ahora bien, esos cambios no tendrán efectos en el corto plazo porque para que ello ocurra el precio de la soja tendría que subir al menos un 33 por ciento.
–¿Por qué los productores rechazan los reintegros?
–Los dirigentes rurales afirman que el sistema de reintegros es “mezquino” y “burocrático” porque deja afuera a los medianos productores y establece demasiados requisitos para poder cobrar. Por ejemplo, estar inscriptos en el registro de operadores de granos y presentar declaraciones juradas visadas por el municipio y la entidad gremial a la que pertenecen. El Gobierno responde que el problema no son los requisitos sino la informalidad en la que trabajan los chacareros, quienes venden en negro una gran parte de su producción. No obstante, el ministro de Economía, Carlos Fernández, aseguró el jueves pasado que van a revisar el sistema para “facilitar su aplicabilidad”.
–¿Cómo sigue la negociación?
–El jefe de Gabinete afirmó el jueves en la conferencia de prensa después de la reunión con los ruralistas que está semana seguirá la negociación. Ayer en Salta algunos funcionarios afirmaban en privado que Néstor Kirchner había dejado trascender que el acuerdo con “el campo” está cerca. Sin embargo, fuentes de las entidades aseguraron a Página/12 por la noche que todavía no habían recibido la convocatoria oficial a la reunión que supuestamente se realizará hoy a la tarde. Los dirigentes ratificaron que su intención es discutir las retenciones a las exportaciones y que no aceptarán más dilaciones: “Ahora no tienen ninguna excusa para no tratar el tema”, sostuvo Eduardo Buzzi ante las cámaras antes del inicio del acto. Sin embargo, el Gobierno dejó en claro en otras ocasiones que no quiere sentarse a negociar “con una pistola en la cabeza” y las declaraciones que formuló ayer Alfredo De Angeli se le parecen bastante a eso. “Si mañana (por hoy) los dirigentes no obtienen una respuesta el martes volvemos a la ruta”, aseguró el nuevo ídolo de los terratenientes.
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