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Después de que el presidente Eduardo Duhalde lo felicitara por su elección como próximo presidente de Brasil, el Gobierno manifestó ayer públicamente su beneplácito por la llegada de Luiz Inácio Lula da Silva al poder. “El triunfo de Lula es importante ahora y lo será cada vez más porque abre perspectivas ciertas de unir más nuestros pueblos y nuestros intereses comunes”, destacó el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, mientras que el canciller Carlos Ruckauf confirmó que están avanzadas las gestiones para que el brasileño visite la Argentina en menos de un mes.
Las felicitaciones que Duhalde le transmitió a Lula el mismo domingo a la noche no constituyeron el único contacto entre el argentino y el presidente electo de Brasil. En Cancillería aseguraron que ambos hablaron ayer por teléfono y Ruckauf también entabló diálogo con el encargado de las Relaciones Exteriores del PT, Marco Aurelio García, y ambos estuvieron analizando posibles fechas para una visita de Lula al país.
“Analizamos el calendario”, comentó Ruckauf y precisó que le remitió a García “un rango de fechas que van del 19 al 25 de noviembre”. Ruckauf evaluó que una de las características que tendrá el gobierno de Lula “va a ser un acercamiento muy fuerte con el Mercosur” y destacó que esa posición quedó evidenciada en su decisión de que Buenos Aires sea el destino de su primer viaje al exterior. En la misma línea, subrayó que también Duhalde “tiene la vocación de profundizar la relación con Brasil y de dejarla afianzada para el próximo presidente”.
Lula también recibió felicitaciones vía carta de dos precandidatos peronistas a la presidencia. “Deseo fervientemente que las esperanzas de los brasileños depositadas en sus propuestas puedan concretarse con éxito durante su gestión de gobierno”, escribió en la suya Adolfo Rodríguez Saá, quien calificó al triunfo de Lula como “una bocanada de aire puro para la política de la región”. El puntano le manifestó también su deseo de un pronto encuentro para “reorientar las políticas sobre el Mercosur a su verdadera dimensión, como instrumento para terminar con la exclusión social y para propiciar un espacio común de desarrollo sustentable en Latinoamérica”.
El otro que le auguró “el mejor de los destinos” por carta y agregó que “espero poder ratificárselo personalmente en cuanto las circunstancias lo hagan posible” fue Menem. De todos modos, en una conferencia de prensa Menem fue mucho menos amigable: le reprochó haberlo criticado y advirtió que “Lula no tiene autoridad moral para calificarme de corrupto”.
“Enciende una pequeña luz de esperanza para las fuerzas progresistas de América latina”, consideró el ex presidente Raúl Alfonsín acerca del triunfo de Lula y estimó que el desafío para la dirigencia del Cono sur será la búsqueda de un frente común “para luchar contra las políticas neoliberales impuestas desde el Norte”.
El jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra, enfatizó que el resultado de las elecciones en Brasil “terminó con los fantasmas en el sentido de que era un peligro para la región”, mientras que para el titular de la CTA, Víctor De Gennaro, la victoria de Lula fue “espectacular”. Luis Zamora, en tanto, la calificó hoy de “estimulante” para todos los que plantean “propuestas de transformaciones profundas en el continente”.