El momento más ríspido de la Asamblea Legislativa sucedió en voz baja, fuera de micrófono. Fue un brevísimo diálogo entre Cristina Fernández y su compañero de fórmula, Julio Cobos. La Presidenta cuestionaba a quienes habían hablado de una reforma constitucional para habilitar su re–reelección, cuando desde la tribuna se escuchó el mismo cantito que sonó al ingresar al recinto: “Se ve, se siente, Cobos presidente”. “Pídale un poquito más de educación a su gente, por favor”, le reclamó, tajante, Fernández al dirigente radical, cuando en la segunda bandeja de la Cámara baja interrumpieron el discurso de la primera mandataria. Se trataba de un grupo de jóvenes mujeres militantes del Modeso –el espacio que lidera Leopoldo Moreau– junto a unos pocos cobistas mendocinos y porteños. Rápidamente llovieron los abucheos desde otras plateas, dominadas por una concurrida participación de La Cámpora, la JP y el MUP. Inmediatamente después de reprender a Cobos, la Presidenta giró hacia su derecha y habló con el titular de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner: “Después nos acusan a nosotros de no respetar a las instituciones”. La tensión entre CFK y Cobos se vivió durante toda la jornada, desde el momento en que el vice dio inicio a la sesión, llamó a cuarto intermedio y encabezó la comitiva que recibió a la Presidenta. Se saludaron fríamente. Una vez en su asiento, Cobos pidió silencio en unas pocas oportunidades, prácticamente no aplaudió ningún tramo del discurso oficial y se retiró velozmente al terminar la Presidenta sus palabras.