La renuncia de Julio Cobos a pelear por la presidencia fue recibida en el Gobierno con una mezcla de indiferencia, pesar por la crisis del radicalismo y satisfacción en tanto reivindicación de la política. La decisión del vicepresidente “no cambia absolutamente nada”, sostuvo el senador Miguel Pichetto. “Es una vuelta más en la crisis de identidad” del radicalismo, que debilita “al único candidato orgánico que tenían”, en referencia a Ricardo Alfonsín, evaluó el secretario general de la Presidencia, Gustavo López. “Es un triunfo de la política sobre el oportunismo”, resumió el ministro del Interior, Florencio Randazzo.

Cobos anunció el jueves que desistía de competir por la presidencia luego de que la UCR proclamara la candidatura de Alfonsín, dijo sentirse “ninguneado” y “manoseado” por su partido, el radicalismo, aunque aclaró que no renunciará a la vicepresidencia “para demostrar que un radical puede terminar su mandato”.

Para el ministro Randazzo el anuncio del vicepresidente opositor es “un triunfo de la política sobre el oportunismo”. “Cobos es un hombre que carece de convicciones y que a poco de asumir nos dimos cuenta de que en realidad no tenía absolutamente nada que ver con lo que nosotros pensábamos que tenía que ser su actitud como vicepresidente”, dijo Randazzo. El ministro agregó que Cobos “era integrante de una fórmula que expresaba un proyecto político que él abandonó y viene claudicando sistemáticamente a todo”.

“Fue casi un final anunciado”, expresó Pichetto, y recordó “el comienzo de este tema en la larga noche de la 125”. “Ahí recibió el apoyo de las corporaciones agropecuarias. Pero pasó muy poco tiempo, la sociedad argentina pensó y reflexionó sobre la acción del gobierno nacional, sobre la importancia que tenía gravar la soja en un porcentaje más alto, debido al altísimo precio internacional, y esta política ha triunfado”, sostuvo. Agregó que el proyecto nacional “se consolidó y fue incorporado por la gente, lo que provocó la fragmentación del partido radical, que no encuentra un programa, una orientación política ideológica, y fundamentalmente no logra definir un liderazgo”. Pichetto destacó que la decisión de Cobos “no cambia absolutamente nada” para el Gobierno. “La relación política con el vicepresidente está cortada desde la noche de la 125. Nosotros vamos a seguir trabajando para defender las políticas del Gobierno, para que no se voten leyes que destruyan los lineamientos económicos, impositivos y sociales del proyecto”, señaló.

Para Gustavo López, secretario general de la Presidencia, la decisión de Cobos “es una vuelta más en la crisis de identidad” del radicalismo, que “lo único que hace es debilitar al único candidato orgánico que tenía”, por Alfonsín. “Lo tendrían que lamentar los que siguieron a Cobos en todo su periplo, porque se quedan sin candidato. Nosotros nos quedamos muy tranquilos porque nos confirma que tomamos el camino correcto”, sentenció López, un radical K. El funcionario sostuvo que “es un problema interno del radicalismo” el que provocó la salida del mendocino, ya que la UCR “todavía no ha resuelto su crisis de identidad”, que “se va prolongando de elección en elección”. Remarcó que, producto de los cruces internos, “desde diciembre hasta hoy ha bajado a la mitad la intención de voto” de Alfonsín. López aseguró que no lo sorprendió “para nada” la decisión de Cobos “porque es más de lo mismo” en el radicalismo, y negó que el oficialismo pueda salir fortalecido: “Hace su propio camino y deja que la oposición haga el suyo”, resumió.