El diputado kirchnerista Horacio Pietragalla Corti, nieto recuperado, conoce de cerca el drama del aborto. Acompañó a parejas a hacerse abortos en peores y mejores condiciones de seguridad. “Vi lo que se sufre por tener que hacerlo a escondidas, juntando plata, con el temor de que pueda caer la policía y sin saber en qué puede terminar la intervención”, contó a Página/12. “Estás a la deriva, sin ninguna contención del Estado”, agregó. También contó que la mamá de un amigo suyo de la infancia, que como él se crió en el barrio de Lugano, murió por un aborto inseguro. “Mi amigo tenía 14 años y otros dos hermanitos, de 8 y 4 años, cuando su mamá muere por un aborto clandestino. Eran muy humildes. Se lo hizo en la peor situación de higiene. La muerte de su mamá le causó a mi amigo muchos traumas psicológicos. Y su hermanita más chica terminó institucionalizada”, relató. También una hermana de su apropiador, que vivía en el norte de Santa Fe, falleció por la misma causa. “En la familia fue un tema tabú. En su momento no supe qué le había pasado a Chela. A los años lo supe, me contó mi apropiador, que se había muerto así”, señaló Pietragalla. “Me tocó también acompañar a una pareja a una clínica privada, y le hizo el aborto el mismo ginecólogo de siempre. Entonces hay una profunda desigualdad entre la que puede pagar (una práctica segura) y la que no puede.” Las mujeres que se mueren son las pobres. “Peleamos por una sociedad más igualitaria como nuestros viejos. Estamos en un país laico. El aborto no es un tema de religión. Es un tema de igualdad”, indicó.