“Va a haber quilombo.” La frase resuena tanto en la boca de delegados gremiales como de voceros de Metrovías. El 1º de agosto se vence el acuerdo al que llegaron este año, luego de idas y vueltas para lograr que la Ciudad se sentara en la mesa de negociación. Por la actitud de la empresa, en el gremio imaginan que van a decir que no tienen plata. El Grupo Roggio, que controla Metrovías, no quiere adelantar una oferta, pero viene dando señales como el retiro de circulación de veinte coches. Incluso circula el rumor de que el holding podría rescindir el contrato de común acuerdo con el gobierno nacional, ante la posibilidad de llegar a 2013 ya sin subsidios (la Nación acordó pagar sólo este año). Si bien Metrovías desmintió que esté evaluando esta opción drástica, diversos dirigentes consultados por este diario opinan que sería una forma de que la concesión vuelva directamente al dueño del subte: el gobierno porteño.