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En la Rosada confían en que Scioli se discipline tras el “sosegate”

Por F. Y. y E. T.

Para Daniel Scioli, el de ayer no fue un día fácil. A los reiterados bloopers reglamentarios que los senadores se encargaron de resaltar durante la sesión de anulación de las leyes de impunidad, la ofensiva del Gobierno promete continuar. “La Constitución es clara: hay un presidente y un vicepresidente, pero no un Presidente bis”, aseguró a Página/12 un dirigente muy cercano a Néstor Kirchner. La frase es clara y no admite doble lectura: el Gobierno no se comparte. El mismo funcionario se encargó de resaltar que, lejos de intempestiva, la reacción presidencial fue el colofón de una serie de advertencias que Scioli no tomó en cuenta. “Alberto (Fernández) le repitió en muchas ocasiones al vicepresidente que bajara el perfil de sus poco felices exposiciones públicas.” En la Rosada esperan que luego de la reacción oficial, el ex motonauta “se decida a permanecer en la lancha como acompañante”.
Pidiendo reserva de su nombre, el kirchnerista comentó a este diario que “las primeras sugerencias” del jefe de Gabinete fueron luego del viaje de Scioli a los Estados Unidos. En aquella ocasión el vicepresidente había concurrido a la reunión del Council of America, entidad en la que, de acuerdo con las afirmaciones de un editorialista del diario La Nación, luego del triunfo de Kirchner se repetía que “los argentinos decidieron elegir un Presidente por un año”. La escena volvió a repetirse cuando Scioli viajó a España y a Italia. “Parecía un canciller sin cartera”, definió el dirigente para explicar lo que a su juicio fueron excesos del vicepresidente en el desempeño de su rol.
En consonancia con lo que repiten en la Rosada, ayer en los pasillos del Senado comentaron a este diario que fue una llamada de los propios asesores de Scioli desde Buenos Aires lo que frenó su encuentro con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. El llamado que recomendaba evitar la reunión reparaba en que precisamente en ese momento el poderoso empresario de medios estaba siendo repudiado por casi todas las delegaciones europeas porque comparó a un delegado alemán con un antiguo jerarca de los campos de concentración nazi.
“Si Scioli no opinó sobre la política de Salud, fue porque tuvo temor de que lo acusaran de mala praxis. Del resto de las áreas de gobierno habló sobre todo”, reiteró este funcionario que es tal vez uno de los más cercanos al Presidente.
Según confió el kirchnerista, las advertencias del jefe de Gabinete fueron varias y de buen tono. “Eran casi como consejos de un amigo”, repitió. Todo indica que el vice no comprendió el mensaje. Las gotas que rebalsaron el vaso fueron los dichos de Scioli durante el coloquio que IDEA realizó en Tucumán. Fue allí donde aseguró que el incremento de las tarifas se iba a producir: “No se puede decir eso cuando estamos en una feroz negociación con el FMI que cada vez que puede te quiere imponer la suba de tarifas. Cuando se enteró, al pobre (Roberto) Lavagna se le caían los pocos pelos que le quedan”, recordó el funcionario. No terminó allí la saga de Scioli. En ese mismo encuentro se mostró contrario a la nulidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Frase que según el kirchnerista terminó por convencer al Presidente de que había que darle un corte al tema Scioli y que ya no era necesario otro llamado de Fernández: “Es incomprensible. Kirchner se cansó de expresarse a favor de la nulidad. Entonces, la posición de Daniel no habla bien de su capacidad intelectual”.
Ahora bien, en cuanto a quién puede estar detrás de esta “clara diferenciación” que tuvo Scioli desde que asumió el 25 de mayo, en el Gobierno se animaron a decir que “seguro no es Eduardo Duhalde”. Tampoco nombraron a Carlos Menem. En cambio, sí creen que sectores que responden al ex presidente riojano son los que operan sobre el ex motonauta: “Elmenemismo es una cultura política, pero sobre todo económica y allí pueden estar los que promueven la posición de Scioli”. Acá no finalizan las críticas oficiales, el funcionario que charló con este diario no dejó de lado la ironía para caracterizar al vicepresidente: “Daniel no es una persona con capacidad como para haber pergeñado esto de motu proprio. Pobre, alguien le hizo creer que era una especie de Presidente bis”.
Pero en tren de tender un manto de piedad sobre el vicepresidente, el kirchnerista consideró que tal vez Scioli actuó así sólo por esa “exagerada tendencia a tener una fuerte presencia mediática”. Es más, sostuvo que tal vez ahora –a partir de esta especie de “sosegate” que significó el desplazamiento de su gente de la Secretaría de Turismo–, “termine por encolumnarse a este gobierno que no es como los que sufrimos antes. Ahora tendrá tiempo para aprender el reglamento de la Cámara”.

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