EL PAíS
El zapato en la mesa
Al salir del aeropuerto de El Calafate rumbo al puerto, la comitiva pasó por la estancia La Anita, donde entre 1920 y 1921 fueron asesinados 400 peones huelguistas. Esto llevó a un diálogo informal sobre las dictaduras de Brasil y la Argentina, que se prolongó durante la travesía por el Lago Argentino. En el gigantesco Brasil hubo poco más de un centenar de desaparecidos, cinco veces menos que en la minúscula provincia argentina de Tucumán. En Brasil el ideólogo del desarrollismo militar, el general Golbery do Couto e Silva, legó sus archivos al gran periodista Elio Gáspari, que los usó en la escritura de una monumental historia en tres tomos. “Entre esos papeles, Elio encontró un documento en el que Golbery me elogiaba porque cuando estuve detenido me ofrecían lo que quisiera con tal de que levantáramos una huelga y yo les contestaba que lo único que quería era un aumento para mis compañeros. Elio me dio una copia de ese documento”, dice Lula. También habla con emoción de su ya muerto compañero sindical, José Dilermando. “Durante otra huelga lo arrestaron y lo llevaron ante un tribunal militar. Los jueces le preguntaron por qué había dispuesto el paro. José Dilermando se acercó a los jueces, levantó un pie y lo puso sobre el escritorio. Hace 17 años que trabajo en esa fábrica y no gano ni siquiera para hacer arreglar ese agujero en la suela, les contestó. Los militares se pusieron como locos, le gritaron que sacara ese pie del escritorio. José Dilermando obedeció, sacó el pie pero levantó el otro y también lo puso sobre el escritorio, para que vieran que en ese zapato tenía otro agujero.” No hay duda de que fueron dictaduras diferentes. “Aquí lo hubieran matado”, comenta Kirchner. El catamarán atraca en Los Notros, a espaldas del ventisquero, donde el gobernador de Santa Cruz, Héctor Icazuriaga, recibió a los presidentes y los acompañó en el almuerzo. A los postres, los cruceños ya habían conseguido el regalo que le habían prometido a Lula cuando pasaron por la estancia La Anita: una copia de la película La patagonia rebelde, que narra esos hechos. Uno de los extras en la filmación fue Néstor Kirchner.