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Los pilotos del avión presidencial invitaron a Lula a la cabina. Después, el presidente brasileño compartió un café de parado en el pasillo con su amigo Víctor De Gennaro y con su ministro de Economía Antonio Palocci. Alguien recordó que era 17 de octubre y Lula evocó a Perón. “A pesar de la intrascendencia de su última presidencia, Perón sigue vivo”, dijo. Después de escuchar las reflexiones de Lula sobre la relación del Mercosur con China, la India y Sudáfrica, era difícil no hacer la asociación con el pensamiento de Perón:
–Tan vivo está que influye sobre algunos estadistas de países vecinos.
Lula espera atento la continuación de la frase, que revele su sentido. Cuando advierte que ha terminado allí, medita y sonríe. “Perón y Getulio Vargas construyeron movimientos verticales, inspirados en el modelo del sindicalismo italiano de la preguerra. Fueron muy importantes, porque dieron conciencia al trabajador de sus derechos. Del varguismo no quedó nada. Su sucesor, Lionel Brizola, nunca pudo pasar de Rio Grande do Sul y Río de Janeiro”, continúa.
–Comparado con la Argentina ¿fue bueno o malo para el Brasil que del varguismo no haya quedado nada?
A diferencia de Kirchner, Lula no responde de inmediato. Antes desmenuza el sentido de la pregunta, sus implicaciones mediatas. “De otro modo nunca hubiera podido existir el PT”, termina por contestar. En un diálogo cargado de supuestos e implícitos, De Gennaro completa la idea: “Por eso Lula es quien mejor entiende mi decisión de no hacer un PT argentino”.