EL PAíS
Otro país
En otro momento del viaje alguien mencionó el magnetismo personal de Lula. “Es impresionante”, asintió el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño. “Y el de Kirchner también. Yo no lo conocía. No voy a mentir, para mí apenas era el candidato que decidió apoyar mi amigo Duhalde porque no tenía otra alternativa. Nosotros pasamos 18 meses encerrados en el Congreso porque no podíamos salir a la calle hasta que pasara la última manifestación. Nos íbamos a las 3 de la mañana, cuando se apagaba la última fogata. Pero en pocos meses ha cambiado todo. Cuando fuimos a Salta, el día en que se cayó el helicóptero, vimos tanto entusiasmo en la gente que no lo podíamos creer. Lo rodeaban a Kirchner, lo abrazaban. En un momento dado Duhalde y yo nos dimos cuenta de que habíamos quedado rezagados veinte metros, que veníamos charlando sin que nadie ni siquiera nos mirara, tranquilos y contentos. Este es otro país.”