EL PAíS
La suba del puntano
Por Raúl Kollmann
Por primera vez desde el inicio del gobierno de Eduardo Duhalde, una clara mayoría reclama elecciones anticipadas y deja en claro el lema “Que se vayan todos”, ya que el 90 por ciento reclama que se voten todos los cargos, no sólo el de presidente. Los datos reflejan un vuelco muy nítido de las últimas semanas: el pesimismo bate todos los records, crecieron fuertemente las opiniones negativas sobre Duhalde, se incrementó la impresión de que puede haber un proceso hiperinflacionario y hay un extendido rechazo al acuerdo con el FMI. Desde el punto de vista de la intención de voto nacional, Elisa Carrió encabeza la lista, con Luis Zamora ubicado segundo y Adolfo Rodríguez Saá y Carlos Reutemann terceros. Se trata de la primera encuesta nacional en la que la referente del ARI y el candidato de Autodeterminación y Libertad aparecen tan arriba, aunque ya circulan estudios que ubican en punta a Rodríguez Saá (ver aparte).
Las conclusiones surgen del impresionante Informe Político Mensual que realiza la consultora Catterberg y Asociados. En total se entrevistaron 602 personas de Capital Federal, Gran Buenos Aires, Gran Córdoba, Rosario, Gran Mendoza y Gran Tucumán. El método fue de entrevistas telefónicas y se respetaron las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social. La conducción de la encuesta estuvo a cargo de Eduardo Fidanza.
“Confirmando una clara tendencia observada a partir de abril, ahora la mayoría de la población demanda adelantar las elecciones presidenciales -señala Fidanza–. Véase que en enero sólo el 36 por ciento pedía elecciones adelantadas y ahora ese porcentaje trepó al 56. La evolución de la respuesta convalida, sin duda, el deterioro de la imagen del Gobierno”.
“Es que la gente percibe una acentuación de la crisis y ve una escasa capacidad del Gobierno para obtener soluciones –completa Fidanza–. Cuando se le pregunta al encuestado si cree que Duhalde llegará al 2003, el 63 por ciento piensa que deberá abandonar el Gobierno antes y sólo el 28 por ciento que seguirá en la Casa Rosada hasta el año próximo. La población muestra un creciente rechazo por el Presidente y su Gobierno y ansía un amplio cambio en la dirigencia. Sin embargo, el deterioro de la imagen pública del Gobierno actual no necesariamente significará su salida anticipada, si no ocurren conflictos de una dinámica devastadora como saqueos, violencia callejera o hiperinflación. Todo se agrava porque hay una evidente ausencia de liderazgo en el seno del justicialismo”.
Uno de los mayores impactos del estudio mensual de Catterberg y Asociados es que el 90 por ciento –prácticamente unanimidad– afirma que se debe llamar a elecciones para renovar todos los cargos legislativos y legislativos y no sólo el Presidente. “Este es un dato contundente -señala Fidanza–, que los dirigentes políticos no pueden desconocer, más allá de los aspectos políticos, económicos, jurídicos e institucionales que implique llevar a cabo una elección de este tipo en las actuales circunstancias”. El diagnóstico de Fidanza tiene que ver con que una convocatoria a elegir diputados y senadores implica que renuncien todos esos legisladores o una ruptura del actual orden constitucional a través de una reforma de la Carta Magna o de un difícil pacto entre todos los partidos.
En cuanto a la intención de voto para Presidente, se puede hacer el siguiente análisis:
- Elisa Carrió muestra un dato sorprendente. Tiene una enorme potencia en el interior del país –21 por ciento dice que la votaría– aunque la encuesta se concentra en las grandes ciudades del interior. En el Gran Buenos Aires también encabeza las posiciones con el 17 por ciento y en la Capital empata con Zamora en 14 por ciento.* Luis Zamora está muy fuerte en la Capital, casi mantiene su intención de voto en el Gran Buenos Aires –12 por ciento– y cae muy fuerte en el interior, donde recoge el 5 por ciento.
- El gran bastión de Adolfo Rodríguez Saá está en el interior –16 por ciento– y baja mucho en Capital Federal y Gran Buenos Aires.
- Carlos Reutemann también está fuerte en las grandes ciudades del interior –13 por ciento– y baja, aunque menos, en Capital –7 por ciento– y el Gran Buenos Aires, 6 por ciento.
- Se percibe un aumento, todavía poco impactante, de Carlos Menem. El ex presidente está muy mal en el Gran Buenos Aires –tres por ciento– territorio de su archienemigo Duhalde. Pero no le va mal en Capital –6 por ciento– y trepa al 8 por ciento en el interior.
- Llamativa performance hace Mauricio Macri en el Gran Buenos Aires, donde llega al 10 por ciento. Tal vez por su gestión en Boca Juniors recoge intención de voto en ese reducto.
- Se aprecia que el Partido Justicialismo, si no sufre rupturas, está muy en carrera para ganar. Sumando sus postulantes –hay que reconocer que es una hipótesis arriesgada– llegaría al 30 por ciento. Esto significa que sin dudas una clave será cómo el PJ arregla su interna. El otro dato es que la UCR tenderá a desaparecer en la próxima elección, si es que se presenta sin hacer alianzas.
“La población argentina quiere una amplia renovación –sintetiza Fidanza– desde las intendencias y las Legislaturas provinciales hasta los cargos más altos a nivel nacional. En ese marco, se puede anunciar un hecho sin precedentes: el debilitamiento extremo del bipartidismo. Hasta ahora, el PJ y la UCR solían sumar el 90 por ciento de los votos, ahora no suman más del 35 por ciento y buena parte de ese porcentaje surge de figuras nuevas. La impresión es que los argentinos optan, justamente, por figuras nuevas o se recluyen en el voto bronca”.