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En Diputados el oficialismo está cerca del quórum. Cerca no es lo mismo que tenerlo. Cada votación es producto de tan intensas como duras negociaciones. Buscando un equilibrio más estable, el kirchnerismo especuló, hasta hace pocos días atrás, con acceder a un reclamo del duhaldismo y facilitar el acceso de este sector, concretamente de Eduardo Camaño, a la vicepresidencia tercera de la Cámara. La chance se desvaneció luego de las idas y vueltas que rodearon la sesión del pasado jueves, que encontró al duhaldista trabajando con los bloques de la oposición para reclamar “más democracia en el Congreso”.
No obstante, en la Casa Rosada no abandonan la idea de generar una fisura dentro de las filas duhaldistas. “Están quebradísimos”, especulaba un hombre muy cercano a Néstor Kirchner. En el Gobierno consideran a algunos de los integrantes del bloque, como a José María Díaz Bancalari, muy cercanos y con ganas de colaborar en los proyectos del oficialismo. “Están a un pasito de pasarse. Del otro lado quedarán los ‘gurkas’, pero con ésos ya no hay vuelta que darle”, agregaba. Para el oficialismo el respaldo de la treintena de diputados bonaerenses sería la llave maestra para futuras sesiones. Con ese objetivo, el ofrecimiento a Camaño serviría para restarle argumentos al grupo que busca antrincherarse en un actitud cerrilmente opositora al Gobierno.